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¿Por que hay retraso para la vacunación en América Latina y el Caribe?

Así lo valora en una entrevista con Efe el Director Regional para América Latina y El Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Luis Felipe López-Calva

Fuente externa

Álvaro Mellizo/ EFELima, Perú

Al día de hoy, América Latina y el Caribe van muy atrasados en el acceso y distribución de las vacunas contra el covid-19, no tanto por problemas burocráticos o prácticos como por la inequidad con la que estas se distribuyen en un mercado altamente "distorsionado".

Así lo valora en una entrevista con Efe el Director Regional para América Latina y El Caribe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Luis Felipe López-Calva, quien apunta además que la cuestión de las vacunas, "cara y compleja", es clave para la recuperación económica de la región.

Si bien todo indica que la situación de escasa aplicación de las vacunas puede variar en poco tiempo, y casi seguramente hacia mejor, no se puede olvidar que en América Latina y el Caribe hace falta aplicar la vacuna a más de 1,5 millones de personas por semana solo para vacunar a los mayores de 60 años en un año, lo que permite dibujar "el tamaño del reto".

Pregunta: ¿Cómo ven la situación del acceso a la vacuna y la vacunación en América Latina y el Caribe?

Respuesta: Lo primero que queremos llamar la atención es decir que la situación en este aspecto cambia muy rápidamente. Esta conversación hace dos semanas hubiera sido distinta a lo de ahora, porque han cambiado muchas cosas. Y eso va a seguir así.

Pero el mensaje central no cambia, y es que los países de América Latina y el Caribe estamos muy retrasados respecto al acceso, la implementación y la distribución de las vacunas, y esa es una preocupación primordial.

Mucha de la calidad y la rapidez de la recuperación en muchos sentidos va a depender de la universalización de las vacunas. Y hay que decirlo, en América Latina y el Caribe estamos muy atrás.

Aquí el que va más adelantado es Chile, que hizo un esfuerzo enorme la semana anterior y ha cubierto un poco más del 3% de la población, pero los demás que han iniciado están en el 1%.

El mensaje es que hay que acelerar la velocidad de aplicación de las vacunas y obviamente eso implica dos cosas esenciales, una el acceso y otra la capacidad de distribuir y aplicarlas las vacunas.

P: ¿A qué se debe este retraso? ¿Por qué ha sido particularmente difícil para la región adquirir vacunas?

R: Hay un tema importante y muy honestamente no diría que se trata de un problema de incapacidad o error, sino que es un mercado muy distorsionado.

El tema de origen no es sencillo y entiendo que está siendo aún más complicado directamente por la disponibilidad de las vacunas. La oferta es limitada y no ha crecido con la rapidez que debería. Entonces hay un tema importante de oferta de vacuna.

En segundo lugar, los países ricos han adquirido más de lo que necesitan, y tienen garantizada una oferta de vacunas por encima de su necesidad, lo cual es entendible para quien lo quiere lograr, pero que genera un problema de equidad.

Para resolver eso se requiere un mecanismo más coordinado.

México y Argentina intentaron coordinar algo, pero realmente no hay coordinación a nivel regional y creo que la competencia por las vacunas no ha ayudado.

Hay países con muchas vacunas y otros que no tienen aunque tengan dinero, pues el problema no es la financiación. Simplemente es que no están disponibles.

Los contratos son otro elemento. Estos tienen importantes pasivos contingentes. La responsabilidad de los efectos negativos que pudieran tener las vacunas están siendo transferida a los Gobiernos, y eso encarece la vacuna, pues incrementa su contingencia financiera para poder tener con qué respaldar.

Y más allá de eso, son vacunas caras por naturaleza y porque para garantizar su integridad hay costos que se encarecen.

El acceso a las vacunas es un acceso a algo caro, escaso y que requiere temas institucionales para aplicar las vacunas.

Es un problema complejo, no es solo un problema de incapacidad. En los Gobiernos hay determinación política y capacidad, pero es un mercado muy distorsionado.

P: ¿Y por qué cuesta tanto en la región encontrar un mecanismo común para abordar esta situación?

R: Hubo esfuerzos individuales de países para cooperar y se van a dar más y más en el futuro. Pero es normal que cuando hay escasez los gobiernos, para ellos es políticamente importante garantizar la vacunación en sus países. Si hubiera una mayor oferta, habría una mayor capacidad de cooperación y todo sería más fácil. Eso se va a dar más y más, pues los países se dan cuenta que compitiendo todos pierden.

Que Covax haya entregado un primer monto de vacunas a los países de la región asociados es importante. Todos están viendo que el entendimiento es y será mucho mejor que la competencia. Eso se va a desarrollar muy pronto.

Pero ciertamente ahora el escenario no es positivo.

P: ¿Por?

R: Nosotros hemos calculado que se tendrían que vacunar más de 1,5 millones de personas por semana solo para vacunar a los mayores de 60 de la región en este año calendario. Esa es una cantidad mucho más grande que las vacunas que se ha dado hasta ahora. El paso se tiene que acelerar muchísimo. Ese es el tamaño del reto.

P: ¿Y tiene capacidad la región para afrontar esto?

R: En temas de capacidad hay Estados que claramente tienen sistemas de salud que responden rápidamente y el PNUD quiere apoyar eso y traer también buenas experiencias, como por ejemplo de Israel, que más allá de tener las vacunas, tuvo experiencias diferentes, como vacunar a los jóvenes, pues estos son una población que genera mucho más contagio...

Si creo que puede generar mucha expectativa, porque políticamente es importante dar ese mensaje, pero eso genera expectativas que ojalá podamos cumplir, pues sino va a llevar a un descontento por la vacunación que se añade a otras presiones de índole económico.

Es normal que políticamente se dé visibilidad, la pregunta es si se pueden satisfacer las expectativas que estamos generando.

Si somos realistas, a la velocidad a la que vamos no tendríamos un nivel de universalidad de la vacunación hasta la primera parte del año 2022.

Depende mucho de lo que ocurra, y esto cambia muy rápido, pero a la velocidad que vamos, no llegaríamos este año a un nivel suficiente.

P: ¿Y qué puede decir la región a los países ricos que han acaparado compras de vacuna, generando cuellos de botella en su distribución?

R: Canadá, EE.UU, la UE, son países que tienen una oferta que dobla las vacunas que necesitan. Pero estoy convencido de que pronto habrá acuerdos para ceder parte de esta oferta para garantizar una mejor distribución como parte de su cooperación. Pronto habrá diplomacia de vacunas y pronto veremos, una vez que se den ciertos niveles de cobertura, que habrá estrategias de redistribución.

Una forma puede ser el mecanismo Covax, al que se pueden hacer donaciones. No está ahí todavía pero va a ir en esa dirección y habrá mucho trabajo diplomático de las vacunas para ello.

Eventualmente igual va a haber nuevas vacunas y más. Antes de que termine el año habrá muchas otras opciones de vacuna disponibles.

En general, los países tienen la capacidad financiera e institucional para distribuir las vacunas. La única limitación ahora es la oferta, y lo que va a determinar el éxito de la vacuna es eso.

Faltan las vacunas, pero con esa aceleración de producción, se va a ver. Y eso determinará cuándo podremos avanzar este año en la recuperación. Al ritmo de ahora, no llegamos.

Pero insisto, vamos a poder avanzar mucho más, muy rápido, una vez que se supere eso, pues tenemos la infraestructura montada.