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La huelga general contra el golpe de Estado en Birmania paraliza completamente el país

La huelga general convocada para este lunes en Birmania para protestar contra el golpe de Estado del pasado 1 de febrero ha paralizado totalmente el país, con solo los servicios esenciales funcionando y miles de personas sumándose a las protestas y la campaña de desobediencia civil.

Los comercios han cerrado con motivo de la huelga y muchos de ellos como la cadena de supermercados más grande del país, City Mart, han anunciado que no abrirían incluso antes de la jornada de huelga contra el general Min Aung Hlaing.

Los medios birmanos han informado de que han sido las manifestaciones más multitudinarias desde el golpe de Estado y se han difundido en redes sociales imágenes de las protestas en las dos principales ciudades del país, Mandalay y Rangún.

En la capital, Naipyidó, ha habido una docena de detenciones, según el portal de noticias Myanmar Now, aunque otras fuentes no contrastadas apuntan a que podrían ser más de 350 los detenidos.

"Las únicas personas que se han quedado en casa son los enfermos o mayores y quienes les cuidan o los que tienen algún deber ineludible en su comunidad", ha informado Myanmar Now.

La huelga ha sido respaldada por los funcionarios, los obreros industriales, los sanitarios, los ingenieros, el profesorado y los trabajadores de la banca. "La gente corriente de todo Birmania se está sumando a un acto extraordinario de desafío contra el brutal golpe de Estado militar de Birmania tras los asesinatos, la violencia y las intimidaciones de las fuerzas de seguridad", ha destacado el grupo Justicia par Birmania a través de un mensaje publicado en Twitter.

REVOLUCIÓN DE LOS CINCO DOSES

La huelga se ha convocado bajo la consigna de la Revolución de los Cinco Doses, 22222, por la fecha elegida, el 22 de febrero de 2021, y en referencia a la histórica protesta de los Cuatro Ochos, cuando millones de personas salieron a las calles el 8 de agosto de 1988 para desafiar al Gobierno dictatorial.

La protesta se ha visto reforzada por la indignación causada por la muerte de dos manifestantes por disparos de policías y militares en la ciudad de Mandalay este sábado. Los uniformados utilizaron fuego real contra los manifestantes concentrados para defender de la detención a los trabajadores de un astillero que estaban en huelga.

El viernes, una joven de 20 años murió tras recibir un disparo en la cabeza de un policía durante una manifestación celebrada la semana anterior en la capital, Naipyidó, la primera víctima en las protestas. Sin embargo, los militares han rechazado vehementemente cualquier tipo de implicación en la muerte de la joven y aseguran que la autopsia ha revelado que la bala que impactó en su cabeza no es como la que utilizan las fuerzas de seguridad.

Además, la propia dictadura militar había advertido a los manifestantes de que "sufrirán pérdida de vidas" si las protestas continúan. El Consejo de Administración del Estado de Birmania ha asegurado este domingo por la noche en la emisora estatal MRTV que "los manifestantes han elevado su incitación hacia la revuelta y la anarquía".

Según recoge CNN en referencia a la declaración de la junta militar, "los manifestantes ahora están incitando a la gente, especialmente a los adolescentes y jóvenes emocionales, a un camino de confrontación donde sufrirán la pérdida de vidas".

Este lunes, Facebook ha retirado la página de la televisión pública, MRTV, según informa el movimiento de desobediencia civil, después de que la red social anunciara el domingo la eliminación de una página gestionada por el Ejército birmano, el Tatmadaw, al considerar que su contenido podría alimentar la violencia que está sacudiendo el país desde el golpe de Estado de principios de mes.

UNICEF CONDENA LA MUERTE DE UN NIÑO

Entre las dos víctimas mortales de la represión birmana este sábado, está incluida la de un niño, ha denunciado este lunes el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

Asimismo, la agencia de la ONU se ha mostrado "profundamente preocupada por los informes sobre el uso de fuerza excesiva y letal durante las protestas en curso", como también ante la amenaza de la junta militar de "pérdida de vidas".

Según los informes a los que hace referencia UNICEF, la violencia cometida por las fuerzas de seguridad en Mandalay el sábado por la noche durante las protestas resultó en dos muertes, incluida la muerte de un niño, y múltiples lesiones graves.

Frente a la violencia ejercida por las fuerzas de seguridad, la agencia ha reclamado que "se abstengan de la violencia, ejerzan la máxima moderación y que las diferencias se resuelvan por medios constructivos y pacíficos, dando prioridad a la protección y seguridad de los niños y jóvenes".

Asimismo, UNICEF ha instado a incrementar los esfuerzos para proteger a los niños y jóvenes de la violencia, "incluso cuando expresan sus opiniones y participan en protestas pacíficas. Nadie debe enfrentar ninguna forma de violencia o intimidación por sus opiniones", ha recordado a través de un comunicado.