Puerto Rico vive el debate de terapias de conversión por orientación sexual

Puerto Rico vive el debate sobre la prohibición de las terapias de conversión por orientación sexual, una práctica considerada por algunos expertos de salud mental como perjudicial y contra las que se promueve el Proyecto del Senado 184.

El debate, que este miércoles continúa entre partidarios a favor y en contra de la iniciativa que actualmente se tramita en el Legislativo, llegó al propio gobernador, Pedro Pierluisi, quien se pronunció para señalar que está en contra de estas llamadas terapias de conversión y que no dudará en firmar el proyecto para convertirlo en ley si, finalmente, llega a sus manos desde el Legislativo.

"Tendré que ver lo qué pasa en el proceso legislativo, pero si llega una medida a mi despacho estoy adelantando algo que ya es de conocimiento público, que yo estoy en contra de que se lleven a cabo terapias de conversión", sostuvo el jefe del Ejecutivo.

Las llamadas terapias de conversión se definen como cualquier intento de cambiar la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de género de una persona.

La Asociación Americana de Psicología, principal organización de esa profesión en los Estados Unidos, se opone a las terapias de conversión.

También la Asociación de Psicología de Puerto Rico subrayó en 2018 que se ha demostrado científicamente que las terapias de conversión no reducen ni eliminan los síntomas psicológicos de la persona.

PUEDE PROVOCAR IDEAS SUICIDAS

Esa entidad, por el contrario, defiende que ese tipo de tratamiento puede provocar ideas e intentos suicidas.

La práctica está prohibida en 20 estados de EE.UU y en Puerto Rico desde el Legislativo se valora la posibilidad de su prohibición, lo que ha provocado una polémica entre quienes lo apoyan y sus detractores.

Dentro del Ejecutivo, el secretario del Departamento de Salud, Carlos Mellado, mostró su acuerdo con Pierluisi y dijo que su agencia tiene que ir en contra de todo lo que vaya en detrimento de la salud física y mental de cualquier ser humano.

Los senadores del opositor Partido Popular Democrático (PPD) Juan Zaragoza y Migdalia González ya hicieron público su apoyo al Proyecto del Senado 184 para prohibir las terapias de conversión en Puerto Rico.

EXPERIENCIA TRAUMÁTICA

Zaragoza señaló este miércoles a Efe que exponer menores a terapias de conversión con el fin de alterar su identidad de género puede ser una experiencia traumática que no debe ser tolerada.

"Es por esto que estoy a favor de prohibir las terapias de conversión. El Proyecto 184, de ninguna manera, incide en la decisión de un padre de criar a sus hijos bajo los dogmas de su religión", matizó el legislador sobre un asunto que se verá en vistas públicas en el Senado entre los días 24 y 26 del presente mes.

Sin embargo, varios senadores del PPD se opusieron recientemente de forma pública al proyecto 184, alegando que las terapias de conversión no existen en la isla, a pesar de testimonios de miembros de la comunidad LGBT de que han sido víctimas de esas prácticas.

Los senadores del PPD que se opusieron son el de Guayama, Albert Torres Berríos; la senadora por Aguadilla-Mayagüez, Ada García, y el senador por Arecibo, Rubén Soto.

EL TEXTO DEL PROYECTO NO ES CLARO

Janise Santiago, miembro de la Junta Directiva del partido Proyecto Dignidad, considerado por algunos ultra conservador, dijo a Efe que lo primero que hay que aclarar es que el texto del Proyecto 184 del Senado no es claro, lo que desde su punto de vista no facilita las cosas a la hora de tomar postura.

Santiago matizó que lo que a su juicio es un maltrato es no darle la oportunidad a un niño de tomar decisiones de las que más tarde pueda arrepentirse.

Dijo que, incluso, jóvenes de entre 20 y 25 años buscan todavía en esa edad identificarse en el tema de orientación sexual, razón por la que los niños o adolescentes, con mucha más razón, deben ser orientados por especialistas si tienen dudas sobre qué camino seguir.

Por ello sostuvo que "no podemos estar a favor de este proyecto", que en su opinión prohíbe a profesionales de la salud ayudar en su orientación sexual a niños y adolescentes.

Santiago matizó que, no obstante, como se puede entender, su formación rechaza cualquier práctica tendente a reprimir una determinada orientación sexual que incluya violencia, castración o cualquier método similar.