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El control de la pandemia y la demanda interna impulsan recuperación de China

La recuperación económica de China registró una aceleración evidente en el tercer trimestre entre una serie de indicadores clave que muestran una tendencia al alza, respaldada por el éxito de la contención de brotes en China, el fortalecimiento de la demanda interna y el sólido comercio exterior.

Con su producto interno bruto (PIB) expandiéndose un 4,9 por ciento interanual en el tercer trimestre, más rápido que el crecimiento del 3,2 por ciento en el segundo trimestre, el crecimiento de China claramente está cobrando fuerza, ofreciendo esperanza y optimismo para la economía mundial en crisis debido a las infecciones por la COVID-19 y las cuarentenas consiguientes.

Si bien poner el brote bajo control efectivo ha sido la condición previa para una recuperación económica sostenida, el nuevo patrón de desarrollo económico de China de "circulación dual" también ha contribuido al rápido retorno del país al crecimiento.

Una serie de medidas efectivas de estímulo han reanimado la demanda y la inversión internas, además de respaldar el empleo. Entre las medidas se cuentan un mayor gasto fiscal, desgravaciones fiscales y recortes en las tasas de préstamos y los requisitos de reserva de los bancos.

Esos esfuerzos cimentan el objetivo de mantener el mercado interno como el pilar mientras los mercados interno y externo trabajan para impulsarse mutuamente. También impulsan el reequilibrio de la economía de China desde una visión impulsada por las exportaciones y la inversión hacia un enfoque en el que la base son las reformas estructurales sobre el consumo y la oferta.

La sólida recuperación de China tiene efectos, especialmente en sus vecinos y socios comerciales, y apoyará la difícil salida de la economía mundial de la pandemia, dijo la economista en jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath.

Con la tasa de crecimiento actual, China está preparada para contribuir con 1,5 billones de dólares estadounidenses adicionales al producto interno bruto (PIB) mundial el próximo año.

Además, los consumidores chinos generarán cerca del 40 por ciento de esa suma, explicó el economista británico Jim O'Neill, mejor conocido por acuñar el acrónimo BRICS.

O'Neill abundó en que el gasto del consumidor sigue representando una parte creciente de la expansión de China.

Eso se ha manifestado en gran medida en las vacaciones de la Semana Dorada en China, celebradas a principios de octubre, que es considerada ampliamente como un indicador del potencial de crecimiento y consumo de China luego del éxito en el control de la pandemia y el levantamiento de la mayoría de las restricciones para viaje nacionales.

En particular, China ha realizado una contribución esencial a la recuperación del comercio mundial desde junio y, a través de él, ha desempeñado un papel clave en el suministro de equipos médicos y productos necesarios en los hogares durante las cuarentenas gracias a la gran base de fabricación que posee.

Al mismo tiempo, la demanda de importaciones por parte de China está apuntalando el comercio intrarregional y contribuyendo a la demanda mundial, dijo el economista de la Organización Mundial del Comercio Coleman Nee.

En el tercer trimestre y pese al aumento del proteccionismo y el unilateralismo en todo el mundo, el comercio exterior de bienes del país asiático aumentó un 7,5 por ciento interanual hasta llegar a 1,32 billones de dólares, un récord histórico trimestral, con un aumento del 10,2 por ciento en las exportaciones y del 4,3 por ciento en las importaciones, según la Administración General de Aduanas de China.

El gran desempeño del país encaja con la mejora de las perspectivas económicas para el país este año y, en este sentido, varias instituciones financieras internacionales han revisado al alza las previsiones de crecimiento del PIB chino.

En su último informe de Perspectivas Económicas Mundiales, publicado la semana pasada, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectó que la economía china crecerá un 1,9 por ciento este año, 0,9 puntos porcentuales por encima de su pronóstico de junio.

También la agencia de calificación internacional Moody's elevó su pronóstico y situó el crecimiento anual chino en el 1,9 por ciento, frente al 1 por ciento anterior.

Esta perspectiva optimista ha llevado a que más actores de Wall Street e inversores extranjeros aumenten su participación en el sector financiero chino, que se sigue abriendo con un mejor entorno comercial y más oportunidades, e impulsando el flujo de capital global y la liquidez a largo plazo.

El gigante estadounidense de gestión de activos BlackRock, por ejemplo, ha recibido luz verde para establecer un negocio de fondos chino, mientras que JP Morgan Chase prevé hacerse el control total de su empresa mixta china de fondos mutuos.

El fuerte repunte económico de China ha supuesto una contribución insustituible a la hora de impulsar el crecimiento mundial este año. Con la Exposición Internacional de Importaciones de China, que se celebra el próximo mes, es de esperar que el país asiático continúe impulsando la economía mundial más que nunca en el futuro.