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El judo como remedio para combatir la brutalidad policial

La instructora Eve Steffans practica tomas de judo con el policía retirado Ed Thompson el 9 de marzo del 2021 en Douglas, Wyoming, durante un taller de judo para policíass. (AP Photo/Eddie Pells)

La instructora Eve Steffans practica tomas de judo con el policía retirado Ed Thompson el 9 de marzo del 2021 en Douglas, Wyoming, durante un taller de judo para policíass. (AP Photo/Eddie Pells)

Había mucho en juego cuando dos docenas de policías participaron en un taller que proponía replantear la forma en que la policía se maneja en situaciones tensas en Estados Unidos, apelando a la diplomacia y el judo como primer recurso y evitando el uso de armas.

El taller tuvo lugar la misma semana en que empezó la selección del jurado para el juicio de Derek Chauvin por la muerte de George Floyd, de la que sería hallado culpable.

Ninguno de los agentes que participaron en el taller negó que Floyd falleció porque Chauvin le apoyó una rodilla en el cuello. Y estaban dispuestos a explorar la idea de que el judo podía ayudar a resolver incidentes como ese sin recurrir a medidas extremas.

“El contrato social entre la policía y el público se está resquebrajando un poco”, expresó Joe Yungwirth, instructor del taller que trabajó en unidades antiterroristas del FBI y ahora tiene una academia de judo en Carolina del Norte. “Todos los agentes que conozco piensan que hay que corregir eso”.

La idea de aplicar el judo para evitar confrontaciones serias es poco convencional. El judo es considerado el arte marcial más suave, casi sin golpes y menos violento que otras artes marciales. Hay quienes piensan que esta disciplina puede servir para reformular las técnicas policiales.

A lo largo de la semana que duró el taller en la Academia Policial de Wyoming, se puso énfasis en la noción de que hay que hablar con los sospechosos y, de ser necesario, apelar a tomas de judo para calmar los ánimos, sin emplear fuerza letal.

El objetivo es evitar situaciones como la que derivó en la muerte de Floyd o en la de Daunte Wright la semana pasada. Wright falleció cuando una agente le disparó pensando que tenía una pistola paralizante en su mano.

Jim Bacon, exmiembro del equipo de judo de Estados Unidos que ahora es policía en Lavayette, Colorado, dice que todos los incidentes graves, muchos de los cuales ahora son filmados por transeúntes con sus teléfonos, tienen algo en común: “Los agentes recurren a niveles de fuerza que jamás debieron emplear. De haber estado mejor preparados, tal vez no hubieran tenido que recurrir a las armas que tienen en sus cinturones”.

El judo desalienta los golpes y pone énfasis en el uso del cuerpo para hacer tomas. En Estados Unidos fue opacado por la popularidad que adquirieron otras artes marciales más violentas en la época de Bruce Lee y, más recientemente, por las peleas en los octágonos de las artes marciales mixtas.

En un ejercicio que fue emblemático de la filosofía del judo, los instructores Taybren Lee y Mike Verdugo hicieron el papel de personas inestables, o con incapacidades, con las que se puede usar técnicas del judo para aplacar los ánimos. El ejercicio fue lo más realista posible, con gente filmando lo que sucedía con sus teléfonos.

“Si podemos hablar con la persona, y mantenerla de pie, eso cambia todo el aspecto visual, especialmente si hay gente filmando”, comentó Verdugo. “Es cuestión de evitar que la otra persona termine en el piso”.

Lee sostuvo que el público se sorprendería al ver el poco entrenamiento que reciben los agentes para manejar incidentes callejeros, el cual se hace más evidente ahora que las confrontaciones suelen ser filmadas por transeúntes.

“No es culpa de los agentes si no han recibido entrenamiento”, dijo Lee, policía de Los Ángeles que también es instructor de judo. “A veces los departamentos no tienen dinero para estas capacitaciones y, en muchos sentidos, el entrenamiento que se brinda no está a la altura de la nueva realidad que genera la tecnología”.

El director ejecutivo de USA Judo, que maneja el deporte en Estados Unidos, Keith Bryant, afirma que el judo es un deporte que puede ser aplicado en situaciones de la vida real. De hecho, dos exjudokas del equipo nacional estadounidense, Nikki Kubes Andrews y Bacon, son hoy policías.

“La gente quiere que los agentes estén mejor entrenados”, sostuvo Bacon. “Por eso tratamos de incorporar al judo, para que podamos manejar mejor estas situaciones sin lastimar a otra persona”.

“Estamos convencidos de que si los agentes hubiesen tenido conocimientos de judo, todas estas situaciones como la de George Floyd y otras no hubiesen pasado a mayores”, acotó Bryant.