Anuncian la creación de un centro internacional para preservar cielos oscuros
La Unión Astronómica Internacional (IAU) anunció este jueves la creación de un organismo compuesto por expertos de todo el mundo que estará dedicado a la preservación de los cielos oscuros, ante los problemas generados por la luz artificial.
En una rueda de prensa, la IAU explicó que el Centro para la Protección de los Cielos oscuros frente a las Interferencias Satelitales estará dirigido por el italiano Piero Benvenuti, exsecretario general de la IAU, y tendrá dos sedes: Tucson (Arizona, EE.UU) y Jodrell Bank (Reino Unido).
El organismo estará coordinado por el estadounidense Laboratorio Nacional de Investigación en Astronomía Óptica-Infrarroja (NOIRLab) y por el observatorio internacional de radioastronomía SKAO (Square Kilometre Array Observatory), instaurado en Suráfrica y Australia.
“El nuevo centro es un paso importante para garantizar que los avances tecnológicos no impidan que podamos estudiar y disfrutar del cielo", expresó en la rueda de prensa la presidenta de la IAU, Debra Elmegreen.
Este centro, que fue planeado por la IAU en 2021, coordinará los esfuerzos de la comunidad astrónoma mundial para prevenir la interferencia de las constelaciones de satélites en los cielos oscuros.
La oscuridad del cielo nocturno es un recurso cada vez más escaso en el mundo, y que resulta esencial para la astronomía, debido a la luz artificial procedente del desarrollo urbano y de los minisatélites de compañías privadas.
Según la ONU, en términos de zonas iluminadas, la luz artificial ha crecido un 2 % anual en la última década, prácticamente el doble de lo que ha crecido la población mundial.
Esto tiene un efecto en el cielo nocturno, ya que aumenta el brillo celeste, que se produce cuando las partículas de luz artificial quedan desperdigadas en la atmósfera y bajan de vuelta a la Tierra por el efecto de moléculas, aerosoles o nubes.
El exceso de luz artificial tiene además numerosos efectos sobre la salud y el medioambiente, hasta el punto de que existen estudios que lo ligan a un aumento en la probabilidad de sufrir cáncer de mama o próstata.