Los reyes holandeses ya no usarán la Carroza Dorada, criticada por racismo
Los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de Países Bajos dejarán de usar en la inauguración del curso político su Carroza Dorada, criticada por racismo, pues un panel lateral muestra a una mujer blanca rodeada de personas negras inclinadas depositando regalos a sus pies, confirmó este martes el Gobierno holandés.
El carruaje ceremonial tirado por caballos no regresará de momento a los Establos Reales en La Haya: al término de su restauración, prevista en 2021, será trasladado a una exposición en el Museo de Ámsterdam de junio a noviembre y no está claro si en algún momento volverá a utilizarse por la familia real holandesa.
Esta carroza se utilizaba en el recorrido de los monarcas por La Haya durante el Prinsjesdag, el tercer martes de cada septiembre y uno de los días más importantes en la política de Países Bajos, pues supone la apertura de un nuevo curso, con un discurso pronunciado por el monarca desde el trono -aunque el texto está escrito por el Ejecutivo- para describir la política oficial para el año.
Ese día es también relevante debido a la presentación ante el Parlamento holandés del presupuesto nacional, que, a pesar de las filtraciones habituales a la prensa, es oficialmente secreto hasta el momento en el que el rey termina de leer el discurso.
Según el comunicado del Servicio de Información del Gobierno (RVD), la Carroza Dorada (Gouden Koets, en neerlandés), que está siendo restaurada desde 2016, será "cedida temporalmente" para la exposición "Coche Dorado, Regalo de Ámsterdam" en junio de 2021.
Se colocará en un cubículo de cristal para exponerla en el patio del museo y los visitantes y expertos podrán participar en un debate sobre "una variedad de temas relacionados con el Gouden Koets como patrimonio cultural holandés", dice el RVD.
La historia y la función del carruaje se explicarán en seis salas del museo, por lo que "también se prestará atención a diferentes perspectivas de la historia".
La carroza, en cuya elaboración trabajaron más de 1.200 artesanos de la capital holandesa, fue un regalo de los habitantes de Ámsterdam a la reina Guillermina de Países Bajos en 1898, cuando ascendió al trono a los 18 años.
Los niños del orfanato de Burgerweeshuis, actual ubicación del Museo de Ámsterdam, también ayudaron a bordar las almohadas del carruaje, ahora propiedad de la Familia Real holandesa.
En los últimos años, el carruaje ha sido muy criticado por uno de sus paneles laterales, un "Tributo de las colonias" holandesas, que presenta a una mujer blanca sentada en un trono y rodeada de personas negras inclinándose ante ella y depositando regalos a sus pies.
En respuesta a las críticas, el rey Guillermo Alejandro advirtió de que el polémico panel no será eliminado del carruaje porque "es parte del patrimonio cultural holandés", aunque los monarcas no han confirmado si dejarán de usar permanentemente este carruaje.
El Gobierno holandés no especifica si esta decisión repentina es temporal, y si se debe a las críticas por el racismo que representa, aunque muchos expertos añaden que el carruaje no debe volver a circular por las calles porque es una pieza de arte que está siendo restaurada por valor de más de 1,2 millones de euros y se debe priorizar su protección.