Expertos de EEUU se reúnen de cara a la aprobación de la vacuna de Moderna
Estados Unidos se convertiría en el primer país en aprobar el producto de Moderna
Expertos estadounidenses se reúnen este jueves para decidir si recomiendan la aprobación de la vacuna contra el covid-19 de la empresa estadounidense Moderna, lo que podría allanar el camino para su uso en Estados Unidos la semana próxima.
La reunión se produce después de que la vacuna de Pfizer-BioNTech recibiera de las autoridades estadounidense una autorización de uso de emergencia, lo que permitió que durante esta semana se distribuyeran los primeros tres millones de vacunas por el país, el más afectado del mundo por la pandemia.
La reunión del jueves se transmitió en directo al público y finalizará con una votación a primera hora de la noche por parte de la veintena de científicos independientes y representantes de la industria farmacéutica.
Si los miembros de la reunión votan a favor, como se prevé que suceda, se espera que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de luz verde a la vacuna poco después, lo que convertiría a Estados Unidos en el primer país en aprobar el producto de Moderna.
La pequeña empresa de biotecnología con sede en Massachusetts se asoció con científicos de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos para desarrollar la vacuna. Los trabajos comenzaron en enero, poco después de que China compartiera el genoma del virus SARS-CoV-2.
Moderna ha recibido más de 2.500 millones de dólares del gobierno de Estados Unidos para este proyecto y ha prometido entregar seis millones de dosis en una primera fase.
Según un ensayo clínico con 30.400 voluntarios, la vacuna de Moderna tiene un 94,1% de efectividad en la prevención de covid-19 en comparación con un placebo, con un rendimiento ligeramente mejor en adultos jóvenes en comparación con los ancianos.
La FDA no encontró "problemas de seguridad específicos que impidan la emisión de una autorización de uso de emergencia" tras revisar todos los datos disponibles.
Pero el jueves, Doran Fink, funcionario de la FDA, dijo que si otorgaba esta autorización, iría acompañada de una advertencia sobre posibles reacciones alérgicas.
Las instalaciones en las que se administran ambas vacunas deberán garantizar tener disponible tratamientos médicos para reacciones alérgicas graves.
Esto se produce después de que dos trabajadores de la salud en Alaska y dos en Gran Bretaña tuvieran tales reacciones a la vacuna Pfizer-BioNTech.
Placebo dilema
Steven Goodman, un experto de la Universidad de Stanford, criticó los planes de Moderna de vacunar ahora a los participantes de su ensayo que recibieron el placebo, incluso antes de lo que les correspondería por su grupo demográfico.
Esto privaría al ensayo de un grupo de control y reduciría la calidad de los datos que podrían extraerse de él, y sentaría un mal precedente para ensayos futuros, dijo.
Pero Tal Zaks, director médico de Moderna, defendió la propuesta.
"Ninguno de los participantes de nuestro ensayo estaría 'saltándose su turno', porque tenemos suministros para ensayos clínicos y si no se usan caducarían y se desperdiciarían", dijo Zaks, agregando que muchos voluntarios estaban en alto riesgo.
Los efectos secundarios más comunes asociados con esta vacuna, llamada ARNm-1273, son fatiga (70%), dolor de cabeza (60%), dolor muscular (60%), dolor en las articulaciones (45%) y escalofríos (45%).
Los raros efectos secundarios "graves" tienen tendencia a darse en los participantes jóvenes más que en los mayores.
Casos de linfadenopatía, o hinchazón de los ganglios linfáticos, aparecieron en el 1,1% de los participantes que recibieron la vacuna, frente al 0,6% de quienes recibieron el placebo.
El grupo vacunado mostró igualmente más reacciones alérgicas o inflamatorias (1,5% frente al 1,1% para el grupo placebo), pero ninguna fue clasificada como grave.
El ensayo clínico también registró tres casos de parálisis facial de Bell (en general temporal y no grave), una entre los participantes vacunados y dos entre quienes recibieron el placebo.
El ensayo de la vacuna de Pfizer-BioNTech, de su lado, contó cuatro casos de esta parálisis, todos en el grupo vacunado, por lo que la FDA recomendó una vigilancia específica.
Tanto la vacuna de Pfizer como la de Moderna usan moléculas de ARNm (ácido ribonucleico mensajero) para hacer que las células humanas generen la espícula del coronavirus y así evitan que éste se adhiera.
Ambas empresas utilizaron una formulación ligeramente diferente que dio como resultado diferentes requisitos de almacenamiento en frío: -70 grados Celsius (-94 grados Fahrenheit) para Pfizer; -20 grados Celsius (-4 Fahrenheit) para Moderna.