Ola de inmigración pone a Biden contra las cuerdas

Desde que asumió el 20 de enero, el presidente Joe Biden tardó apenas unas semanas en anular muchas de las denostadas medidas de inmigración tomadas por su predecesor Donald Trump, como la de deportar niños que llegaban solos a la frontera y obligar a los migrantes a esperar en México mientras se procesaban sus solicitudes de asilo.
Mientras se abocaba a elaborar una ley de inmigración para tratar los problemas a largo plazo, el nuevo gobierno no tenía un plan inmediato para manejar una ola de migrantes. Funcionarios de carrera del sector habían advertido sobre esa posibilidad tras el cambio de gobierno y la anulación de las medidas de Trump, consideradas crueles.
Ahora las autoridades se desesperan por ampliar las instalaciones para los 14.000 inmigrantes detenidos por las autoridades federales —y los que probablemente vendrán— y el gobierno está contra las cuerdas ante las críticas de que debería haber estado mejor preparado para enfrentar un problema previsible.
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