Economía venezolana se dolariza, pero pocos tienen dólares
Yosmar Sanguino dice que le cuesta poner comida en la mesa para sus dos hijas y tres nietas en un barrio pobre de Caracas.
Generalmente prepara arepas con mantequilla y queso. Sin embargo, incluso estos pocos ingredientes pueden resultarle costosos.
“Hay comida, pero falta el dinero. Porque si compras una cosa, no puedes comprar la otra”, dijo la mujer. “Si compras mantequilla, no puedes comprar el queso. O si compras el queso, no puedes comprar la mantequilla”.
Sanguino es relativamente afortunada ya que tiene acceso a algunos dólares que le envía un hijo que emigró a Estados Unidos al empeorar la crisis política, social y económica de Venezuela.
Más del 40% de los hogares venezolanos reciben remesas del exterior. Se calcula que en el 2020 llegaron 4.000 millones de dólares en remesas, según la consultora de Caracas Econoanalítica. El dinero generalmente llega a través de una red de personas que tienen cuentas en un tercer país y cobran una comisión por hacer el trámite. También a través de transferencias digitales con servicios como Zelle o de amigos y parientes que regresan a Venezuela y traen algún efectivo.
El gobierno socialista de Venezuela hizo a un lado hace dos años sus complejos esfuerzos por restringir las transferencias en dólares a favor del bolívar, cuyo valor cayó en picada debido a la peor inflación del mundo.
Esto puso fin mayormente a la escasez de productos, tras años en los que los estantes de los supermercados se veían vacíos. Pero los venezolanos que cobran bolívares, cuyo valor se diluye a diario, no pueden pagar por las mercancías.
El gobierno anunció la semana pasada que eliminaría seis ceros de su divisa en billetes que comenzarán a circular el 1ro de octubre. En la actualidad, el billete más grande que hay en el país es de un millón de dólares, que equivale a unos 25 centavos de dólar.
Pero sin otras medidas, eso no detendrá la desvalorización del bolívar. El gobierno ya había eliminado tres ceros en el 2008 y otros cinco en el 2018.
A pesar de repetidas multiplicaciones del sueldo mínimo que ganan millones de venezolanos, representa unos 2 dólares, que no alcanzan para comprar ni siquiera un kilo de pollo.
Millones de venezolanos esperan ansiosos la llegada quincenal de una caja de alimentos subsidiados que cuesta entre 43 y 62 centavos de dólar y que generalmente incluye harina, arroz, aceite, azúcar, pasta y frijoles. Muchos tratan de salir adelante complementando sus ingresos cocinando cosas para vender en la casa, haciendo cortes de pelo, reparando autos, haciendo entregas de alimentos y con trueques.
Pero a veces ni así alcanza el dinero para llegar a fin de mes.
El consumo de proteínas per cápita cayó un 60% entre el 2013, cuando Nicolás Maduro asumió la presidencia, y el 2019, según la firma de inversiones Torino Capital. El consumo de pollo mermó un 82% durante ese período y el de huevos un 66%.