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Juguetes “hablan” por niños abusados sexualmente en Colombia

Por ocho años, María ha buscado justicia para su pequeña hija abusada sexualmente cuando tenía seis. Oculta su cara y pide la protección de su nombre, pero levanta su voz para que más personas se animen a denunciar los casos de violencia sexual infantil que no paran de crecer en Colombia.

“Hoy mi hija es retraída, tiene mucho temor de hablar con la gente, le va muy mal en el colegio y tiene problemas con la aceptación de su cuerpo. Todo viene desde ahí, ese hecho que vivió con su papá la marcó de por vida”, dijo entre lágrimas María a The Associated Press en la Plaza de Bolívar de Bogotá.

En el marco del Día Internacional de los Derechos Humanos, la organización no gubernamental Aldeas Infantiles SOS Colombia realizó el viernes un acto simbólico para llamar la atención sobre la violencia sexual infantil.

“Soy el juguete de Carolina, 4 años: A Caro no le gusta cuando su primo de 16 años la obliga a jugar al papá y la mamá”, se leía en un cartel junto a un oso de peluche. “No creas en amenazas, siempre busca ayuda”, decía otro acompañado de un sonajero.

Más de 2.000 juguetes fueron puestos en la icónica Plaza de Bolívar, en la que convergen los altos tribunales y el Congreso, con letreros de crudos relatos de abusos y recomendaciones para prevenirlos.

Entre enero y octubre de 2021 se reportaron en Colombia más de 15.300 casos de violencia sexual en los que las víctimas fueron niños, niñas y adolescentes, de acuerdo con el estatal Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), encargado de velar por la niñez. En todo 2020 se habían reportado 14.200 víctimas de este tipo de violencia.

Ángela Rosales, directora de Aldeas Infantiles SOS Colombia, dijo a AP que durante la pandemia por COVID-19 los niños fueron más vulnerables, especialmente en el confinamiento obligatorio que en Colombia duró cinco meses. “Los niños no asistieron al colegio, estuvieron en la casa y lastimosamente muchos de los casos de abuso sexual infantil y violencia suceden en el hogar”, indicó.

Rosales hizo un llamado para que opere con celeridad el sistema de protección a la niñez y las víctimas sean atendidas prioritariamente, sin ser separadas de su familia “innecesariamente” ni revictimizadas. “Los casos deberían ser atendidos en tiempos de meses, no de años”, puntualizó.

María aseguró que su hija ha sido revictimizada en el proceso judicial, por ejemplo cuando un “juzgado la hizo ir a una entrevista con un perito porque siempre cuestionaron que ella o yo estuviéramos diciendo la verdad” o cuando tuvo que declarar frente a su presunto agresor, quien comparece ante los tribunales en libertad y no ha sido condenado.