El impacto de la COVID-19 en la población infantil causa alarma en Indonesia
El impacto de la COVID-19 en la población infantil de Indonesia está causando alarma en el cuarto país más poblado del mundo, a medida que los casos y las muertes se multiplican durante el relajamiento de las restricciones para combatir la pandemia.
"Indonesia es el país (del Sudeste Asiático) con un índice más elevado de niños infectados por la COVID-19", señala a Efe la doctora Wahdini Hakim, jefa del programa de salud y políticas de la ONG Save the Children en Indonesia.
Según los últimos datos del Gobierno, las muertes de menores de 17 años suponen el 1,7 por ciento del total, 73 de los 4.320 fallecimientos confirmados en el país, donde se han detectado hasta ahora 89.869 casos.
Sin embargo, la Sociedad Indonesia de Pediatría informó el 25 de junio de que 204 niños han muerto entre las 6.000 personas bajo vigilancia, de las que se sospechaba que tenían la enfermedad, según el periódico Jakarta Post.
En comparación, Filipinas, segundo país de la región más afectado por la pandemia informó el domingo de que se han producido 47 muertes hasta el momento de pacientes menores de 19 años, a pesar de tener unos índices de mortalidad por cada millón de habitantes mayores, 17 frente a los 16 de Indonesia.
PROBLEMAS PREEXISTENTES
Los elevados niveles de malnutrición infantil o las anemias, entre otros problemas de salud, han hecho que muchos niños indonesios tuvieran una salud precaria incluso antes de que la pandemia se extendiera por el país.
"Indonesia tiene numerosas vulnerabilidades que hacen que aumenten los riesgos y el impacto de la epidemia de coronavirus", señaló Save the Children en un informe publicado en abril.
Además, la mortalidad infantil en Indonesia "es relativamente elevada en comparación con los países vecinos", señala la doctora Hakim, que cita datos según los cuales 10 niños menores de cinco años mueren cada 7 minutos en el país, 2.000 al día, y uno de cada tres niños enfermos no son llevados a centros médicos.
Por su parte, la doctora Ester Sitompul explica a Efe en el centro de salud de Medan, en la isla de Sumatra, que "el coronavirus tiene un efecto mayor en los niños" porque sus defensas "aún son débiles".
"El sistema inmunológico no está totalmente desarrollado en los niños. La situación nutricional de los niños depende de varios factores: la situación social, económica y cultural, así como la educación que reciben de los padres. Cuanto más escasa es la nutrición del niño, más vulnerable será a la COVID-19", indica la doctora Sitompul.
Además, ambas doctoras coinciden en señalar que hay cuestiones culturales que pueden incrementar el riesgo de contagio y una alarmante falta de conciencia sobre los peligros del coronavirus.
EFECTOS A LARGO PLAZO
Aparte del peligro inmediato para los niños, es probable que la epidemia tenga efectos a largo plazo también; el mes pasado UNICEF advirtió que el número de niños malnutridos podría aumentar enormemente debido al desbordamiento de los centros de salud, el bloqueo de las cadenas de suministro de alimentos y las pérdidas de ingresos.
"A no ser que ampliemos urgentemente los servicios de prevención y tratamiento para niños malnutridos, nos arriesgamos a ver un aumento de las enfermedades y muertes vinculadas a la malnutrición", avisó la representante de la UNICEF en Indonesia, Debora Comini, en un comunicado.
Además, las pruebas de VIH y sífilis a mujeres embarazadas, fundamentales para prevenir la transmisión de madre a bebé, han descendido un 65 por ciento y un 63 por ciento respectivamente, entre febrero y mayo, según un informe publicado por la OMS hace una semana.