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Miles de indígenas colombianos llegan a Bogotá para presionar a Duque

Unos 7,000 indígenas colombianos llegaron este domingo a Bogotá para exigir un encuentro con el presidente Iván Duque, protestar contra la violencia en sus territorios y sumarse a un nuevo "paro nacional" convocado para el 21 de octubre.

"Exigimos garantías para la vida, el derecho a la tierra y que cumplan los acuerdos de paz" con la exguerrilla de las FARC, dijo a la AFP Hermes Pete, consejero mayor del Consejo Regional Indígena del Cauca.

El movimiento de protesta indígena comenzó el 10 de octubre en el suroeste del país y fue avanzando paulatinamente hasta llegar a la capital en caravanas de buses tradicionales conocidos como "chivas".

Los originarios exigen un cara a cara con el mandatario para exponer sus denuncias sobre la arremetida de guerrillas y demás grupos financiados por el narcotráfico en sus territorios. Pero el consejero presidencial Miguel Ceballos insistió en que "no hay ninguna posibilidad por ahora de una reunión" con Duque y ofreció, en cambio, un encuentro con una delegación del gobierno y el defensor del pueblo (ombudsman).

"Este no es un asunto de ministros, este asunto es directamente con el presidente de la república", dijo Pete.

Los indígenas se instalaron en un complejo deportivo adecuado con carpas para hospedar a 7.500 personas con las medidas de bioseguridad necesarias para evitar el contagio del nuevo coronavirus, indicó la alcaldía de la capital.

A la entrada recibieron mascarillas nuevas y pasaron por un ritual de protección tradicional con sahumerios.

Ceballos subrayó su preocupación por el impacto que podría tener este tipo de manifestaciones en medio de la pandemia y aseguró que el gobierno distribuyó mil tests de covid-19 para los indígenas.

"La minga [protesta, nldr] no viene enferma, la minga viene sana", afirmó la vocera de la movilización, Noelia Campo, y pidió que no se estigmatice la iniciativa.

- Vuelven las protestas -

Los indígenas marcharán el lunes hacia la Plaza de Bolívar, aledaña a la sede presidencial.

Y el miércoles se sumarán al llamado "paro nacional", un movimiento de protestas que comenzó a finales de 2019 en rechazo al gobierno y que desde entonces ha convocado multitudinarias marchas.

Con más de dos años en el poder, Duque ha enfrentado numerosas manifestaciones que cuestionan los abusos de la fuerza pública, sus políticas económicas y de educación, así como la espiral de violencia que envuelve a los activistas de derechos humanos desde que se firmó la paz en 2016 con las FARC, la antigua insurgencia convertida en partido político.

La organización que agrupa a los pueblos originarios en Colombia, ONIC, ha denunciado al menos 167 homicidios de sus miembros desde que Duque llegó al poder el 7 de agosto de 2018.

"Hemos venido a decirle al país que se nos respete la vida, que se nos respete el territorio (...) no queremos más asesinatos, no queremos más masacres, porque hoy no nos está matando la pandemia, nos están matando las balas asesinas y el esparcimiento de los diferentes grupos armados", dijo Campo en el complejo deportivo.

La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, recibió al movimiento de protesta y le pidió al presidente Duque escuchar los reclamos de sus líderes.

"La minga llega a Bogotá por la imposibilidad que ha tenido de reunirse directamente con el señor presidente y llegar a acuerdos sobre ciertos puntos. Las marchas que verá esta semana Bogotá (...) se causan por los conflictos y desencuentros que hay entre la ciudadanía y la presidencia", afirmó López.

Los pueblos originarios representan alrededor del 4,4% de los 50 millones de habitantes de Colombia.

El acuerdo de paz, que redujo la violencia política de más de seis décadas en el país, no logró desactivar por completo el conflicto armado, que se ha recrudecido en las últimas semanas con decenas de masacres.