Europa

Arrecia la batalla por feminizar palabras en Francia

El gobierno prohibió el uso en las escuelas de un método cada vez más popular que feminiza muchas palabras

Foto AP

JOHN LEICESTER | APLE PECQ, Francia

La batalla por hacer que el idioma francés acomode mejor a las mujeres registró progresos por un lado y retrocesos por el otro.

Arguyendo que el bienestar de Francia y su futuro están en juego, el gobierno prohibió el uso en las escuelas de un método cada vez más popular que feminiza muchas palabras.

Específicamente, el decreto del ministerio de educación le apunta a la letra más discutida y politizada del idioma, la “e” (equivalente a la “a” del español), usada para el femenino en adjetivos y sustantivos, y a veces también para conjugar verbos.

Los defensores de los derechos de las mujeres agregan la “e” a muchas palabras que normalmente no la llevarían, en un esfuerzo consciente, y divisivo, por dar más visibilidad a las mujeres.

Tomemos el caso de la palabra dirigentes, “dirigeants”. Es masculina y genera la sensación de que las mujeres con posiciones de mando son invisibles porque no hay una variante femenina. Los propulsores de una escritura más inclusiva proponen usar “dirigeant·es”, insertando le “e” antes de la “s” final, para que abarque a personas de ambos sexos.

Del mismo modo, pueden escribir “les élu·es”, en lugar del genérico “élus”, que es masculino, para aludir a las personas que ocupan cargos electivos. O “les idiot·es” en lugar de “les idiots”, para demostrar que la estupidez no es una exclusividad de los hombres.

A menudo las posturas en torno a estas cuestiones idiomáticas adquieren contornos políticos. Los republicanos, conservadores, usan “élus”, en tanto que la organización de izquierda Francia Insumisa prefiere ” élu · es”.

“Tratamos de hacer que la mujer sea más visible en el lenguaje”, declaró la senadora socialista Laurence Rossignol, quien usa la “e” al final para feminizar palabras.

En una entrevista telefónica, dijo que sus opositores “son los mismos que se oponen al matrimonio entre personas de un mismo sexo, a la reproducción con ayuda médica y a márgenes de tiempo más amplios para el aborto. Es una nueva bandera que aglutina a los reaccionarios”.

Para el gobierno centrista del presidente Emmanuel Macaron, el uso de la “e” puede tener graves consecuencias para Francia. Hablando ante el Senado el jueves, la secretaria de educación dijo que el lenguaje inclusivo “representa un peligro para nuestro país” y puede ser una sentencia de muerte para el uso del francés en el mundo”.

Al cuestionar las normas idiomáticas tradicionales, las formas inclusivas dificultan el aprendizaje del idioma y perjudican a los alumnos con dificultades de aprendizaje, según la secretaria de educación Nathalie Elimas.

“Dislocan palabras, las parten en dos”, afirmó. “Con la difusión de las formas inclusivas, el inglés —que ya es el idioma dominante en todo el mundo— derrotará tal vez para siempre al francés”.

Las batallas en torno a un lenguaje más inclusivo se dan también en otras partes de Europa.

En Alemania arrecian las disputas acerca de cómo hacer que las palabras abarquen a ambos géneros. La palabra usada para deportistas, por ejemplo, podría convertirse en “Sportler(asterisk)innen” en lugar de “Sportler”, que es masculina. Los detractores de la idea de agregar el femenino “innen” al final, a veces con asterisco, mayúscula o subrayado, dicen que la propuesta es horrible.

Italia registra debates esporádicos sobre cómo dar un género neutro a los cargos públicos o crear femeninos para palabras tradicionalmente masculinas, como “ministra” para acompañar a “ministro”. La alcaldesa de Roma Virginia Raggi prefiere que le digan “sindaca” en lugar de “sindaco”.

En España, el partido Vox de extrema derecha se opone al uso de la palabra “presidenta” a pesar de que ya fue aceptada por la Real Academia Española.

La orden del Ministerio de Educación de Francia que prohíbe la “·e” en las escuelas, no obstante, admite otros cambios más inclusivos para incorporar el femenino.

Autoriza el femenino para “présidente” (en lugar del masculino “président”) y “ambassadrice” (como alternativa a “ambassadeur”). También alienta el uso del masculino y el femenino para dejar en claro que ambos sexos desempeñan los cargos. En otras palabras, que se diga ”el candidato o la candidata”, “profesores y profesoras”.

Raphael Haddad, autor de una guía sobre lenguaje inclusivo, dijo que esa parte de la circular del ministerio representa un progreso para la causa de la mujer en Francia.

“Es un gran paso adelante, disfrazado de prohibición”, comentó. “Lo que pasa con el lenguaje en Francia es lo mismo que pasó en Estados Unidos, donde ”chariman” (presidente o director, masculino) fue reemplazado por “chairperson” y “fireman” (bombero) por “firefighter”, que es más neutral.

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