Los sudafricanos hacen cola para volver a comprar alcohol y tabaco

La entrada en vigor de una nueva fase de desconfinamiento en Sudáfrica, donde por fin retrocede la pandemia tras situarse como el quinto país del mundo con más casos de COVID-19, trajo este martes colas de ciudadanos ansiosos por volver a comprar alcohol y tabaco en los comercios.

Ambos productos habían sido prohibidos por el Gobierno a fin de reducir los efectos nocivos en la salud y las urgencias hospitalarias derivadas de su abuso.

"Durante las últimas tres semanas, el número de nuevos casos confirmados ha caído de un pico de más de 12.000 al día a una media en la última semana de 5.000 al día", explicaba este fin de semana el presidente del país, Cyril Ramaphosa, al anunciar nuevas flexibilizaciones.

La fase 2 de desconfinamiento -de un total de 5 en las que la quinta corresponde al confinamiento total, con solo servicios mínimos, y la 1 constituye prácticamente una vuelta a la normalidad- entró en vigor esta última medianoche.

En consecuencia, a primera hora de la mañana muchos ciudadanos hacían ya fila a la puerta de las licorerías y lugares de venta de tabaco de todo el país.

La comercialización de tabaco había permanecido prohibida desde marzo -lo que provocó el florecimiento de un mercado negro- y el alcohol solo se pudo vender en tiendas durante unas semanas en junio, antes de volver a prohibirse por el elevado número de urgencias hospitalarias registradas por su consumo.

"Estoy feliz de que los cigarros estén de vuelta porque voy a ahorrar muchísimo. Ahora ya no me siento como un criminal", contaba este martes al portal informativo local Times un fumador en un supermercado de Johannesburgo.

Tampoco fueron pocos los sudafricanos que esta misma mañana se aventuraron a tomar una cerveza o copa de vino en sus bares y restaurantes preferidos por primera vez en cinco meses.

Aunque estos establecimientos tenían permiso para abrir con aforo limitado desde junio, servir bebidas alcohólicas permanecía prohibido. Esto había motivado que muchos establecimientos optasen, de hecho, por no abrir sus puertas al entender que el servicio no resultaba rentable.

"Tantos negocios han cerrado, durante cinco meses tuvimos las manos atadas, especialmente los negocios que dependen de la venta de alcohol", explicaba a primera hora a la televisión pública Sudafricana SABC un empresario que esperaba la apertura de una licorería en la localidad de Roodepoort, a las afueras de Johannesburgo.

Este martes también se levantan otras normas, como las que mantenían cerrados los gimnasios y prohibidos los deportes de contacto.

Asimismo se levantan las restricciones internas al turismo, si bien los alojamientos tendrán aforo restringido, mientras que se mantienen las limitaciones sobre los viajes al extranjero.

En esta fase 2, los sudafricanos también pueden volver a hacer visitas en domicilios, pero las reuniones deben limitarse a 10 personas.

Funerales y eventos en general no podrán sobrepasar asistencias de 50 personas y los torneos deportivos profesionales se retomarán sin público.

Pese a las buenas noticias, el Gobierno ha pedido extremar la precaución.

Sudáfrica es el quinto país del mundo más golpeado por el coronavirus, con 589.886 contagios. De ellos, 11.982 son fallecidos y 477.671 son ya pacientes dados de alta.

Esto supone que algo más de la mitad de todos los casos de COVID-19 detectados en África se han registrado en Sudáfrica, si bien hay que tener en cuenta que no todos los países ofrecen datos tan fiables como la nación austral.

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