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Texas: Agresor avisó en mensajes que atacaría una escuela

Ramos envió mensajes privados en Facebook que fueron “descubiertos después de la terrible tragedia”, dijo el portavoz de la compañía, Andy Stone. Señaló que la red social está cooperando con los investigadores.

Zona de Texas

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El hombre armado que masacró a 19 niños y dos maestras en una escuela primaria de Texas había advertido en mensajes en línea minutos antes del ataque que había baleado a su abuela y que iba a disparar contra una escuela, dijo el gobernador Greg Abbott el miércoles.

Salvador Ramos, de 18 años, usó un fusil semiautomático tipo AR-15 en el ataque del martes en la Escuela Primaria Robb en Uvalde, el cual culminó con policías que allanaron un aula para abatirlo. Ramos compró legalmente dos fusiles de ese tipo apenas unos días antes, poco después de su cumpleaños, dijeron las autoridades.

“El mal arrasó ayer con Uvalde. Cualquiera que le dispare a su abuela en el rostro debe tener el mal en su corazón”, dijo Abbott. “Pero es mucho más malvado que alguien asesine a niños pequeños”.

Los investigadores no revelaron el motivo del ataque, en el que otras 17 personas resultaron heridas. El gobernador dijo que Ramos, residente de la pequeña localidad ubicada unos 135 kilómetros (85 millas) al oeste de San Antonio, no tenía antecedentes penales ni de problemas mentales conocidos.

Pero unos 30 minutos antes de la masacre, Ramos envió tres mensajes en línea, señaló Abbott. En el primero señaló que le iba a disparar a su abuela, luego que ya lo había hecho y finalmente que iba atacar una escuela primaria, según el gobernador. Se desconoce si Ramos especificó el nombre de la escuela.

Ramos envió mensajes privados en Facebook que fueron “descubiertos después de la terrible tragedia”, dijo el portavoz de la compañía, Andy Stone. Señaló que la red social está cooperando con los investigadores.

Ante los llamados de todas partes de Estados Unidos para que haya una mayor restricción a las armas de fuego, el gobernador republicano habló sobre los problemas de salud mental entre los jóvenes de su estado y argumentó que las estrictas leyes de armas en Chicago, Nueva York y California son ineficaces.

El demócrata Beto O’Rourke, quien aspira a reemplazar a Abbott en el puesto de gobernador este año, interrumpió la conferencia de prensa y dijo que la tragedia era “predecible”. Señalando con el dedo a Abbott, declaró: “Esto es culpa tuya hasta que elijas hacer algo distinto. Esto seguirá sucediendo”. O’Rourke fue escoltado mientras los miembros de la multitud le gritaban, y uno de los presentes le dijo: “enfermo hijo de perra”.

A medida que surgían más detalles en torno a la masacre más reciente en el país, el dolor se apoderaba de Uvalde, una comunidad de 16.000 habitantes.

Entre las víctimas se encontraba Eliahna Garcia, una niña extrovertida de 10 años a la que le encantaba cantar, bailar y jugar baloncesto; Xavier Javier Lopez, quien esperaba ansioso la llegada del verano para ir a nadar; y la maestra Eva Mireles, con 17 años de experiencia y cuyo esposo es agente del departamento de policía del distrito escolar.

“Simplemente no sé cómo es que las personas pueden venderles este tipo de armas a un chico de 18 años”, dijo la tía de Eliahna, Siria Arizmendi, en medio del llanto y la frustración. “¿Para qué la usaría si no es para esto?”

El teniente Christopher Olivarez del Departamento de Seguridad Pública de Texas dijo a la cadena CNN que todas las víctimas estaban en el mismo salón de clases de 4to grado.

El agresor “se atrincheró cerrando la puerta con llave y simplemente empezó a disparar a los niños y maestros que estaban dentro del aula”, dijo Olivarez. “Eso muestra la maldad absoluta del atacante”

La policía y otras personas que respondieron al ataque rompieron las ventanas de la escuela para permitir que los estudiantes y maestros pudieran escapar. A la larga los agentes ingresaron al aula y mataron a Ramos en un último tiroteo, añadieron las autoridades.

La masacre en esta localidad de población mayormente latina fue la peor en una escuela estadounidense desde que otro joven armado mató a 20 niños y seis adultos en la escuela primaria Sandy Hook de Newtown, Connecticut, en diciembre de 2012.

El derramamiento de sangre se sumó a la que ya parece una lista interminable de asesinatos masivos en iglesias, escuelas, tiendas y otros lugares de Estados Unidos. Apenas 10 días antes, 10 personas de raza negra fueron asesinadas en un ataque racista en un supermercado de Buffalo, Nueva York.

