Moneda $1 billón: ¿Solución al problema de la deuda de EEUU?

Una moneda de platino acuñada por Estados Unidos en honor a la libertad de religión, en el 2021. Foto tomada en Washington, suministrada por la autoridad monetaria de Estados Unidos. (Burwell and Burwell Photography/U.S. Mint via AP)

Una moneda de platino acuñada por Estados Unidos en honor a la libertad de religión, en el 2021. Foto tomada en Washington, suministrada por la autoridad monetaria de Estados Unidos. (Burwell and Burwell Photography/U.S. Mint via AP)

Algunos políticos en Estados Unidos han ideado una improbable solución al engorroso problema de la deuda nacional: Acuñar una moneda de un billón de dólares, hecha de platino, para dar liquidez al tesoro nacional e irritar a los republicanos.

Incluso los partidarios serios de la medida — que no son muchos — admiten que no es más que retórica. Sería una manera extraña dicen, de resolver un problema singular que podría tener severas consecuencias económicas si no se resuelve en los próximos días.

Pero pese a innumerables chistes sobre quién debería estar retratado en la moneda — ¿Chuck E. Cheese? ¿Donald Trump? — hay algunos estudios que fundamentan la idea. Por muy improbable que sea, lo cierto es que el gobierno tiene la autoridad de acuñar una moneda de un trillón sin necesitar la aprobación del Congreso.

¿Cómo es eso posible, si el secretario del tesoro no tiene la autoridad de imprimir billetes para cancelar deudas públicas? Se debe a una inusual ley de hace más de 20 años que permite al gobierno acuñar monedas de cualquier denominación, siempre y cuando sean de platino.

Sin embargo, la idea de ese entonces era permitir monedas conmemorativas para coleccionistas, no ofrecer una estrafalaria solución a una crisis fiscal.

Específicamente la ley dice que el secretario del tesoro tiene la autoridad de “acuñar y emitir monedas de platino o de compuestos del platino acorde con las especificaciones, diseños, variedades, cantidades, denominaciones e inscripciones aprobadas en cierto momento”.

Ha llegado ese momento, dicen los partidarios de la moneda. Sin embargo, tanto la secretaria del Tesoro Janet Yellen, como la Casa Blanca y políticos demócratas descartan la idea, al igual que lo han hecho gobiernos anteriores en crisis similares.

“Lo único más desquiciado que eso sería caer en un impago de la deuda por motivos políticos”, comentó el senador demócrata por Virginia Mark Warner.

Por su parte, Yellen ofreció esta reacción: “Lo que se necesita es que el Congreso demuestre que el mundo puede confiar en la capacidad de Estados Unidos de pagar sus deudas”. Una moneda de platino, señaló Yellen en entrevista con el canal CNBC, “no sería más que un truco”.

Pero otros discrepan.

“El hecho de que esa moneda no sea más que una maniobra de contabilidad es su fortaleza, no su debilidad”, expresó Rohan Grey, profesor de leyes fiscales de la Universidad Willamette.

“La idea de resolver un problema de contabilidad con una solución de contabilidad es totalmente lógica ... el mismo problema del tope de deuda podría verse simplemente como un truco de contabilidad mal diseñado”, escribió Grey en un estudio publicado en el Kentucky Law Journal este año.

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