América

Autoritarismo resurge en Centroamérica con saña a las defensoras de derechos humanos

Centroamérica vive un "resurgimiento de los autoritarismo" que trae aparejado el cierre de espacios para la defensa de los derechos humanos y una especial saña contra la defensoras, que corren el riesgo de morir, sufren de estigmatización y son víctimas de una creciente criminalización.

Así lo ha alertado la ex fiscal general de Guatemala y actual directora del programa de México y Centroamérica del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (Cejil), Claudia Paz y Paz, en una entrevista con Efe de cara a la conmemoración este lunes del Día Internacional de las Defensoras de Derechos Humanos.

UNA SITUACIÓN "MUY DIFÍCIL"

Pregunta: ¿Cuál es la situación de la lucha por los derechos humanos en Centroamérica?

Respuesta: En la región estamos viviendo un resurgimiento de los autoritarismos y eso implica un cierre del espacio para la defensa de los derechos humanos. Esa restricción afecta fundamentalmente a las personas defensoras de los derechos humanos y a las mujeres defensoras en particular. No es un buen momento para la defensa de los derechos humanos. Son momento de regresión.

P: ¿Cómo es la situación de los defensoras de los DD.HH.?

R: Vivimos una situación muy difícil en Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua. Muchas defensoras en Nicaragua están arbitrariamente privadas de libertad, en una condición totalmente inhumana, sin ningún derecho al debido proceso. En El Salvador las defensoras de derechos sexuales y reproductivos se han convertido en un blanco de la acción de altas autoridades del Estado, de estigmatización, pero también de criminalización, de ciberataques. En Guatemala se acaba de aprobar una ley de ONG's que también viene a restringir el derecho de asociación y el espacio para la defensa de los derechos humanos. En estas semanas vimos la criminalización de una joven periodista que estaba participando pacíficamente en una manifestación.

P: ¿Por qué es más difícil para las mujeres esta lucha?

R: Tiene que ver con cómo se nos ha educado, por los roles que se nos han asignado. Muchas de nosotras ejercemos una labor de defensa de derechos humanos y no somos conscientes de ello, porque se asemeja mucho el cuido, cuando lo que estamos haciendo es defender derechos humanos. Luego hay desafíos en las familias, porque estar en el espacio público defendiendo derechos humanos no es el rol que nos toca. Y también porque vivimos distintas formas de violencia a la que se suma la ejercida por agentes estatales o no estatales que buscan limitar la defensa de los derechos humanos.

P: Son múltiples los obstáculos entonces.

R: Sí, existen muchísimas barreras, y por supuesto el sexismo, pero también otras formas de discriminación y exclusión como el racismo, que permean y afectan la labor de defensa de los derechos humanos especialmente de las mujeres.

MUERTE, CRIMINALIZACIÓN Y ESTIGMA

P: ¿Cuáles peligros enfrentan las defensoras de DD.HH.?

R: Creo que el mayor peligro, y ojalá que no fuera así pero la región está plagada de esos ejemplos, es el derecho a la vida y a la integridad. Lo que sufrió Berta Cáceres en Honduras (asesinada en marzo de 2016) por la defensa del agua, del territorio, también por la defensa de las mujeres, es un ejemplo muy triste de lo que nos puede pasar.

P: ¿A qué otros riesgos se expone una defensora en la región?

R: Creo que otro problema muy grave en estos momentos de cooptación de los poderes judiciales, de las fiscalías, es la criminalización. Y la estigmatización, especialmente a través de redes sociales, que se convierten en realidad en ciberataques y que con las mujeres tiene matices que apelan a denigrarnos con, por ejemplo, valoraciones sexistas o amenazas de violación, amenazas a la familia.

DERECHO A LA DEFENSA DE LOS DD.HH Y A UNA PROTECCIÓN REFORZADA

P: ¿A su juicio cuáles son los grandes retos para las defensoras?

R. Un desafío fundamental para nosotras es que se reconozca ese derecho a defender derechos humanos y que se haga efectiva esa protección reforzada por parte de los Estados, que están muy claros en los estándares a nivel internacional. Y es que a veces no se nos identifica como defensoras o defensores. Otro reto en estos momentos de regresión y de autoritarismo, es seguir tejiendo para unir todas las luchas. Y un tercer reto es que los derechos de las mujeres se pongan en la agenda de una manera prioritaria.

P: ¿Precise por favor algunos de los derechos que esa agenda debe incluir?

R: El derecho a vivir una vida libre de violencia, los derechos sexuales y reproductivos. En la región afortunadamente han bajado, y mucho, los homicidios, pero los feminicidios siguen al alza o son números invariables. Entonces creo que lograr que nuestra vida tenga valor, no debería de ser así pero así es, es también un reto en estos momentos en la región.

P: ¿En este contexto, qué pediría en estos momentos a los Estados?

R: Que cese la criminalización y que liberen a las mujeres defensoras que están arbitrariamente detenidas. Ese es el llamado más urgente porque su vida se encuentra francamente en peligro. Es en Guatemala, es en Nicaragua. Hay criminalización también en El Salvador, Honduras. Yo haría ese llamado urgente.