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Él puede revisar sus redes sociales y ella visitar a su familia; un "matrimonio de prueba" para disminuir los divorcios

La esposa tiene derecho a trabajar y a visitar a su familia, mientras que el marido puede revisar sus redes sociales. Estas son algunas de las condiciones que pueden incluirse en el "matrimonio de prueba", una iniciativa lanzada por un abogado egipcio para hacer frente al alto porcentaje de divorcios.

Su impulsor, el director del Centro de El Cairo para Estudios Políticos y Legales, Ahmed Mahran, explica a Efe que consiste en una "reconciliación familiar escrita que contempla castigos para los que no cumplen con el contrato" y, además, "garantiza los derechos y alivia el sufrimiento de las mujeres" en el caso de separación.

El nombre de la iniciativa surgió precisamente de las quejas de las mujeres que acuden a su oficina para pedir el divorcio, que afirman que el matrimonio es una "prueba fracasada", por lo que este documento les ofrece "una nueva prueba con condiciones" para seguir adelante con el matrimonio, si así lo desean.

UN CONTRATO CON CONDICIONES

Cada cónyuge establece sus condiciones, tal y como se puede ver en un contrato que Mahran publicó en Facebook y que levantó una gran polémica: la esposa no debe recibir golpes ni ser obligada a dejar su trabajo y puede visitar a sus progenitores al menos una vez por semana; mientras que el marido tiene acceso a todas sus cuentas en las redes sociales.

En el caso de que se incumplan esas condiciones, ella puede pedir el divorcio con más facilidad, según el abogado: el contrato "ayuda a agilizar el proceso del divorcio y mantiene los derechos financieros de la mujer".

Por su parte, Mona Abdelaziz, una egipcia de 47 años separada, considera que el "matrimonio de prueba" podría aliviar el sufrimiento de las divorciadas al regular la relación matrimonial.

"Es una buena iniciativa que permite poner condiciones, por lo cual cada parte se lo piensa mucho antes de pedir el divorcio", dice a Efe la mujer, que se divorció en 2014 pero aún no está recibiendo la pensión fijada en el contrato de matrimonio ni la dictaminada por el juez.

"Las dificultades en el proceso (judicial) y la forma en la que se aplica la ley dificultan que podamos alcanzar nuestros derechos", agrega Abdelaziz.

APLICACIÓN DE LA LEY

Sin embargo, la directora del departamento legal de la filial egipcia de Samusocial Internacional, Eman Lamay, no comparte esa opinión y afirma que la ley egipcia garantiza muchos derechos de la mujer, que se considera "divorciada" si el marido así lo declara en voz alta.

"El matrimonio islámico es un contrato de convivencia, cuyos artículos estipulan una cantidad de dinero para la dote y otra en el caso de divorcio, además de una lista que incluye los muebles y propiedades" de cada cónyuge, señala a Efe la abogada de 34 años.

En caso de separación, la mujer obtendrá lo que está en la lista de propiedades, una cantidad de dinero estipulada en el acta de matrimonio y la pensión de mantenimiento que dictamina el tribunal de acuerdo a las posibilidades financieras del exmarido.

Lamay reconoce que "la ley ofrece muchas pensiones a las mujeres, pero el proceso judicial se demora años", en un país en el que el sistema de justicia es burocrático y la aplicación de la ley, caprichosa.

El "matrimonio de prueba" busca que las parejas no lleguen hasta los tribunales y rebajar la tasa de divorcio que, según el último informe de la Agencia Oficial de Estadísticas egipcia (CAPMAS), se ha triplicado en una década, alcanzando los 225.900 casos en 2019 frente a 84.400 en 2008.