Atentado a Duque fue planeado por ex FARC desde Venezuela

Las autoridades colombianas afirmaron el jueves que detrás del reciente ataque contra el helicóptero en que viajaba el presidente Iván Duque está el frente 33 de las disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que habrían planeado el atentado desde territorio venezolano y con ayuda de un exmilitar colombiano, quien fue capturado junto a otros dos presuntos implicados en ese hecho.

El ministro de Defensa Diego Molano señaló que esto sería una muestra de cómo el gobierno de Venezuela permite la operación de miembros de las exFARC en su territorio.

El funcionario presentó algunos audios como prueba de que miembros de ese grupo disidente estaría detrás. En uno de ellos, alias “Ciro”, identificado como Ciro Alfonso Gutiérrez Ballesteros, intentaría convencer a unombre -cuya identidad no fue revelada- de vincularse a la acción criminal, pese a que este le manifiesta que tiene miedo.

El 25 de junio fue atacado a tiros el helicóptero en el que viajaba Duque en una región fronteriza con Venezuela, sin que nadie resultara lesionado. Fue el primer atentado de este tipo contra un jefe de Estado en la historia reciente.

La aeronave, en la que también iban ministros del gobierno colombiano, fue alcanzada por varias ráfagas de fusil. Las autoridades encontraron en inmediaciones del aeropuerto de Cúcuta algunas armas FAL y AK–47 que se habrían usado en el atentado, además capturaron a uno de los presuntos tiradores, Édison Durán Ascanio, alias “Ascanio”.

El frente 33 de las exFARC es una facción que no se acogió a los acuerdos de paz firmados con el gobierno en el 2016 y que según la policía colombiana opera desde Venezuela.

Las autoridades encontraron una relación directa entre el atentado al presidente y el atentado con un carro bomba a la Brigada 30 del Ejército perpetrado 10 días antes en la ciudad de Cúcuta y que dejó 44 personas heridas, entre ellos algunos militares estadounidenses. Los dos hechos serían autoría del frente 33 de las exFARC y compartían incluso presuntos autores materiales.

Por estos atentados fueron capturados diez presuntos integrantes del frente 33 de las disidencias, siete de ellos en la investigación del ataque a la base militar y tres más por el atentado al presidente. Uno de ellos fue identificado como Andrés Fernando Medina Rodríguez, alias “El Capi”, un exmilitar del Ejército colombiano, señalado de diseñar el atentado por sus conocimientos aeronáuticos y militares.

El exmilitar alias “Capi” habría ofrecido su plan para atentar contra el presidente a los cabecillas de las disidencias de las FARC. “Elaboró un estudio topográfico del aeropuerto Camilo Daza (de Cúcuta) y señaló cómo debían comportarse los tiradores y en qué lugar ubicarse para no ser detectados”, señaló la Fiscalía en un comunicado.

El director de la Policía, general Jorge Luis Vargas, indicó que las órdenes para los atentados se dieron desde campamentos en Venezuela y precisó que en el caso del ataque a la base militar tienen registro de cómo se coordinó desde dicho país el “transporte del material explosivo, los dineros y la realización de la información criminal para la colocación exacta del carro bomba dentro de las instalaciones”.

En tanto, el canciller venezolano Jorge Arreaza rechazó los señalamientos del gobierno colombiano y los catalogó como un nuevo intento de ocultar “la tragedia” que vive Colombia. Los dos países rompieron sus relaciones diplomáticas desde febrero de 2019.

“Otra vez usan a Venezuela para tratar de ocultar la tragedia de su país: lleno de violencia y grupos armados, cuya economía y clase política reposan en el narcotráfico, una policía represora, masacres y asesinatos diarios a líderes sociales, exportadores de mercenarios magnicidas”, escribió Arreaza en su cuenta de Twitter.

En la frontera de Colombia con Venezuela operan varios grupos armados que controlan las rutas del narcotráfico y el contrabando. Inicialmente el gobierno colombiano señaló que entre los sospechosos de perpetrar los atentados estaban las disidencias de las FARC y la última guerrilla activa del país, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), cuya participación quedó finalmente descartada.

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