Panamá investiga la muerte de cuatro migrantes irregulares en zona selvática
Los cuerpos de los migrantes fueron hallados en el Río Turquesa.
La fiscalía panameña anunció este sábado la apertura de investigaciones por la muerte de varios migrantes irregulares en la zona selvática del Darién, fronteriza con Colombia, en momentos donde se ha disparado la llegada ilegal de personas pese a los peligros de la zona.
"La Fiscalía Regional de Darién inició investigaciones por delito contra la vida e integridad personal, luego del hallazgo de 4 cadáveres de migrantes", informó el Ministerio Público en su cuenta de Twitter.
Los cuerpos de los migrantes fueron hallados en el Río Turquesa, ubicado entre las comarcas indígenas Wargandí y Emberá, en la frontera selvática con Colombia, añade el mensaje, que no detalla cuándo ni cómo fueron encontrados los cadáveres.
Horas antes, el Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) comunicó en una nota oficial que en "las últimas semanas" se ha reportado el fallecimiento de "al menos cuatro migrantes irregulares" (tres hombres y una mujer) por posible "inmersión".
"Estamos en una época de cambio de clima donde ya se están registrando las primeras precipitaciones de la temporada lluviosa y las personas que pretenden cruzar la inhóspita selva del Darién se enfrentan a las hostilidades de la madre naturaleza", alertó el Senafront.
Más de 46.500 migrantes irregulares, entre ellos más de 6.200 niños, han atravesado en los últimos cuatro años el Tapón del Darién, un corredor selvático de 266 km entre Colombia y Panamá.
Esta jungla virgen de 575.000 hectáreas y sin vías de comunicación terrestres se ha convertido en paso obligado para la inmigración irregular desde Sudamérica hacia Estados Unidos pese a los peligros de la ruta.
Los migrantes enfrentan en ella grupos criminales, animales salvajes y ríos caudalosos. En su mayoría son haitianos y cubanos, pero también hay asiáticos y africanos.
En 2020 el flujo migratorio por esta zona descendió por la pandemia, pero ahora ha vuelto a incrementarse y amenaza con desbordar los centros de acogida.
Durante el primer trimestre del año más de 7.100 personas han atravesado esta selva, de los cuales casi dos tercios lo han hecho en marzo.
Las previsiones apuntan además a un aumento de la migración producto de la crisis económica, el desempleo generado por el covid-19, la violencia y el cambio climático.
La situación ha provocado que el viernes la canciller panameña, Erika Mouynes, pidiera a su homóloga colombiana, Claudia Blum, un acuerdo bilateral para atender de manera controlada a los migrantes.
"Si no se actúa con celeridad y de forma coordinada" las cifras de migrantes que atraviesan el Darién "pueden ser difíciles de manejar", advirtió Mouynes, quien esta misma semana trató la crisis migratoria con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken.