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Cinco hitos de Benito Juárez que López Obrador pretende emular

Este domingo se celebran 215 años del nacimiento de Benito Juárez, presidente de México durante varios periodos del siglo XIX e ídolo del actual mandatario, Andrés Manuel López Obrador, quien lo cataloga como "el mejor presidente en la historia del país".

"Para nosotros el presidente Juárez es una inspiración y una referencia fundamental en muchos aspectos. Como defensor de la soberanía nacional, servidor publico austero y como un hombre que gobernó para el pueblo", dijo López Obrador en un acto conmemorativo en Guelatao (Oaxaca), lugar de nacimiento de Juárez.

Estos son cinco logros de Juárez (nacido en Oaxaca en 1806 y fallecido en 1872 en Ciudad de México) que López Obrador pretende imitar durante su mandato, que comenzó en 2018 y finalizará en 2024.

1. LIDERAR UNA TRANSFORMACIÓN

El Gobierno de López Obrador asegura estar protagonizando la Cuarta Transformación de México al purgar la vida pública de corrupción.

Las otras tres en las que se inspira López Obrador son la Independencia (1821), la Reforma liberal del siglo XIX y la Revolución mexicana (1910).

Juárez fue el presidente de la Reforma, ocurrida en 1859 con la promulgación de un conjunto de leyes que ratificaron la independencia del Estado respecto de la Iglesia.

2.- APUESTA POR LAS OBRAS PÚBLICAS

Antes de llegar a dirigir México, Benito Juárez fue gobernador del sureño estado de Oaxaca, su tierra natal. Allí destacó su ejecución de obras públicas como caminos, la reconstrucción del Palacio de Gobierno o la construcción de escuelas primarias.

López Obrador, que también tiene en marcha un programa de rehabilitación de caminos en Oaxaca, ha hecho de varias obras de infraestructura una de las banderas de su Gobierno.

Puso en marcha la construcción del Tren Maya en cinco estados del sureste para reactivar la economía de esa zona, emprendió la construcción de un nuevo aeropuerto internacional para Ciudad de México y pretende inaugurar una refinería de petróleo en Tabasco, su estado natal.

3.- RECUPERACIÓN DE LA GUARDIA NACIONAL

El actual presidente de México fundó en 2019 la Guardia Nacional, una policía militarizada dependiente de la Secretaría de Seguridad con alrededor de 100.000 efectivos desplegados por todo el país.

Con la creación de este nuevo cuerpo, López Obrador pretendía poner orden en la descontrolada situación de violencia que azota al país, aunque el nombre elegido es el mismo que tenía la milicia que en el siglo XIX reorganizó Benito Juárez.

Aquella Guardia Nacional surgió de los remanentes del Ejército virreinal y se incorporó al Ejército mexicano tras la independencia, pero tras el mandato de Juárez perdió fuerza hasta desaparecer a principios del siglo XX.

4.- ELIMINAR LOS PODERES FÁCTICOS DEL ESTADO

Si la Reforma de Juárez separó a la Iglesia del Estado, el actual mandatario mexicano prometió desde la campaña electoral divorciar el poder económico del Gobierno.

"Lo que se necesita ahora es separar al poder económico del poder político para que el Gobierno represente a todos. Que no esté el Gobierno convertido en un comité al servicio de una minoría, que represente a todos los mexicanos", fue cómo López Obrador describió sus intenciones en una de sus conferencias matutinas.

Las decisiones que el presidente ha tomado para paliar la crisis económica derivada de la covid-19 le han enfrentado con los empresarios, molestos también por los cambios normativos y las acciones del Ejecutivo que, protestan, obstaculizan la inversión.

5.- LÍMITE DE LA DEUDA EXTRANJERA

Una de las obsesiones de López Obrador desde que llegó al poder en diciembre de 2018 ha sido la de no aumentar la deuda pública, por lo que limitó todos los movimientos en ese sentido.

Pese a la crisis del coronavirus México no contrató deuda, aunque esta aumentó un 6,4 % en 2020 por la depreciación de su moneda y la contracción del PIB.

Ahora es de 12,13 billones de pesos mexicanos (cerca de 606.500 millones de dólares), un 52,4 % del PIB.

Juárez, en otro contexto histórico, fue mucho más allá: a principios de la década de 1860 suspendió el pago de sus deudas con Europa por la mala situación del erario mexicano.

La suspensión de pagos le valió la invasión de Francia y el exilio, del que volvió en 1867 cuando los franceses se habían retirado presionados por la situación en su continente.

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