Una transexual se une a la Policía paquistaní para combatir la discriminación

La transexual Reem Sharif ha sufrido humillaciones y discriminación a lo largo de su vida

La transexual Reem Sharif. Foto de EFE.

La transexual Reem Sharif. Foto de EFE.

La transexual Reem Sharif ha sufrido humillaciones y discriminación a lo largo de su vida y ahora lucha desde un pionero centro de atención de la Policía para que otras personas transgénero no pasen por lo mismo en Pakistán, un país conservador en el que viven relegadas a la oscuridad y la violencia. En sus dos meses y medio como oficial de apoyo a víctimas en el primer centro para transexuales de la Policía paquistaní, Sharif ha trabajado en 19 casos, desde incidentes en los que personas transgénero sufrían amenazas por parte de familiares, a incluso acoso policial, situaciones que ella conoce muy bien. "Un hombre o una mujer no pueden entender la cultura de la comunidad transexual del modo que yo lo hago", dice a Efe esta licenciada en Relaciones Internacionales de 32 años, en la oficina del centro Tahaffuz (protección, en urdu) de la ciudad de Rawalpindi, vecina a Islamabad. "Cuando una transexual es discriminada, si va a una comisaría es discriminada de nuevo. Esto pasa continuamente", subraya Sharif. DISCRIMINACIÓN Los asesinatos, violaciones, palizas, insultos y discriminación laboral forman parte de la vida de las transexuales paquistaníes, que en muchas ocasiones se ven abocadas a la mendicidad, la prostitución o el baile para ganarse la vida.

Esa discriminación continúa ocurriendo a pesar de que el Tribunal Supremo reconoció en 2009 la existencia del "tercer sexo" para los documentos oficiales y de que hace dos años el Parlamento aprobó una ley que establecía los derechos de los transexuales y prohibía su discriminación en instituciones educativas y en el ámbito laboral.

"Yo también fui discriminada", afirma Sharif. Su familia la rechazó, especialmente su hermano, que llegó a intentar agredirla físicamente. "Me han aceptado como una persona transexual, pero tras una enorme lucha. Incluso ahora mi familia no está del todo cómoda conmigo", señala. El peor periodo de su vida lo sufrió cuando estudiaba ingeniería en la universidad de Lahore, donde se reían de ella y la insultaban. "Me deprimí. Estuve un año en la cama paralizada por el estrés y la discriminación que sufría. No era capaz de mover los brazos o las piernas", dice la oficial de apoyo a víctimas. Sin embargo, logró reponerse y comenzó a estudiar Relaciones Internacionales en otra universidad. AMENAZAS Así, cuando en uno de sus primeros casos llegó al centro una joven transexual "muy asustada" después de que su familia la amenazara con someterla a electrochoques, encerrarla en un armario e incluso matarla, Sharif sabía por lo que estaba pasando. "Pedí a su familia que viniera y hablé con ellos. Firmaron una declaración en la que decían que no sabían lo que es una persona transexual y que no le harían más daño", asegura. En otro caso, una transexual denunció en el centro Tahaffuz que varios policías la acosaban con continuos registros de su casa por las noches. Sharif intervino y el problema desapareció.

También ejerció de intermediaria con la Policía después de que un grupo de transexuales bloqueara varias carreteras en Rawalpindi como protesta por el asesinato de una de ellas. Y ese es el objetivo del centro policial para transexuales en el que Sharif trabaja junto con dos agentes, un hombre y una mujer: ofrecer confianza. "Nos dimos cuenta de que los transexuales tienen muchos problemas que no salen a la luz", dice a Efe Mohamed Ahsan Younas, jefe de Policía del distrito de Rawalpindi, que además de esa ciudad abarca otras seis localidades con unos cinco millones de habitantes en total, e impulsor del proyecto. Ahsan percibió que las personas transgénero no recibían una buena atención en las comisarías, además de la falta de confianza entre la comunidad y la policía, de ahí la contratación de Sharif. De hecho, reconoce la discriminación de los propios agentes hacia esta comunidad. "La relación de la policía con los transgénero es un reflejo de la relación de la sociedad con los transgénero", afirma Ahsan, que subraya que "están aprendiendo". BUENA ACOGIDA El centro ha sido bien recibido por las ONG de transexuales del país. "Es una buena iniciativa y debería hacerse en cada ciudad en Pakistán. Deberían existir más centros donde podamos registrar denuncias sin sufrir más discriminación o acoso", dice a Efe la presidenta de la ONG TransAction Alliance, Farzana Jan. La activista afirma que hay gente que piensa que "no somos humanos". Sharif se une así a otras personas transgénero que han abierto nuevos caminos en Pakistán, como Marvia Malik, quien en 2018 se convirtió en la primera transexual en presentar un programa de televisión en el país. "Las opciones que tienen las transexuales ahora son mendigar, el trabajo sexual o ser bailarina en bodas", afirma Sharif. "Pero una transexual puede ser también médico, ingeniera o policía. Estoy abriendo paso para la comunidad transexual", asegura con orgullo.