Angustia y enfado en Taiwán tras morir 46 personas en un edificio en llamas
Taiwán investiga este viernes las causas del devastador incendio en un edificio de Kaohsiung (sur) en el que murieron 46 personas, un suceso que generó enfado y angustia en una sociedad víctima de fuertes desigualdades.
El fuego, el peor en décadas, pone nuevamente el foco en las laxas medidas de seguridad en Taiwán y en las precarias condiciones de vida de muchos ancianos en un país que envejece aceleradamente.
El fuego estalló en las primeras horas del jueves en un inmueble de 13 plantas en la ciudad de Kaohsiung, en el sur de la isla. Las llamas rápidamente se expandieron por todo el edificio y tardaron horas en ser controladas por los bomberos.
El decadente edificio estaba en malas condiciones y muchas de las víctimas fueron ancianos de bajos ingresos, algunos con discapacidad y demencia. Las autoridades indican que 41 personas fueron hospitalizadas.
El viernes por la mañana, Lee Mao-shen, de 61 años, observaba a las palomas en la barandilla del apartamento de un amigo fallecido la noche anterior.
En ese balcón del séptimo piso, el difunto Cheng Yong-Kang solía criar palomas, explica Lee, que vive en el edificio de enfrente desde hace 40 años.
"Cada día quedábamos para hablar. Hablamos la noche en que murió", dijo a AFP.
Su barrio es "principalmente de clase trabajadora y gente mayor", dice. El inmueble del siniestro tuvo un buen pasado pero, como gran parte del distrito, ha caído en decadencia.
"Había un centro comercial y un cine aquí", recuerda. Ahora, las primeras plantas del edificio, con uso comercial, estaban vacías y abandonadas.
En el barrio se oye el sonido de unos platillos mientras un sacerdote taoísta reza junto a algunos de los supervivientes del siniestro.
Cables, tuberías oxidadas y escombros
Los bomberos argumentan que uno de los motivos de la rápida propagación del fuego es que las cinco primeras plantas comerciales estaban llenas de escombros y material abandonado que generaron una enorme cantidad de humo que rápidamente envolvió las plantas residenciales superiores.
Lin Chieh-ying, una profesora de ballet jubilada que también vive justo enfrente, recuerda que el edificio ya sufrió un incendio hace 20 años en una tienda ahora cerrada.
Nadie murió, pero tampoco nadie reparó los desperfectos. "Ahora siempre hay gente bebiendo por la noche con actitud pendenciera", explica. "Deberían haber demolido ese edificio hace 20 años", lamenta.
El fuego comenzó en la planta baja. Varios residentes aseguraron haber escuchado fuertes ruidos antes de ver las llamas y el humo.
Medios locales publicaron imágenes recientes del edificio que mostraban cables a la vista, tuberías oxidadas y escaleras bloqueadas por escombros.
El Taipei Times cita al director general de la oficina de obra pública de Kaohsiung, reconociendo que se detectaron problemas de seguridad frente a incendios durante inspecciones en 2019, 2020 y este mismo año.
Pero el intento de solucionarlos quedó frustrado por un disfuncional comité de dirección del edificio, asegura el director Su Chih-hsun.
El fiscal jefe de Kaohsiung estuvo en el lugar el viernes, y las autoridades indicaron que no descartaban ninguna causa, también que pudo tratarse de un incendio intencionado.
El sábado está previsto que la presidenta Tsai Ing-wen visite la zona.
Azotado por terremotos y ciclones, Taiwán se rige por códigos de construcción estrictos, pero los estándares de seguridad con frecuencia se quedan en teoría y no se aplican, sobre todo en los edificios antiguos.
El alcalde de Kaohsiung aseguró que se creará un equipo especial para estudiar la gestión municipal de los edificios y otras estructuras antiguas.
Esta isla es uno de los llamados "tigres asiáticos" que experimentaron un veloz crecimiento económico a finales del siglo pasado con una rápida industrialización. Pero este impulso fue a menudo desigual y dejó a muchos atrás.
Y como Japón, Corea del Sur, Hong Kong y Singapur, la población de Taiwán envejece rápidamente. El año pasado, la isla registró más muertos que nacimientos.