Antes de reunión con Harris, AMLO acusa a EEUU de injerencia
Poco antes de su reunión virtual con la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador acusó el viernes públicamente al gobierno de Estados Unidos de violar la soberanía de México.
El asunto al parecer no fue tratado durante el encuentro con Harris. “No está en la agenda y no es nuestro propósito crear malos ambientes”, declaró López Obrador antes de las conversaciones.
La reunión misma —la parte hecha pública— se centró en inmigración, un tema crucial en la relación entre México y Estados Unidos, junto con el comercio, la seguridad fronteriza y la pandemia de coronavirus.
“Nosotros vamos a ayudar” en el asunto migratorio, dijo López Obrador a Harris. “Pueden contar con nosotros”.
Sin embargo, cuando faltan unas semanas para los cruciales comicios legislativos y estatales del 6 de junio en México, López Obrador dedicó buena parte de su conferencia de prensa diaria a manifestar su inconformidad por un financiamiento de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID por sus siglas en inglés).
“Es un acto de intervencionismo que viola nuestra soberanía”, dijo López Obrador, quien precisó que México había presentado una nota diplomática a la embajada estadounidense.
Menos de dos horas después todo fue sonrisas y elogios durante la reunión entre López Obrador y Harris, al menos en el preludio mostrado al público antes de la reunión a puertas cerradas que antecede a la visita que la vicepresidenta tiene previsto hacer el 8 de junio.
López Obrador elogió al mandatario de Estados Unidos, Joe Biden, por asignar a Harris la responsabilidad de encontrar vías para examinar las causas de raíz de la migración, y señaló que planeaba presentar de nuevo la propuesta que esbozó el mes pasado durante la cumbre climática organizada por Biden.
López Obrador desea que Estados Unidos financie una ampliación importante de uno de sus programas, denominado “Sembrando Vida”, mediante el cual se paga a campesinos para que planten ciertos árboles frutales y maderables. La meta es ayudar a que los mexicanos permanezcan en sus comunidades rurales.
México ha propuesto que se use el mismo plan para ayudar a América Central. La parte más complicada de la propuesta de López Obrador es que Estados Unidos conceda visas de trabajo por seis meses y a la larga la ciudadanía estadounidense a quienes participen en el programa.
El gobierno de Biden —al igual que los de Trump y Obama en su momento— se ha visto rebasado por el número de niños y familias migrantes que llegan a la frontera sur de Estados Unidos, y ha recurrido al gobierno mexicano para que ayude a contener el tránsito migratorio.
La mayoría de los migrantes que van a Estados Unidos provienen de Centroamérica, aunque también se ha incrementado el de migrantes mexicanos. Harris también tiene previsto visitar Guatemala el 7 de junio.
“Acordamos trabajar juntos para establecer una sociedad estratégica para abordar las causas de raíz de la migración, fomentar el desarrollo económico y ampliar la cooperación en el tema de la seguridad”, escribió Harris el viernes en Twitter.
Después de que el entonces presidente Donald Trump amenazara con imponer aranceles a importaciones mexicanas en 2019, López Obrador desplegó la Guardia Nacional —un cuerpo de reciente creación— para que interceptara a los migrantes en su trayecto hacia el norte.
Las críticas de que México ha hecho cumplir la política de inmigración estadounidense en su propia frontera sur al parecer no han afectado la popularidad de López Obrador en su país. El mandatario dijo el viernes que estaba de acuerdo con la política del gobierno de Biden en materia migratoria.
Antes, en su conferencia de prensa matutina dirigida a la audiencia mexicana, López Obrador respondió a preguntas de una reportera de la revista política Contralínea acerca de un artículo publicado por dicho medio que habla de la financiación de Estados Unidos a la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
La organización ha criticado algunas de las iniciativas más importantes de López Obrador, como la cancelación de un nuevo aeropuerto en la Ciudad de México y la construcción de un tren turístico en la península de Yucatán.
En la nota diplomática que López Obrador mostró el viernes, México asegura que respeta el papel de las organizaciones de la sociedad civil y que, como ellas, quiere eliminar la corrupción, pero dijo que individuos relacionados con ese grupo “han sido explícitos en su militancia política en contra del gobierno de México”.
La nota, fechada el jueves, pide a la embajada que confirme si la USAID brinda apoyo financiero al grupo y, en ese caso, que lo suspenda. La USAID a menudo apoya a grupos de la sociedad civil, por lo general relacionados con la promoción de los derechos humanos y la democracia en muchos países. En algunas naciones, este tipo de grupos entran en conflicto con los gobiernos locales.
En 2013, el entonces presidente de Bolivia, Evo Morales, expulsó a la USAID de su país con el argumento de que trabajaba para socavar a su gobierno.
La organización mexicana dijo el jueves que las quejas revelaban una falta grave de comprensión de la cooperación internacional. “Reiteramos la absoluta legalidad de nuestro trabajo”, señaló el grupo, que rechazó cualquier insinuación sobre intervencionismo y exigió que el gobierno ponga a fin a lo que se han convertido en ataques constantes.
Un portavoz del Departamento de Estado norteamericano dijo el viernes que “como la vicepresidenta dijo hoy, México es nuestro vecino más cercano. Compartimos no sólo una frontera que valora la dignidad y el respeto. Hemos construido una asociación constructiva para abordar las causas de la inseguridad, y esa asociación jamás ha sido más importante”.