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El FMI considera que la inflación en Latinoamérica no debe depender tanto de elementos volátiles

Directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva.

Directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha indicado que la inflación en Latinoamérica y el Caribe podría ser de una base más amplia y no depender tanto de elementos volátiles como los alimentos o energéticos.

El director del Hemisferio Occidental del FMI, Ilan Goldfajn, junto con los economistas Anna Ivanova y Jorge Roldos, ha concluido que tras observar fuertes incrementos en la inflación subyacente (6,3 por ciento de media), los incrementos en los precios de productos y servicios en la región podrían no solo obedecer al encarecimiento de los energéticos o los alimentos, sino a una base más amplia de productos o servicios.

Por países, la inflación subyacente creció más rápido en Brasil (7,2 por ciento), Chile (6,4 por ciento) y México (5,9 por ciento). No obstante, el organismo con sede en Washington ha puntualizado que las variaciones en este tipo de inflación puede registrar variaciones "sustanciales" entre las diferentes economías latinoamericanas.

Entre los motivos que explican las presiones inflacionistas en la región se encuentran los mayores precios en las materias primas y las importaciones, episodios de depreciaciones cambiarias, cambios de tendencia en el gasto priorizando más los bienes que los servicios e, incluso, revalorizaciones en los salarios con arreglo a la inflación.

Tipos de Interés Más Altos para Combatir este Escenario

Con este contexto, el papel de los bancos centrales en Latinoamérica ha adoptado un rol contractivo durante 2021 y se prevé que se mantenga durante buena parte de 2022.

En este sentido, las autoridades monetarias de Brasil, Chile, México o Perú han realizado sucesivas subidas en los tipos de interés para frenar el avance de los precios. Este "endurecimiento" de la política monetaria ha variado en función del ciclo económico y el grado y alcance en las presiones de los precios y la credibilidad del banco central.

Todo ello, según el Fondo, ha contribuido a mantener ancladas las expectativas de inflación en el largo plazo. Sin embargo, a corto plazo el organismo advierte de que las expectativas siguen siendo elevadas, lo que requerirá de una vigilancia continua por parte de las autoridades y posibles acciones adicionales por parte de estas.

"Si el aumento de la inflación amenaza con desanclar las expectativas de inflación, los bancos centrales tendrán que aumentar aún más los tipos de interés para señalar un compromiso continuo con las metas de inflación y para evitar aumentos persistentes de precios", ha avisado el FMI, añadiendo que estas acciones tendrían que ir acompañadas "de una comunicación clara y transparente".

Latinoamérica y el Caribe registraron de media un crecimiento del PIB del 6,8 por ciento en 2021, mientras que para 2022 se espera un incremento más lento del 2,4 por ciento.

En un escenario marcado electoralmente y con fuertes descontentos sociales en la región, el FMI ha resaltado que las economías regionales se enfrentarán a un triple escenario durante este año, consistente en garantizar la sostenibilidad de las finanzas públicas, aumentar el crecimiento económico y hacerlo de una manera que promueva la cohesión social y abordando las desigualdades sociales.