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“Asteroide” podría ser viejo cohete de misión a la Luna

El objeto recién descubierto parece ser un viejo cohete de una fallida misión de alunizaje de hace 54 años.

En esta foto del 13 de agosto de 1965 proveída por el Museo del Aire y el Espacio de San Diego, técnicos trabajan en un cohete Atlas Centauro en Cabo Cañaveral, Florida.(Convair/General Dynamics Astronautics Atlas Negative Collection/San Diego Air and Space Museum vía AP)

En esta foto del 13 de agosto de 1965 proveída por el Museo del Aire y el Espacio de San Diego, técnicos trabajan en un cohete Atlas Centauro en Cabo Cañaveral, Florida.(Convair/General Dynamics Astronautics Atlas Negative Collection/San Diego Air and Space Museum vía AP)

Se supone que iba a ser un “asteroide” que sería atrapado por la gravedad de la Tierra y se convertiría en una “miniluna” el próximo mes.

Pero en lugar de una roca cósmica, el objeto recién descubierto parece ser un viejo cohete de una fallida misión de alunizaje de hace 54 años que finalmente está regresando a casa, según el principal experto en asteroides de la NASA.

“Estoy bastante entusiasmado con esto”, dijo Paul Chodas a The Associated Press. “Ha sido mi pasatiempo encontrar uno de estos y hallar tal vínculo, y lo he estado haciendo durante décadas.”

Chodas conjetura que el asteroide 2020 SO, como se le conoce formalmente, es en realidad la etapa superior del cohete Atlas-Centauro que impulsó exitosamente el módulo Surveyor 2 de la NASA a la Luna en 1966 antes de que fuera desechada. El módulo de aterrizaje terminó chocando contra la Luna después de que uno de sus propulsores no se encendió en el camino. El cohete, mientras tanto, pasó por la Luna y entró en órbita alrededor del Sol como basura, para no volver a ser visto nunca más, hasta quizás ahora.

Un telescopio de Hawai descubrió el mes pasado el misterioso objeto que se dirigía hacia nosotros mientras realizaba una búsqueda para proteger nuestro planeta de asteroides peligrosos. El objeto se añadió rápidamente a la lista del Centro de Planetas Menores de la Unión Astronómica Internacional que contiene los asteroides y cometas hallados en nuestro sistema solar, la cual está a sólo 5.000 de la marca del millón.

Se estima que el objeto mide aproximadamente 8 metros (26 pies), basado en su brillo. Eso está en el rango del viejo Centauro, que tenía menos de 10 metros de largo, incluyendo la tobera, y 3 metros de diámetro.

Lo que llamó la atención de Chodas es que su órbita casi circular alrededor del Sol es bastante similar a la de la Tierra, lo que es inusual para un asteroide.

“Pista número uno”, dijo Chodas, quien es director del Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, en el sur de California.

El objeto también está en el mismo plano orbital que la Tierra, sin inclinación por encima ni por debajo, otra pista. Los asteroides suelen pasar en ángulos diversos. Por último, se está acercando a la Tierra a 2.400 km/h (1.500 mph), lento para los estándares de los asteroides.

A medida que el objeto se acerca, los astrónomos deberían ser capaces de trazar mejor su órbita y determinar qué tanto es empujado por la radiación y los efectos térmicos de la luz solar. Si es un viejo Centauro —esencialmente una lata vacía ligera— se moverá de manera diferente a una roca espacial, cuyo peso la hace menos susceptible a las fuerzas externas.

Así es como los astrónomos normalmente diferencian entre asteroides y basura espacial, como las partes de cohetes abandonados, ya que ambos aparecen simplemente como puntos en movimiento en el cielo. Es probable que haya docenas de asteroides falsos ahí fuera, pero sus movimientos son demasiado imprecisos o confusos para confirmar su identidad artificial, dijo Chodas.

La Tierra se ha encontrado con el objeto durante sus respectivas traslaciones en 1984 y 2002, pero era demasiado tenue para ser observado desde 8 millones de kilómetros (5 millones de millas) de distancia.

Chodas predice que el objeto pasará unos cuatro meses dando vueltas a la Tierra una vez que sea capturado por su gravedad a mediados de noviembre, y que saldrá disparado a su propia órbita alrededor del Sol en marzo próximo.

Chodas duda que el objeto se estrelle contra la Tierra, “al menos no esta vez”.