¿Comparte en redes imágenes de sus hijos?
El "sharenting" en inglés, va generando una huella digital que entraña riesgos.
El afán de las familias por documentar el día a día de sus hijos, compartir sus vivencias y hacer partícipes a los demás de los logros y evolución infantiles, ha hecho que Internet se inunde de fotografías e información de menores protagonizando eventos relevantes, lo cual genera un rastro de su vida, que puede extenderse hasta la adolescencia.
Esta práctica se conoce como ‘sharenting’, un término que proviene del inglés y que combina las palabras ‘share’ (compartir) y ‘parenting’ (paternidad) y cuya relevancia va en aumento en los últimos años, según la plataforma de seguridad y bienestar digital para familias Qustodio (www.qustodio.com).
Por término medio la mayoría de los padres comparten en línea imágenes o vídeos de sus hijos alrededor de una vez al mes, sin preguntarles si están de acuerdo, según esta compañía.
Compartir este contenido está generando a los menores una huella digital, algo así como un rastro de ‘migas de pan electrónicas’ que dejan todas las publicaciones o acciones efectuadas en línea, que los expone a riesgos de los cuales los padres no son conscientes, de acuerdo a esta plataforma digital.
El que esos menores cuenten con un ‘álbum digital’ de sus vivencias más anecdóticas, publicado por sus padres puede ser positivo y a la vez que negativo, ya que en el momento en el que publicamos o enviamos un contenido visual, sonoro o escrito, dejamos de tener el control sobre su alcance, según Qustodio.
Algunos de los riesgos más comunes del ‘sharenting’ son que los menores puedan ser víctimas de fraudes, ciberacoso e incluso de pedofilia, ya que se están aportando datos personales en cada fotografía e incluso detalles íntimos de la vida de los hijos.
Por otro lado, este tipo de publicaciones pueden generar una falta de confianza en los hijos ya que, de manera inconsciente, se les arrebata la privacidad y muchos de ellos sienten vergüenza de lo que sus padres suben a Internet, según esta misma fuente.
“Cuando los ‘ciberdelincuentes’ que rastrean las huellas digitales en línea acceden al nombre y apellidos de un niño, su fecha de nacimiento y dirección (a través del ‘geoetiquetado’) pueden usar esa información en cualquier momento”, según Eduardo Cruz, director ejecutivo (CEO) de Qustodio, y María Guerrero, psicóloga experta en familia y tecnología, de esa compañía.
‘HUELLA DIGITAL’ QUE CRECE Y PERMANECE.
“Cuando una foto se publica y se añade una dirección exacta de donde está el menor -el colegio donde estudia, su domicilio o lugar de vacaciones- se están aportando datos que podrían poner en riesgo su seguridad“, enfatizan.
Los padres que publican sobre sus hijos los ponen en riesgo de sufrir un ‘secuestro digital’, consistente en que alguien publique en las redes sociales contenidos relativos al hijo de otra persona, por ejemplo fotos, como si fueran de sus propios hijos; es decir publican fotos de niños que no son suyos, según estos expertos.
“Otro de los riesgos derivados del ‘sharenting’ son las "agencias de adopción digital", donde la gente puede pujar por fotos de diferentes niños para reclamarlos como propios”, aseguran a Efe.
“Y es posible que algunos hijos, cuyos padres publicaron contenidos sin su consentimiento cuando eran menores, descubran años más tarde que su identidad digital ha sido robada, para suplantarlos en Internet con fines generalmente delictivos”, advierten Cruz y Guerrero.
Descubren ese robo y suplantación de identidad cuando intentan alquilar un apartamento, comprar un coche o buscar un trabajo, indican.
“El error más común que los padres cometen en términos de compartir es simplemente no pedir permiso a sus hijos para hacerlo. Muchos niños reconocen sentirse avergonzados, vulnerados y enfadados cuando sus padres publican algo sobre ellos sin previo aviso”, según los expertos de Qustodio.
“Un ejemplo famoso fue cuando Gwyneth Paltrow publicó una foto junto con su hija Apple en un viaje de esquí y su hija reaccionó negativamente a la publicación” apuntan.
“Los peligros potenciales a los que los padres exponen a sus hijos mediante el ‘sharenting’ son serios y numerosos, pero tal vez los menos comprendidos sean los relacionados con las futuras consecuencias profesionales para los menores”, señalan.
“Al poner toda la vida de sus hijos en línea, lo bueno y lo malo, están proporcionando a las empresas datos suficientes para crear perfiles que se venderán a empleadores y oficinas de admisiones, y que pueden poner en riesgo futuras contrataciones”, advierten.
CLAVES PARA PROTEGER LA PRIVACIDAD INFANTIL.
Desde Qustodio recomiendan no publicar nada relacionado con los menores en las redes, pero entienden que esto no es realista ya que para la mayoría de los padres esas publicaciones se han convertido en una forma de mostrar logros o conectar a sus hijos con amigos y familiares que no se encuentran cerca.
Según un estudio de Gran Bretaña, los padres y madres pueden llegar a publicar casi 1.500 imágenes de sus hijos antes de que cumplan los 5 años de edad.
“Si los padres quieren publicar fotos de sus hijos, es importante que limiten la presencia y la sobreexposición de los menores, tomando una serie de precauciones destinadas a proteger su privacidad”, recomiendan Cruz y Guerrero:.
1.- Siempre deténgase y piense antes de publicar algo en línea, especialmente contenidos sobre sus hijos.
2.- Tenga la precaución de ‘pixelar’ la cara del menor en las fotos y que siempre salga vestido en las imágenes.
3.- Evite compartir datos o detalles muy personales de su hijo públicamente en línea.
4.- Tenga cuidado con ‘geoetiquetar’ la ubicación de su hijo en cualquier contenido compartido, por ejemplo fotos, para evitar que alguien averigüe su ubicación.
5.- Pida siempre permiso a sus hijos, a medida que van creciendo, antes de publicar información sobre ellos. Merecen ser partícipes de la decisión de compartir imágenes suyas en la red.
6.- Recuerde que lo que se publica permanece potencialmente en línea para siempre y que todo ese contenido se puede capturar.
7.- Tenga presente que preguntar a sus hijos y pedirles su opinión sobre las fotos que se van a compartir es darles un buen ejemplo y fomentar un buen hábito.
8.- Compruebe la privacidad de las plataformas en las que se tiene actividad para saber si las publicaciones son visibles para todo el público o solo para familiares y amigos. Lo ideal es limitar el acceso y optar por un perfil privado.