Las relaciones entre Israel y Arabia Saudita vuelven a suscitar interrogantes
BARÉIN SE CONVIRTIÓ EN EL SEGUNDO ALIADO DE ARABIA SAUDITA EN EL GOLFO QUE FORMALIZA EN UN MES SUS RELACIONES CON ISRAEL, TRAS EMIRATOS ÁRABES UNIDOS
La decisión de Baréin de normalizar relaciones con Israel no se habría podido tomar sin el beneplácito de Arabia Saudita, lo que vuelve a abrir interrogantes sobre la evolución de los contactos entre Riad e Israel.
El viernes, Baréin se convirtió en el segundo aliado de Arabia Saudita en el Golfo que formaliza en un mes sus relaciones con Israel, tras Emiratos Árabes Unidos, dirigiendo todos los focos hacia Riad, que por ahora resiste a la presión del presidente estadounidense Donald Trump.
Esta evolución, calificada por Trump de "verdaderamente histórica", probablemente no habría tenido lugar sin el aval de Riad, que goza de una gran influencia en Baréin.
Líder de las monarquías árabes del Golfo, Arabia Saudita ayudó financieramente a Baréin en 2018 cuando tenía problemas de liquidez y en 2011 envió tropas para apoyar a la familia reinante ante importantes manifestaciones que siguieron la estela de la Primavera Árabe.
Riad guardó silencio sobre el establecimiento de relaciones entre Baréin e Israel, pero una fuente cercana a círculos gubernamentales insinuó que se trataba de una concesión a Trump, que ejerció una enorme presión sobre el reino para que establezca lazos diplomáticos con Israel.
"He hablado al rey de Arabia Saudita [...] acabamos de iniciar el diálogo" sobre la normalización con Israel, declaró el presidente estadounidense a los periodistas esta semana tras una conversación telefónica con el rey Salmán.
Los medios sauditas no abordaron directamente el asunto, pero destacaron el apoyo del soberano a una solución "duradera y justa" de la cuestión palestina.
Bajo el radar
Arabia Saudita, que alberga los lugares más sagrados del islam, no debería seguir los pasos de Baréin y Emiratos de inmediato, pues un reconocimiento oficial de Israel sería considerado como una "traición" a la causa palestina y empañaría su imagen de líder del mundo musulmán.
Según los analistas, Riad no necesita hacerlo, pues el reino ya mantiene relaciones secretas con Israel, que considera como un escudo ante su enemigo regional, Irán.
A comienzos de este mes, Arabia Saudita aceptó autorizar que los vuelos entre Israel y Emiratos sobrevuelen su espacio aéreo, lo que constituye otra señal concreta de cooperación con Israel.
"Lo que yo llamaría una normalización alternativa", declaró a la AFP Ryan Bohl, del grupo de reflexión geopolítica estadounidense Stratfor.
"Los sauditas avanzarán lentamente en esta dirección, pero está claro que el reino está abierto a la normalización" con Israel, añadió.
"Campo de pruebas"
Los medios sauditas progubernamentales pusieron a prueba repetidamente la reacción del público al defender lazos más estrechos con Israel.
Este mes, un predicador de la ciudad santa de La Meca desató una tormenta en las redes sociales al mencionar en un sermón lo que él llamó el acercamiento del profeta Mahoma a las personas de otras religiones, en particular a los judíos.
El sermón de Abdel Rahman al Sudais, que en el pasado creó polémica por opiniones antisemitas, fue interpretado por muchos como un llamado a la normalización con Israel.
Riad explorará las relaciones indirectas con Israel hasta que "la opinión pública saudita esté mejor preparada para un cambio estratégico más profundo", estima Bohl.
Arabia Saudita es consciente de que su población, como la de otros Estados del Golfo, es favorable a la causa palestina.
Luego de las reacciones públicas moderadas en Emiratos ante el establecimiento de lazos formales con Israel, opositores de Baréin rechazaron la normalización con Israel considerándola como una "traición".
"Arabia Saudita utiliza a menudo a Baréin como campo de pruebas para sus políticas futuras", explica a la AFP Kristin Diwan del Arab Gulf States Institute de Washington.
"Pero sus cálculos para una normalización con Israel son diferentes a los de un pequeño Estado del Golfo que no tiene el peso y la responsabilidad religiosa del reino", señala.