En el Cuerno de África, la sequía deja a 13 millones de personas amenazadas por el hambre
Desde el sur de Etiopía hasta el norte de Kenia pasando por Somalia, el Cuerno de África sufre una enorme sequía que preocupa a las organizaciones humanitarias y deja a casi 13 millones de personas amenazadas por el hambre.
En esta enorme región, cuya población vive sobre todo de la ganadería y la agricultura, las últimas tres temporadas de lluvias desde fines de 2020 se han caracterizado por las bajas precipitaciones, además de una plaga de langostas que devastó los cultivos entre 2019 y 2021.
"El Cuerno de África representa el 4% de la población mundial, pero el 20% de ésta se encuentra en situación de inseguridad alimentaria", señalaba el 11 de febrero Michael Dunford, director del Programa Mundial de Alimentos (PMA) para África del este.
De acuerdo a la ONU, 5,7 millones de personas requieren ayuda alimentaria en el sur y sureste de Etiopía, lo que incluye a medio millón de niños y madres que padecen desnutrición
En el este y el norte de Kenia, cuyo presidente declaró el "estado de catástrofe nacional" en septiembre pasado, al menos 2,8 millones de personas necesitan asistencia alimentaria.
En Somalia, la cantidad de personas consideradas en situación de hambre severa podría pasar de 4,3 millones a 4,6 millones en mayo próximo, de no tomarse medidas de apoyo urgentes.
Las autoridades declararon en noviembre una crisis humanitaria. En esta nación, "la desnutrición ha alcanzado niveles críticos", alertó recientemente Victor Chinyama, portavoz de UNICEF en Somalia, instando a "intervenir ya (...) Puesto que si permitimos que la situación se deteriore aún más o se declare la hambruna, podría ser demasiado tarde".
Al borde de la catástrofe
En 2017, una movilización humanitaria anticipada logró evitar la hambruna en Somalia, a diferencia de lo acaecido en 2011, en que 260.000 personas --la mitad niños menores de seis años-- murieron de inanición o por trastornos vinculados al hambre.
Actualmente, apenas se ha cubierto el 2,3% de la demanda de la ONU para obtener 1.460 millones de dólares (unos 1.230 millones de euros) con el objetivo de cubrir las necesidades de Somalia durante 2022.
"Hay una ventana muy estrecha para poder actuar (...) Realmente, nos encontramos al borde del desastre", subrayó la semana pasada Rein Paulsen, director de la División de emergencias y resiliencia de la FAO.
"Tenemos (...) hasta mediados de este año, hasta junio --una ventana muy estrecha-- para incrementar las acciones urgentes y evitar el peor de los escenarios", añadió.
Más allá de las consecuencias mortales directas, la escasez de agua y la escasez de pastura también son fuentes de conflicto, sobre todo entre los pastores.
El ganado --medio de subsistencia básico en esta región-- está muriendo masivamente. Sólo en Kenia perecieron al menos 1,4 millones de cabezas de ganado, de acuerdo a la Autoridad nacional de gestión de la sequía (NDMA).
En este país, reputado por sus reservas y parques naturales, la fauna salvaje también se encuentra amenazada.
Se ha constatado una enorme cantidad de casos de animales salvajes (jirafas, antílopes...) muertos por falta de agua y alimentos.
Ocurre además que muchos animales abandonan su hábitat natural para buscar agua o alimentos.
En el centro del país, grandes felinos han atacado al ganado, y elefantes o búfalos llegan hasta las fincas para pastar, lo que provoca la cólera de los campesinos damnificados.