En un sombrío discurso a la nación horas después del ataque en Texas, el presidente Joe Biden les rogó a los estadounidenses que “hagan frente a los que defienden la posesión de armas” y a promulgar restricciones más firmes, declarando: "¿Cuándo en el nombre de Dios vamos a hacer lo que se tiene que hacer?”

Pero las perspectivas para cualquier reforma de las regulaciones federales sobre armas de fuego lucen poco favorables. Los reiterados intentos a lo largo de los años por expandir las revisiones de antecedentes e imponer otras medidas se han topado con la oposición republicana en el Congreso.

El tiroteo ocurrió días antes de la convención anual de la Asociación Nacional del Rifle en Houston donde está prevista la presencia de Abbott y los dos senadores federales republicanos por el estado.

En los días y horas previas a la masacre, Ramos pareció dar pistas en redes sociales de que algo iba a ocurrir.

El día que compró su segunda arma la semana pasada, se publicó una foto de dos fusiles estilo AR en una cuenta de Instagram que los investigadores señalan que aparentemente pertenecía a Ramos. La publicación etiquetó a otra usuaria de Instagram, con más de 10.000 seguidores, y le pidió que compartiera su imagen.

“Apenas te conozco y me etiquetas en una foto con unas pistolas”, respondió la usuaria de Instagram, que desde entonces borró su perfil. “Eso es aterrador”.

La mañana del ataque, la cuenta ligada al agresor respondió: “Estoy a punto de hacerlo”.

Instagram confirmó a The Associated Press que colabora con las autoridades para revisar la cuenta, pero se negó a responder a preguntas sobre las publicaciones.

Los investigadores también indagan una cuenta en TikTok que posiblemente pertenecía a Ramos y la cual tiene un perfil que dice: “Niños tengan miedo en la vida real". El perfil no tiene fecha.

Los investigadores aún desconocen el motivo por el que Ramos atacó la escuela, dijo Steve McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública de Texas.

“En este momento no vemos un motivo o un catalizador”, indicó.

Los agentes encontraron uno de los fusiles en la camioneta de Ramos, y el otro en la escuela, según un reporte a legisladores. Ramos portaba un chaleco táctico, pero no era antibalas, se le informó a los congresistas. También dejó caer cerca de la entrada de la escuela una mochila con varios cargadores llenos de balas.

Una de las armas fue adquirida en un establecimiento con permiso federal en el área de Uvalde el 17 de mayo, según el senador estatal John Whitmire, quien fue informado por los investigadores. Ramos compró 375 rondas de balas al día siguiente y después adquirió el segundo fusil el viernes pasado.

La mañana del martes, Ramos le disparó y dejó herida a su abuela dentro de su casa y luego se fue. Los vecinos llamaron a la policía cuando la mujer salió trastabillando de su casa y vieron que tenía un disparo en el rostro, señaló Travis Considine, portavoz del Departamento de Seguridad Pública.

Posteriormente, Ramos estrelló su camioneta contra una reja de la escuela, y un agente del distrito escolar de Uvalde intercambió disparos con él y resultó herido, dijo Considine. Ramos ingresó y se enfrascó en un nuevo tiroteo con dos policías de Uvalde que llegaron al lugar y que seguían afuera, declaró el vocero. Esos agentes también resultaron heridos.

Dillon Silva, cuyo sobrino estaba en un aula cercana, dijo que los alumnos estaban viendo la película de Disney “Moana” cuando escucharon varias detonaciones y una bala rompió la ventana. Momentos después su maestra vio al atacante ingresar por la puerta.

“¡Dios mío, tiene un arma!”, gritó la maestra en dos ocasiones, según Silva. “La maestra ni siquiera tuvo tiempo de cerrar la puerta con llave”.

La mañana del miércoles se podía ver a voluntarios llegando al centro cívico de la ciudad con Biblias y perros de terapia. Tres niños y un adulto continúan hospitalizados en San Antonio, donde dos de las víctimas, una mujer de 66 años y una niña de 10, están graves.

Uvalde se ubica a unos 120 kilómetros (75 millas) de la frontera con México. La Primaria Robb, que tiene casi 600 alumnos de segundo, tercero y cuarto grado, es una estructura de ladrillo de un solo piso en un vecindario mayormente residencial de casas modestas.

La estrecha comunidad, construida en torno a una plaza central, incluye a muchas familias hispanas que han vivido ahí durante generaciones. Se encuentra en medio de campos de col, cebollas, zanahorias y otros vegetales. Pero muchos de los empleos más más estables son en compañías que producen materiales de construcción.

El ataque ocurrió en un momento en que la Primaria Robb contaba los días para el fin del año escolar con una serie de días temáticos. El martes era el día en que los estudiantes llevaban atuendos elegantes.