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La industria pornográfica francesa frente a sus abusos

El objetivo era animar a la industria a adoptar "prácticas éticas"

Desde hace un año, un caso judicial excepcional obliga a la industria francesa del porno a reaccionar y cambiar sus prácticas, un paso difícil en un sector en el que el consentimiento es a veces una noción abstracta.

En el centro de este caso excepcional, en el que ocho personas están procesadas por "violación", "proxenetismo" o "tráfico de personas", está el sitio web "French Bukkake".

La página ofrece videos extremadamente violentos protagonizados por mujeres jóvenes que a menudo se inician en la industria.

Sería la primera vez en Francia que se procesa a actores porno por "violación", según declaró a la AFP una fuente cercana al caso.

A mediados de diciembre, el diario Le Monde publicó una serie de reportajes sobre la práctica de atraer a mujeres jóvenes en situación de precariedad o fragilidad para que hagan videos.

En el último momento, los directores les imponían múltiples parejas y prácticas violentas no consentidas.

Estos métodos "horrorosos" son sin embargo "banales en el porno amateur o se encuentran en zonas grises", explicó a la AFP el sociólogo Alexandre Duclos, que participó en una investigación financiada por la sociedad de producción Dorcel, una de las principales productoras pornográficas de Francia.

"Los productores no se preocupan por las condiciones en las que los directores 'freelance' graban las películas que después difunden", agregó.

Profesionales y aficionados

La distinción entre un "profesional" y un "amateur" es un tema que levanta sensibilidades en la industria del porno.

Tanto Dorcel como "Jacquie y Michel", epítome del "porno amateur", utilizan proveedores, además de sus propios equipos, para producir sus contenidos.

Cuando el caso de "French Bukkake" salió a la luz en 2020, ambas productoras se comprometieron a publicar códigos "éticos" y "deontológicos".

"Jacquie y Michel", actualmente investigada por "violación" y "proxenetismo", entregó el suyo en noviembre de 2020.

Dorcel lo hizo unos meses después, en abril de 2021, tras haber financiado una investigación de cuatro meses en el sector, con interrogatorios a 31 personas: actores, directores, técnicos, productores etc.

El objetivo era animar a la industria a adoptar "prácticas éticas", dijo a la AFP Gregory Dorcel, el director de la productora.

Liza Del Sierra, estrella del cine X que actualmente se desempeña como directora y productora, estuvo al frente la investigación.

Ahora, espera que el público entienda "la diferencia entre la escena amateur, que actúa mediante el engaño, y la escena profesional, un mundo laboral como cualquier otro", dijo.

Para el periodista Robin d'Angelo, que en 2018 publicó un libro sobre la industria del porno ("Judy, Sofia, Lola et moi", en su título en francés), la distinción no es válida.

"Los mismos equipos trabajan alternativamente para sitios amateurs y sitios profesionales como Dorcel", subraya.

El sociólogo Florian Vörös, especialista en "porn studies" (estudios universitarios sobre el prono), señaló por su parte que el actual caso judicial muestra que "las personas presentadas por un discurso de 'marketing' como amateurs son en realidad profesionales".

-¿Un porno ético?

El código ético como el de Dorcel señala la necesidad de firmar un contrato antes del rodaje, en el que se especifiquen los salarios, las prácticas y las parejas.

También tiene que detallar cómo se ejerce el control de las enfermedades de transmisión sexual, el acceso a preservativos y a productos de higiene. Además, promueve la presencia en el plató de un "tercero de confianza", una persona ajena a la producción que acompaña a las actrices.

Directores de "porno ético" como las productoras Carmina u Olympe de G. ven el código ético como una "mejora".

Sin embargo, se preguntan porqué las productoras tardaron tanto en publicarlos.

El "porno ético", minoritario en la industria, se basa en "el respeto a todas las personas que trabajan en la película", explica Carmina.

"Todo se habla antes de cada escena", agrega Anoushka, productora y realizadora. Por su parte, Olympe de G. asegura que "se preocupa mucho de que todos conozcan sus límites y puedan expresarlos".

"Actualmente, el porno conoce los mismos cambios que en el deporte o en Hollywood: los actores saben que no están obligados a permitirlo todo", reflexiona Carmina.