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Juan Carlos I "cuenta los días" para regresar a España, dice biógrafa francesa

Jordi Zamora/AFPParís, Francia

El rey emérito Juan Carlos I "cuenta los días" para regresar a España, asegura la historiadora francesa Laurence Debray, biógrafa del monarca y autora de "Mi rey caído", recién publicado en España.

A pesar de los escándalos fiscales y amorosos, Juan Carlos I espera poder volver a su país, asegura en conversación telefónica Debray, que visitó el mes pasado en Abu Dabi al antiguo monarca.

"Cuenta los días para volver, eso está claro. Y sobre todo a esa edad, uno cuenta el doble", explicó.

Juan Carlos I, de 84 años, se mantiene informado y recibe visitas en Abu Dabi, "de los amigos que no le han dado la espalda", añade esta historiadora, defensora del papel histórico del rey emérito.

Desde que abdicó en favor de su hijo Felipe en 2014, Juan Carlos I se ha visto envuelto en múltiples escándalos.

El martes vio denegada su petición de inmunidad ante una alta corte británica.

Su examante Corinna zu Sayn-Wittgenstein, una empresaria danesa de 58 años, lo demanda por "acoso", en medio de un embrollo financiero con ramificaciones que podrían involucrar incluso al director de los servicios de inteligencia españoles.

"Esto solo acentúa un poco más el aspecto de tragedia shakespeariana, es bastante consternador", asegura la hija del intelectual francés Regis Debray, que publicó una primera biografía de Juan Carlos cuando éste era aún rey, en 2013.

"Muchas tonterías"

La aparición de su nuevo libro sobre el monarca en Francia el año pasado, "Mon roi déchu", despertó controversia en España, antes incluso de ser traducido.

"Mi rey caído" es publicado ahora por Debate. Debray persiste y defiende a Juan Carlos I, para quien pide un juicio histórico sereno.

"'Nos juzga la Historia. No nos juzguéis en la vida cotidiana, sino al finalizar nuestra existencia'", le declaró un día la infanta Pilar, hermana del emérito, a Debray, según cuenta en "Mi rey caído".

¿Juan Carlos I no está siendo juzgado precisamente por los actos o deslices cometidos al finalizar su largo reinado?

"Pero él nunca lo ocultó. Es cierto que nadie se imaginaba hasta qué punto", admite Debray, en alusión a los líos amorosos, sin querer entrar en las acusaciones, más serias, de irregularidades fiscales.

"El problema es que se vive demasiado tiempo, y tienes tiempo de hacer muchas tonterías", reflexiona.

Juan Carlos I ha sido objeto de tres investigaciones judiciales en España, todas ellas archivadas.

Su hijo, Felipe VI, renunció públicamente a la herencia de su padre y ordenó que se le retirara la asignación como rey emérito.

La historiadora asegura que cuando visita al rey abdicado en Abu Dabi prefiere no abordar esos temas ni otros asuntos, como su relación con su hija Cristina, otra protagonista de escándalos, cuyo marido acabó en la cárcel.

"Ejercicio parricida"

Juan Carlos I es conocido por su papel ante los golpistas que querían deshacer la transición democrática española en 1981. También conoció las mieles de la popularidad dentro y fuera de su país, coleccionó amantes y aceptó regalos multimillonarios sin declararlos al fisco.

"Ahora lo que hay que pensar es cómo gestionar este problema. ¿Debe todo esto manchar toda su herencia política, su obra?" reclama esta historiadora.

Debray considera que España tiene una inclinación morbosa por la "leyenda negra".

"Tiene ese don de autoflagelarse", dice respecto al país que considera de adopción.

"Todos los presidentes [franceses] han tenido amantes y ahora incluso estamos preocupados porque [Emmanuel] Macron no tiene, fíjese usted", dice con tono mordaz.

Juan Carlos I llegó al poder después de que el dictador Francisco Franco lo nombrara su heredero en 1969, saltándose la linea dinástica de la monarquía española, en la que el trono correspondía al padre en el exilio, Don Juan.

Décadas después, fue Felipe VI el que tuvo que cortar públicamente con su padre. El regreso de Juan Carlos I a España depende ahora en gran medida de su hijo.

"Juan Carlos sigue siendo el padre de la democracia, de las instituciones actuales. Así que el ejercicio parricida es más difícil para Felipe" en comparación con 1969, considera Debray.

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