El presidente de Alemania se muestra alarmado por el acoso a miembros del Parlamento de cara a una votación

El presidente alemán Frank-Walter Steinmeier

El presidente alemán Frank-Walter Steinmeier

El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, se ha mostrado este viernes alarmado por el acoso al que se han visto sometidos varios miembros del Bundestag, el Parlamento alemán, de cara a la votación de una reforma de la Ley de Protección contra las infecciones.

En plena pandemia de coronavirus, el jefe de Estado germano ha aseverado que se trata de algo "absolutamente intolerable en una democracia". Sus palabras han tenido lugar después de que varias personas se reunieran frente al Parlamento para increpar, acosar e insultar a los diputados a su entrada al Bundestag.

Tres parlamentarios del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) habrían incitado a la multitud a acercarse a la zona para increpar a los diputados de cara a la votación y tras una serie de protestas en la capital, Berlín, contra las restricciones adoptadas por el Gobierno para contener la pandemia.

Steinmeier, por su parte, ha aplaudido que el Consejo de Ancianos del Bundestag se ocupara de esclarecer el incidente. "Debe haber consecuencias", ha afirmado. La ley en cuestión busca reforzar la capacidad de respuesta del Gobierno de Angela Merkel.

El presidente ha recordado que la situación es similar a la manifestación registrada a finales de agosto en Berlín, cuando un grupo de personas ocupó las escaleras delante del edificio del Reichstag, que alberga la Cámara.

"Si se ven ambos casos juntos, pueden sugerir que en aquel momento, a finales de agosto, se probó cómo reaccionaba la opinión pública al asedio del Bundestag", ha expresado.

Esta semana Berlín ha sido escenario de multitudinarias protestas por las restricciones adoptadas para contener la pandemia de coronavirus, que han concluido con la utilización de cañones de agua por parte de la Policía.

Según las autoridades, 77 agentes de Policía han resultado heridos en el marco de las protestas y otras 365 personas han sido detenidas después de que unas 9.000 personas se reunieran en la Puerta de Brandeburgo y cerca del Reichstag, donde se estaban debatiendo las normativas para frenar la expansión de la COVID-19.

La Policía ha alertado de que los manifestantes trataron de quitar los cascos a los agentes, se les arrancaron los visores y se roció gas lacrimógeno en sus caras. También se lanzaron botellas, piedras y pirotecnia al personal de emergencia.

Además, unas 40 personas trataron de derribar las vallas para acceder al edificio que alberga el Reichstag, acción que desencadenó el empleo de gases lacrimógenos por parte de la Policía.

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