Austria recibe un 20 % menos de vacunas por problema de producción de Pfizer
Austria dispone actualmente de un 20 % menos de vacunas contra la covid de lo que se esperaba para enero, debido a los problemas de producción de la farmacéutica Biontech/Pfizer, según explicó este lunes el Gobierno austríaco, que confió en que el ritmo de distribución se recupere en febrero.
"Tenemos que tomar nota de que hay ciertos retrasos en la entrega", dijo el canciller federal, el conservador Sebastian Kurz, según informan los medios locales.
"Tenemos que adaptar nuestra estrategia", admitió el jefe del Gobierno.
Ante esta situación, Kurz adelantó que, junto a Dinamarca y Grecia, planea presionar a la Unión Europea para que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) apruebe la vacuna de AstraZeneca rápidamente y sin burocracia.
"Para nosotros, cada semana cuenta", enfatizó.
El Gobierno de Austria, una coalición de democristianos y ecologistas, está siendo criticado por la lentitud del proceso de vacunación, que ha empezado con las personas mayores en asilos, el personal que las atiende y el personal sanitario de los hospitales.
Al mismo tiempo, en algunas regiones se ha comenzado a vacunar a todos los ciudadanos mayores de 85 años.
Austria, de 8,9 millones de habitantes, espera recibir hasta el 31 de marzo casi un millón de vacunas de la germano-estadounidense Biontech/Pfizer y 200.000 de la estadounidense Moderna, lo que permitiría inmunizar a unas 600.000 personas, según el ministro de Salud, Rudolf Anschober.
Además, el país cuenta con disponer de hasta dos millones de dosis de la británica AstraZeneca en el mismo periodo, una vez que este medicamento obtenga la luz verde de la EMA.
Con una incidencia actual de 130 infecciones de coronavirus por cada 100.000 habitantes en siete días, Austria está desde el pasado 26 de diciembre en su tercer confinamiento de la pandemia, con toque de queda, la educación a distancia y cerrado todo el comercio no esencial, así como la gastronomía y la hostelería.
Ante varios indicadores que apuntan a que la mutación del virus B.1.1.7, detectada por primera vez en el Reino Unido, se está expandiendo por el país y ya supone un 15 % de las infecciones, el Gobierno decidió ayer mantener las restricciones hasta, al menos, el 7 de febrero e incluso endurecer algunas de las medidas preventivas.