Playas mexicanas del Caribe se abren al turismo al bajar riesgo por COVID-19

Las playas y los espacios públicos del Caribe mexicano fueron reabiertos este lunes a los visitantes tras reducirse de alta a media la situación de riesgo de contagio del coronavirus en el estado de Quintana Roo.

El cambio del semáforo de riesgo COVID-19 en Quintana Roo, de naranja a amarillo, supuso la apertura gradual de parques, áreas deportivas y playas, que estaban cerradas desde el 13 de marzo, cuando se declaró la pandemia.

Su apertura, ahora bajo estrictos protocolos sanitarios, era una de las acciones más esperadas por la población y turistas porque hasta ahora solo podían entrar a las playas los que estaban hospedados en hoteles.

MEDIDAS SANITARIAS.

Las personas interesadas en disfrutar las playas en esta nueva normalidad deberán mantener una distancia de entre 2.5 y 5 metro con otros grupos de familias, usar cubrebocas en las zonas de entrada y salida, baños y en áreas de transición, pasar un filtro sanitario y tendrán prohibido introducir bebidas alcohólicas.

En Isla Mujeres se permitió el acceso a Playa Centro, Playa Norte y la playa Pet Friendly; en Cancún se abrieron la de Delfines -mejor conocida como El Mirador-, Chacmool y Las Perlas, todas con certificación Blue Flag.

Maritza Pat Ortega llegó temprano a playa Delfines, con su vestido de quinceañera, tiara y careta protectora, acompañada por un pequeño grupo de familiares y sus chambelanes.

Recién se enteraron de la apertura de playas el viernes y durante el fin de semana afinaron detalles para celebrar su fiesta de quince años, que fue aplazada en junio por la pandemia de la COVID-19.

"Me emocioné porque pensé que ya se iban a cancelar por completo mis quince", comentó a Efe sobre estos tres meses de larga espera para poder tomarse las fotos tradicionales de esta celebración.

La fiesta sigue en pie, aun no hay fecha pero la familia Pat ortega se prepara para poder hacer una reunión, aunque sea pequeña. "Sólo con familia, con la poca familia que pueda venir", agregó.

Carmen Guillén dijo a Efe que no se podía regresar a la Ciudad de México sin sentir el mar de Cancún en los pies luego de hace varias semanas inició un viaje por carretera con su hermana y su cuñado.

Junto con sus acompañantes decidió rentar una casa en el centro de la ciudad y no habían podido visitar la playa. Este día era la primera en la larga fila para ingresar a la playa.

"Estoy en el centro de Cancún pero también he ido a Playa del Carmen y también estaba cerrado", señaló al comentar que esperan volver a su casa en un par de semanas.

"Pasamos Tabasco, pasamos Campeche, estuvimos también, todo cerrado en Campeche y lo poquito que pudimos ver pues también nos parece, ahorita que en dos semanas nos vamos a regresar por el mismo tour para lo que no pudimos ver, lo que estaba cerrado, conocerlo".

María del Socorro Balan Ucan llamó la atención de los visitantes de la playa no sólo por su colorido hipil bordado sino por la forma en la que disfrutaba conocer el mar.

Originaria del Ejido de Nohalal, en el municipio de Hecelchakan, Campeche y con ayuda de familiares para traducir del maya al español, Balam Ucan, comentó su experiencia al conocer por primera vez el mar de Cancún.

No se animó a entrar al mar porque no sabe nadar y el oleaje estaba muy intenso, pero eso no le impidió disfrutar el paisaje y jugar con uno de sus nietos a la orilla del mar.

De acuerdo con el reporte del personal encargado de los accesos a la playa, en hora y media ya eran más de 300 personas las que habían ingresado y el aforo máximo permitido es de 700 personas simultáneamente.