Japón se suma a las sanciones internacionales en la desconexión de Rusia del mecanismo SWIFT
El primer ministro de Japón, Fumio Kishida, ha confirmado este domingo que su país se sumará a la última batería de sanciones económicas contra Rusia, anunciada ayer por Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y Canadá, comenzando por la exclusión de bancos rusos previamente amonestados por la comunidad occidental del mecanismo interbancario SWIFT.
"La comunidad internacional ya no puede mantener relaciones con Rusia como antes. Desde este punto de vista, Japón ha decidido imponer sanciones como la congelación de activos a los representantes de las autoridades rusas, incluido el presidente Putin", ha declarado, en comentarios recogidos por la agencia oficial de noticias japonesas Kyodo.
Así pues, "Japón se unirá a los esfuerzos recogidos por la declaración emitida esta mañana por los países occidentales para aislar a Rusia del sistema financiero internacional y de la economía mundial".
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunciaron este sábado su intención de suspender a bancos rusos del SWIFT y de paralizar los activos internacionales del Banco Central de Rusia, en la batería de medidas económicas de respuesta contra el Kremlin más duras desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania.
Ambos mandatarios han denunciado al unísono las "acciones bárbaras" de Rusia cometidas contra la población ucraniana, que han motivado esta nueva ronda de sanciones con el consenso del canciller alemán, Olaf Scholz, el presidente francés, Emmanuel Macron, el primer ministro de Italia, Mario Draghi, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el primer ministro británico, Boris Johnson.
Por ello, y a la exclusión de "ciertos bancos escogidos" del SWIFT, se suman medidas adicionales contra "el despliegue de las reservas internacionales del Banco Central de Rusia", así como la prohibición a los "oligarcas rusos" para realizar operaciones en los mercados occidentales, además de bloquear sus procesos de ciudadanía en función de sus inversiones en el extranjero, los llamados "pasaportes dorados".