Haití

El duvalierismo todavía pervive en las instituciones

HAITÍ VIVE LO QUE ALGUNOS HISTORIADORES LLAMAN 'DUVALIERISMO SIN DUVALIER'

Foto: AP.

Milo Milfort/EFEPuerto Príncipe, Haití

Uso político del misticismo, modificación a la Constitución y corrupción desde el poder son algunas de las herencias del exdictador haitiano François Duvalier (1907-1971) que aún persisten en este país caribeño a 50 años de su muerte, afirman varios especialistas.

Haití vive lo que algunos historiadores llaman 'duvalierismo sin Duvalier'.

A algunos regímenes se les ha llamado, incluso, 'neo-duvalieristas' por sus supuestas prácticas de violación de los derechos humanos.

"Duvalier instauró un régimen totalitario en Haití", afirma a Efe el historiador haitiano Georges Michel.

Según él, para que haya un régimen totalitario, debe haber un componente doctrinal e ideológico que fue puesto en marcha por Duvalier.

"Era un gran intelectual y utilizó esa capacidad para hacer el mal", refirió Michel.

Duvalier, feroz dictador

"Es el único régimen totalitario que hemos tenido en la historia de Haití. Ha habido dictaduras, pero no regímenes totalitarios", remachó Michel, para quien la "práctica de robo y la corrupción a gran escala" es un "legado" de Duvalier que persiste hasta hoy.

Este 21 de abril se cumplen 50 años de la muerte en Puerto Príncipe del médico y dictador Duvalier, apodado Papa Doc. Gobernó Haití de 1957 a 1964 como presidente, y desde 1964 hasta su muerte en 1971 como presidente vitalicio.

Las detenciones ilegales, la corrupción y la persecución política fueron las características de sus años en el poder, que costaron la vida a miles de haitianos y enviaron a muchos más al exilio.

Duvalier creó una guardia personal dirigida a sembrar el terror entre la población, los temibles "tonton macoutes", encargados de proteger al gobernante, perseguir, torturar y asesinar a sus opositores.

Cambio de la Constitución

"Cada presidente que llega, elabora o modifica la Constitución para poder prolongar su mandato", dijo a Efe Auguste D'Méza, comentarista político y profesor universitario que recordó que son "raros" los presidentes que cumplen su mandato como lo ordena la Constitución.

En los últimos meses se han producido numerosas manifestaciones en Haití contra el referéndum previsto para el próximo mes de junio promovido por Moise para dotar al país de una Constitución "más adecuada".

A lo largo de su historia, Haití ha modificado en 23 ocasiones su carta magna. Para mantenerse en el poder, Duvalier modificó varias veces la Constitución hasta establecer en ella que el poder es hereditario y vitalicio.

Así, a principios de 1971 introdujo una enmienda constitucional que establecía la continuidad del poder, lo que permitió a su hijo Jean-Claude Duvalier, de 19 años, tomar control del Gobierno a la muerte de su padre en abril de ese año.

Jean-Claude Duvalier mantuvo la herencia dictatorial hasta que una revuelta popular lo obligó a salir del país con destino a Francia el 7 de febrero de 1986.

El misticismo como herramienta desde el poder

Uno de los elementos "más poderosos" heredados de la dictadura de Duvalier es la práctica de ceremonias vudú, recuerda el profesor D'Méza.

Para él, los haitianos siguen creyendo que son los "luases" (espíritus) los que te conducen al poder y que hay que utilizar el misticismo para mantenerse en el poder.

"Estas prácticas están muy presentes. Duvalier consiguió corromper e integrar a los masones. Lo mismo hizo Michel Martelly y ahora Jovenel Moise", aseguró.

Para el catedrático "el uso del misticismo es algo fuerte", de ahí que Papá Doc hiciera creer a la gente que era un ser inmaterial.

En esto coincide el historiador Michel, al afirmar que esto no es exclusivo de los Duvalier. "Todos los jefes de Estado haitianos utilizan el misticismo en la política", afirmó.

Cuando estaba en el poder, Jean-Claude Duvalier dijo que quería ver surgir una nueva clase económica en el país.

La razón era que luchaba contra cierta oligarquía, recuerda D'Meza. "Discursos contra los oligarcas. Crear una burguesía negra, como una burguesía alternativa, esa era el sueño de Jean-Claude", dijo.

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