Miles padecen el calor de Luisiana sin electricidad ni agua
Cientos de miles de residentes de Luisiana soportaban el calor del martes sin electricidad ni agua potable, con muy poca gasolina y sin una idea clara de cuándo podrían mejorar las cosas, luego del paso del huracán Ida.
Había largas filas que daban la vuelta a la manzana en las pocas gasolineras que tenían combustible y un generador para hacer funcionar las bombas. La gente sacaba su comida echada a perder de los refrigeradores. Los vecinos compartían generadores y se prestaban baldes de agua de las albercas para bañarse o limpiar los retretes.
“Tenemos mucho trabajo por delante y ninguno está pensando que va a ser un proceso corto”, dijo el gobernador John Bel Edwards mientras empezaban las labores de limpieza y reconstrucción en la región empapada bajo el agobiante calor veraniego.
Las autoridades de Nueva Orleans anunciaron siete lugares en la ciudad donde la gente podía acudir por comida y para sentarse en el aire acondicionado. La ciudad también utilizaba 70 autobuses de transporte urbano como centros de enfriamiento, además de que instalaría para el miércoles centros de distribución de alimentos, agua y hielo con servicio hasta el vehículo, indicó la alcaldesa LaToya Cantrell.
Cantrell también ordenó un toque de queda al caer la noche del martes, diciendo que es una medida para evitar la delincuencia después de que el paso del huracán dejó a la ciudad a oscuras.
La alcaldesa indicó que prevé que la principal compañía de servicio eléctrico de la entidad, Entergy, pueda restaurar algo de electricidad en la ciudad para la tarde del miércoles, aunque subrayó que eso no significa una reanudación del suministro a gran escala. En su lugar, aclaró, la compañía podrá comenzar a restaurar el cableado y postes de su sistema de distribución, el cual sufrió graves daños.
Añadió que los residentes podrán ver el progreso, pero también admitió que habrá más días de frustración.
“Sabemos que hace calor. Sabemos que no tenemos luz y esa sigue siendo una prioridad”, dijo en una conferencia de prensa.
Edwards dijo que las autoridades estatales también trabajaban para colocar sitios para distribuir alimentos, agua y hielo, pero que eso no comenzaría el martes. La oficina del gobernador afirmó que estaban discutiendo establecer estaciones de enfriamiento y lugares donde la gente con oxígeno pueda conectar sus máquinas, pero de momento no proporcionó detalles sobre cuándo podrían estar en funcionamiento.
Más de un millón de viviendas y negocios de Luisiana y Mississippi, incluida toda la ciudad de Nueva Orleans, se quedaron sin electricidad cuando Ida, con sus vientos de 240 kilómetros por hora (150 millas por hora), derribó el domingo una torre de transmisión importante, así como miles de kilómetros de líneas y cientos de subestaciones.
Aproximadamente 25,000 trabajadores estaban laborando para restablecer el suministro de electricidad, pero las autoridades señalaron que podría tomar semanas completar la tarea.
Algunos lugares también enfrentan escasez de agua potable debido a que las plantas de tratamiento están inundadas o están paralizadas por los cortes de electricidad. Alrededor de 441.000 personas en 17 condados no tienen agua, y más de 319.000 estaban bajo aviso de hervir el agua antes de consumirla, dijeron funcionarios federales.
El número de muertos por el paso de la tormenta aumentó a por lo menos cuatro en Luisiana y Mississippi, incluidas dos personas que fallecieron el lunes por la noche cuando siete vehículos cayeron a un socavón de 6 metros (20 pies) de profundidad cerca de Lucedale, Mississippi, donde una autopista había colapsado luego de las lluvias torrenciales. Edwards dijo que es previsible que se confirmen más decesos.
En Slidell, los rescatistas buscaban a un hombre de 71 años que fue atacado por un caimán que le arrancó el brazo mientras caminaba por las inundaciones provocadas por Ida. Su esposa lo arrastró hasta las escaleras de la casa y se alejó remando en busca de ayuda, pero cuando regresó, el hombre había desaparecido, según las autoridades.
Los funcionarios de vida silvestre alertaron sobre la presencia de osos, víboras, caimanes y jabalíes, los cuales estarán buscando comida luego del paso de la tormenta.
A las penurias se sumaban las altas temperaturas. Se emitió una alerta de calor para Nueva Orleans y el resto de la región, luego de que los meteorólogos dijeron que la combinación de altas temperaturas y humedad podría provocar que la sensación térmica fuera de 41 grados Celsius (105 grados Fahrenheit) el martes y mayor el miércoles.