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Pompeo concluye en Omán su gira por Oriente Medio con pocos resultados

La portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, afirmó que Pompeo habló con el sultán

El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, concluyó este jueves en Omán una gira por varios países árabes con un magro balance frente a las expectativas que había despertado el viaje en el contexto de la normalización de relaciones entre Emiratos Árabes Unidos (EAU) e Israel.

En Mascate, Pompeo se reunió con el nuevo sultán, Haitham bin Tareq al Said, pero del encuentro apenas transcendieron una sumarísima y protocolaria declaración del Departamento de Estado y un todavía más escueto comunicado oficial omaní.

La portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, afirmó que Pompeo habló con el sultán "sobre la importancia de tener un Consejo de Cooperación del Golfo unido para lograr la prosperidad en la región" y le agradeció el papel de Omán en favor de "la paz y la estabilidad" en el golfo Pérsico.

La agencia oficial de noticias omaní se limitó a indicar que en la audiencia se revisaron aspectos de la relación bilateral y otros temas de interés común.

La falta de detalles sobre esta visita ha sido la tónica general del periplo que ha llevado a Pompeo por Sudán, Baréin y EAU, la única excepción de la gira, pues aquí pudo felicitar al país por “el logro monumental” que supone su acuerdo con Israel para normalizar sus relaciones.

En el inicio de su gira, a principios de semana, Pompeo manifestó en Israel su confianza en ver “a otros países árabes unirse” a la decisión emiratí de establecer relaciones diplomáticas con Israel, algo que solo habían hecho en la región Egipto y Jordania.

Los destinos elegidos apuntaban en esa dirección, pues, además de EAU, hizo paradas en tres de naciones que ya habían hecho algún gesto con Israel: Sudán, Baréin y Omán.

Sin embargo, la respuesta al interés estadounidense por sumar más países a los denominados Acuerdos de Abraham entre Emiratos e Israel ha sido bastante fría.

Al igual que en Omán, el secretario de Estado habló en sus respectivas llegadas a Sudán y Bárein de “aprovechar el impulso” del momento por el reciente acuerdo israelo-emiratí y de profundizar las relaciones con el Estado judío.

Pero tanto en Bárein, después de reunirse con el rey Hamad bin Isa Al Jalifa, como tras la audiencia con Bin Tareq al Said, el tema ni siquiera fue citado en las informaciones posteriores a los encuentros.

En el caso de Bárein, el comunicado oficial incidió en la insistencia del monarca árabe en la necesidad de resolver el conflicto palestino “con el establecimiento de un Estado palestino independiente, con su soberanía, cuya capital es Jerusalén”.

En Sudán, en cambio, la negativa fue categórica, pese a que el país recibía la visita oficial de un secretario de Estado estadounidense por primera vez en 15 años.

El "no" fue además unánime por parte de las dos patas de su gobierno de transición, el primer ministro, Abdallá Hamdok, y el hombre fuerte del Ejército y presidente del Consejo Soberano, el general Abdelfatah al Burhan, que explicaron a Pompeo, en sendos encuentros, que no tienen atribuciones para tomar una decisión de ese calibre.

Por su parte, el secretario de Estado tampoco se mostró muy receptivo a la solicitud de sus contrapartes de sacar a Sudán de la lista de países patrocinadores del terrorismo.

La nación africana entró en ella en 1993 por el apoyo que le dio el régimen de Omar al Bashir, derrocado el año pasado, a figuras como el fundador de Al Qaeda, Osama bin Laden.

La falta de sintonía fue tal que se suspendió la rueda de prensa conjunta prevista tras la reunión con Hamdok y Pompeo se marchó apenas unas horas después de haber llegado rumbo a Bárein.