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Activistas contra el maltrato animal piden liberar en Miami a la orca Lolita

Se cumplen 51 años desde que fue raptada de su familia frente a la costa del estado de Washington, cerca de Vancouver (Canadá).

Activistas de la organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) pidieron este sábado con una acción plástica en el centro de Miami la liberación de la orca Lolita, al cumplirse 51 años de su cautiverio en un parque acuático de la ciudad.

"Trapped since 1970. Free me" (Atrapada desde 1970. Libérame) rezaba el cartel que sostenía una activista sentada en una bañera en plena vía pública en la avenida Brickell, con su cuerpo pintado como una orca.

Este fin de semana se cumplen 51 años desde que Lolita, la orca confinada en solitario en el Miami Seaquarium, fue raptada de su familia frente a la costa del estado de Washington, cerca de Vancouver (Canadá).

Por tal motivo, al menos medio centenar de activistas de PETA pusieron énfasis en el hecho de que Lolita ya ha pasado más de cinco décadas en el estanque para orcas más pequeño del mundo, equivalente a confinar a un humano en una bañera, según la convocatoria.

"Sin ayuda humana, Lolita no podrá salir de esa celda de concreto y regresar a la familia y al hogar que le han negado por más de cinco décadas", señaló en un comunicado la directora de PETA Latino, Alicia Aguayo.

"PETA quiere que Lolita pase sus últimos años en un santuario costero donde finalmente sentirá las corrientes oceánicas en lugar de muros de concreto; el Miami Seaquarium se lo debe", añadió.

El 24 de septiembre de 1970 Lolita, que tenía cuatro años, llegó al Seaquarium de Miami, propiedad de Palace Entertainment, una compañía adquirida en 2007 por la española Parques Reunidos, y desde entonces está confinada en una piscina de unos 60 pies (18 metros) de longitud y una profundidad máxima de 20 pies (6,1 metros), según las medidas suministradas por activistas de los animales.

Organizaciones defensoras de los derechos de los animales han denunciado desde hace años que el lugar donde habita es muy pequeño para un animal de una especie que en libertad suele nadar cien millas diarias (160 kilómetros) y sumergirse a decenas de metros de profundidad.

Los activistas reclaman que el tanque donde vive Lolita no cumple con las medidas que dicta la Ley de Bienestar de Animales, que obliga a que al menos tengan 80 pies (24 metros) de largo, es decir, el doble de la longitud de una orca adulta.

Además, Lolita no ha tenido contacto con ningún otro miembro de su especie desde la muerte de Hugo con el que convivía y que falleció en 1980 en el Seaquarium.

La organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) pidió en agosto de 2020 a la fiscal general de Miami-Dade, Katherine Fernández Rundle, que investigue al acuario de Miami por maltrato animal.

Igualmente, figuras públicas como la actriz mexicana Kate del Castillo han denunciado el confinamiento de la orca.

Un grupo de indígenas Lummi, un pueblo del noroeste de EE.UU., se ha reunido pacíficamente en ocasiones frente al acuario de Miami para orar por la liberación de Lolita, que nació en aguas del Pacífico noroccidental.