El Papa denuncia el "drama a menudo invisible" de los desplazados internos

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El Papa ha instado a adoptar mecanismos internacionales específicos que den una protección concreta y reconozcan el "drama a menudo invisible" de los desplazados internos, relegados "a un segundo plano" en las agendas políticas nacionales al tiempo que ha puesto en guardia contra el drama de la trata de seres humanos que ha definido como "uno de los frutos potrefactos" de las migraciones forzadas.

En un mensaje en el que ha elogiado la labor del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) en su 30° aniversario, celebrado en un evento solidario en Costa Rica, el Papa ha puesto de manifiesto "la fragilidad de los desplazados internos, que todavía no entran en el sistema internacional de protección que brinda la legislación internacional en materia de refugiados y a menudo se quedan sin la protección adecuada".

El pontífice ha apuntado a cómo la pandemia ha acelerado en la región centroamericana el deterioro de las condiciones sociales que ya eran precarias y complejas a causa de un sistema económico injusto: "Este sistema desgasta a la familia, célula básica de la sociedad. Y así, las personas, 'sin hogar, sin familia, sin comunidad, sin pertenencia', se encuentran desarraigadas y huérfanas.

Asimismo ha denunciado que estas personas están a merced de "situaciones altamente conflictivas y de no rápida solución: violencia doméstica, feminicidios, bandas armadas, criminales, tráfico de droga, explotación sexual de menores y de no tan menores".

Así ha denunciado que la pandemia ha agravado la crisis creada por el cambio climático caracterizada por "una sequía cada vez más intensa y huracanes cada vez más frecuentes" que han dado a la movilidad humana la connotación de "un fenómeno forzado de masa, de manera que adquiere la apariencia de un éxodo regional".

Francisco ha hecho estas consideraciones en el mensaje con ocasión del evento solidario que tiene lugar este 10 de junio, en Costa Rica, para celebrar los 30 años del Sistema de la Integración Centroamericana, constituido el 13 de diciembre de 1991, mediante la suscripción del Protocolo de Tegucigalpa y cuyo propósito es, precisamente, garantizar la integración de Centroamérica y México, con el fin de construirla en una región de paz, libertad, democracia y desarrollo.

En el marco de este evento solidario, en el que además la Santa Sede participa como Observador extra-regional desde el año 2012, el Santo Padre ha denunciado que "la trata es una llaga en el cuerpo de la humanidad contemporánea, una llaga en la carne de Cristo, es un delito contra la humanidad".

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