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AP Explica: arranca plan de vacunación de ONU con problemas

Cuando la pandemia del coronavirus estalló en todo el mundo el pasado abril, las organizaciones internacionales se unieron para ayudar a garantizar que las personas más vulnerables del mundo tendrían acceso a la vacuna en medio de la carrera por conseguir el fármaco. La iniciativa conocida como COVAX fue creada por la Organización Mundial de la Salud, la Alianza para la Vacunación GAVI y por una coalición de innovaciones epidémicas llamada CEPI.

Se supone que el programa alcanza acuerdos para comprar vacunas al por mayor a las farmacéuticas y que también puede recibir dosis donadas por países ricos. Así, los más pobres podrán tenerlas gratis a través de COVAX, y los ricos pueden adquirirlas a través de él para diversificar su suministro.

Pero la iniciativa se ha visto afectada por la escasez de efectivo y de suministros, además de por los obstáculos logísticos. Y todo ello mientras un puñado de países ricos avanzaban en sus campañas de vacunación.

Las primeras vacunas adquiridas por COVAX llegaron a Ghana el miércoles.

A continuación, un vistazo al proyecto hasta el momento:

¿POR QUÉ ES NECESARIA?

No todos los países pueden permitirse su propia vacuna contra el COVID-19, y en pandemias pasadas, incluyendo la gripe porcina de 2009, los países ricos las acapararon hasta que terminó el brote. Durante la crisis del VIH, los tratamientos cruciales para salvar vidas llegaron a África años después de su introducción en Occidente.

Más allá del deber moral de compartir las vacunas de forma generalizada, los científicos han advertido que permitir que el coronavirus se propague libremente en cualquier población es un riesgo global porque podría provocar nuevas y peligrosas variantes que podrían afectar incluso entre quieres ya pasaron el virus o están vacunados.

¿QUÉ BUSCA HACER COVAX?

El objetivo inicial del programa era llevar las vacunas a los países pobres casi al mismo tiempo que se administraban en los ricos. Aunque ese objetivo no se ha alcanzado, espera repartir alrededor de 2.000 millones de dosis a más de 90 naciones antes de que acabe el año.

COVAX solo proporcionará vacunas suficientes para inmunizar a entre el 20 y el 30% de la población de los países receptores, un porcentaje que hará que sigan siendo vulnerables a los brotes de coronavirus. Los expertos estiman que para prevenir futuras epidemias, al menos un 70% de la población debe estar vacunada.

Kate Elder, de Médicos Sin Fronteras, calificó el primer envío de vacunas de COVAX a Ghana de “un inicio muy pequeño y tardío” de la inmunización global. La ONG sugirió demorar la entrega de dosis a los países ricos “mientras el mundo trabaja para ponerse al día en la protección de las personas en mayor riesgo que viven en las naciones en desarrollo”.

¿POR QUÉ NO HA AVANZADO MÁS RÁPIDO?

No hay vacunas suficientes. El suministro mundial del vacunas contra el COVID-19 es extremadamente limitado — las farmacéuticas tratan de producir más — y los expertos prevén que no habrá dosis suficientes para inmunizar a la población mundial hasta 2023 o 2024. Mientras los países de ingresos medios y altos han reservado más de 5.000 millones de dosis, COVAX ha cerrado acuerdos para obtener más de 1.000 millones, pero no todos ellos son legalmente vinculantes.

La iniciativa ha recibido miles de millones de dólares en financiación, pero el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, apuntó esta semana que el dinero casi no tiene sentido si no hay vacunas que comprar. Además, pidió a las naciones ricas que no firmen más acuerdos para vacunas adicionales dado que podrían poner en peligro los pactos que ya tiene COVAX.

La COVAX tampoco puede distribuir las vacunas hasta que no cuenten con la aprobación de la OMS para su uso de emergencia. Solo dos han recibido luz verde por ahora, la desarrollada por Pfizer y BioNTech y la de AstraZeneca y la Universidad de Oxford. La mayoría de las vacunas que tiene la iniciativa son de AstraZeneca, que no fue autorizada hasta la semana pasada.

Al contrario que en brotes anteriores, cuando los países pobres esperaron a que las agencias de ayuda les enviasen las vacunas, estas demoras han llevado a muchos de ellos a cerrar sus propios acuerdos privados fuera de COVAX.

¿QUÉ ESTÁN HACIENDO LOS PAÍSES RICOS PARA AYUDAR?

Aunque el Grupo de los Siete, que aglutina a las mayores potencias económicas del mundo, prometió garantizar un acceso equitativo a las vacunas y prometió 7.500 millones de dólares para el COVAX, ha habido muy pocos detalles de países como Gran Bretaña, Alemania y Francia acerca de cuándo donarán las dosis sobrantes.

Mientras el presidente de Francia, Emmanuel Macron, prometió donar el 5% de las vacunas al COVAX, el secretario de Exteriores de Gran Bretaña, James Cleverly, señaló que era “difícil decir con algún tipo de certeza” cuándo o cuánto podrá aportar el país.

Varios países ricos han sido criticados por comprar grandes cantidades de vacunas — Gran Bretaña, por ejemplo, tiene acuerdos que permitirían inmunizar a toda su población más de cinco veces. Las naciones se han defendido alegando que tuvieron que cerrar los pactos antes de saber cuáles serían efectivas y, a menudo, prometieron ceder el excedente. Pero la falta de detalles ahora es preocupante y algunos expertos dicen que es poco probable que lo hagan hasta que sepan cuánto dura la inmunidad que proporcionan, o si funcionan contra las nuevas variantes.

Otras naciones ricas como Canadá, Nueva Zelanda y Singapur han solicitado recibir sus vacunas a través de la iniciativa a pesar de tener sus propios suministros. La OMS dijo que cumplirá con estos pedidos ya que parte del objetivo de COVAX era permitir que ese tipo de países compren una gama más amplia de vacunas.

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