EE.UU.

Nueva Jersey endurece sus normas contra armas tras el fallo del Supremo

Un joven de 21 años, fue detenido después de haber disparado desde una azotea a los participantes y espectadores del desfile del 4 de julio

Foto de Europapress

El estado de Nueva Jersey aprobó este martes siete nuevas leyes para endurecer sus restricciones a las armas de fuego, después de que el Tribunal Supremo avaló el mes pasado el derecho a llevar armamento en público al invalidar una norma del vecino estado de Nueva York.

Nueva Jersey, que junto a Nueva York y otros como Massachusetts o California es uno de los estados con normas más estrictas sobre porte de armas, se ha apresurado a sacar adelante este paquete de medidas en respuesta al fallo del Supremo y ante la previsión de que la Corte de mayoría conservadora pueda fallar en contra de otras leyes en este ámbito.

El gobernador de Nueva Jersey, el demócrata Phil Murphy, firmó este martes las nuevas normas, que habían sido aprobadas la semana pasada por los legisladores estatales y que se suman a otros dos paquetes de legislación de armas adoptados desde que en 2018 llegó al cargo.

Entre otras cosas, las nuevas medidas establecen que será necesario recibir entrenamiento para obtener un permiso para una pistola, obligan a registrar armamento comprado en otros estados, prohíben las armas del calibre 50 y hacen más fácil demandar a fabricantes y distribuidores de armas por delitos cometidos con ellas.

"Son de sentido común, son inteligentes, están a la altura de nuestros valores", señaló Murphy sobre las leyes en el acto en el que las hizo oficiales, donde aseguró que seguirá impulsando más restricciones a las armas de fuego.

La aprobación se produjo sólo un día después de que Estados Unidos fue escenario de otro tiroteo masivo, ocurrido en esta ocasión en la localidad de Highland Park (Illionis) y que se cobró la vida de seis personas durante un desfile con motivo del Día de la Independencia de EE.UU..

Robert Crimo, un joven de 21 años, fue detenido el lunes por la noche, unas ocho horas después de haber disparado desde una azotea a los participantes y espectadores del desfile del 4 de julio en esta localidad de las afueras de Chicago.