Santo Domingo 21°C/21°C clear sky

Suscribete

Muchos trabajadores esenciales dejarán de recibir los aumentos de sueldo para ‘héroes’

“Conforme se reactiva la economía en los estados, vamos retomando los niveles de tráfico y demanda que teníamos antes de la COVID-19”, señaló Stop & Shop en una declaración.

Avatar del Listín Diario
The New York TimesEstados Unidos

Muchas empresas minoristas de Estados Unidos, sin ningún aviso, han dejado de darles a sus empleados los aumentos de salario que les habían concedido al principio de la pandemia, a pesar de que los contagios por el virus aumentan en muchos estados.

El razonamiento de las empresas detrás del retiro del llamado sueldo para héroes es que ya bajaron las compras de pánico que atrajeron cantidades enormes de compradores a las tiendas durante las primeras semanas de la crisis.

Stop & Shop es la empresa minorista que más recientemente hizo ese cambio, cuando dejó de pagar el aumento del 10 por ciento que les había otorgado a sus 56.000 empleados esta primavera como señal de reconocimiento al trabajo esencial que realizaban. Amazon, Kroger y Albertsons también suspendieron los aumentos al sueldo por hora debido a la pandemia, aunque algunas de ellas ahora dan bonos. ShopRite dijo que planeaba suspender el aumento de dos dólares por hora a principios del próximo mes.

No obstante, aunque el frenesí por acumular provisiones haya terminado, la infección todavía es una amenaza muy real, en especial en ambientes como las tiendas del sector minorista donde, incluso con el uso de tapabocas y aunque se respete el distanciamiento social, los empleados dicen que todavía se sienten vulnerables.

Ahora que decenas de estados registran niveles récord de casos nuevos, muchos trabajadores esenciales del sector minorista afirman que sus tareas en realidad son más difíciles ahora que al principio de la crisis sanitaria.

Tampoco ha ayudado la forma en que se politizó el uso de los cubrebocas. Los empleados de las tiendas ahora se exponen a confrontaciones acaloradas e incluso violentas cuando les recuerdan a clientes y colegas por igual que deben cubrir su rostro.

“Lo que hacemos todavía es muy riesgoso”, explicó Eddie Quezada, gerente de mercancías en la tienda Stop & Shop de Long Island. “Al menos deberíamos recibir algo por ese riesgo”.

Casi todos los días desde hace cuatro meses, Quezada ha seguido la misma rutina. Cuando regresa a casa del trabajo, se quita la ropa en el porche y la deposita de inmediato en la lavadora. El coronavirus, que infectó a Quezada y a muchos otros de sus colegas, todavía se percibe como una amenaza constante.

Muchos de los negocios minoristas comentaron que ofrecieron el aumento a los sueldos por hora como recompensa a los empleados que trabajaron durante los meses en que las ventas se dispararon. Pero últimamente hay menos razones para conservar esos grandes aumentos, en opinión de las compañías.

“Conforme se reactiva la economía en los estados, vamos retomando los niveles de tráfico y demanda que teníamos antes de la COVID-19”, señaló Stop & Shop en una declaración.

Eso ha cambiado la economía para los patrones, aunque persisten las amenazas a la salud y otros retos para los empleados.

En las primeras semanas del virus, las compras de pánico generaron ventas récord para los minoristas de los sectores de alimentos, productos para el cuidado de la salud y otros bienes esenciales.

Esos incrementos en las ventas ayudaron a compensar los costos en que incurrieron las empresas minoristas para adaptar las tiendas con barreras de plexiglás y darles tapabocas y desinfectantes para manos a los empleados. También ayudó a pagar los aumentos de sueldo para los empleados actuales y para contratar a otros nuevos, de manera que se pudiera cubrir la enorme demanda.

Además, algunas empresas comienzan a experimentar una realidad financiera más grave. El jueves, Walgreens dijo que los costos de mano de obra y la limpieza frecuente de las tiendas han elevado los gastos generales y contribuyeron a que se registraran pérdidas en el tercer trimestre. La empresa, que les había dado a sus empleados de tiempo completo una bonificación de 300 dólares a principios de abril, no ha anunciado planes de otorgar bonos adicionales y más bien se ha concentrado en recortar costos.

Para algunas cadenas de abarrotes, las ventas ya no alcanzan niveles récord, pero de cualquier forma experimentan un auge porque los estadounidenses todavía hacen casi todas sus comidas en casa.

El mes pasado, Kroger dijo que sus ganancias de operación trimestrales se incrementaron un 47 por ciento, a 1300 millones de dólares. La cadena de abarrotes le puso fin al aumento de dos dólares a los sueldos por hora que comenzó a aplicar durante las primeras semanas de la pandemia. Pero hace poco les pagó bonos a sus empleados “como reconocimiento a su dedicación para mantener las tiendas seguras, limpias y surtidas”, afirmó Kroger en un comunicado.

Amazon y Whole Foods, su unidad de alimentos naturales y orgánicos, les habían pagado a los empleados de las tiendas y las bodegas dos dólares más por hora. Amazon suspendió esos aumentos y prefirió darles bonos de hasta 500 dólares el mes pasado.

Target les pagó a los empleados dos dólares más por hora hasta el 4 de julio y a partir de entonces comenzó a darles a todos los empleados de sus tiendas un bono de 200 dólares. Target también señaló que planea elevar el salario inicial a 15 dólares por hora, aunque la empresa minorista ya se había comprometido a hacerlo este mismo año antes de la pandemia.

En vez de aumentos, Walmart entregó bonos especiales en abril y a finales del mes pasado, y planea otra ronda para septiembre.

Los dirigentes sindicales opinan que suspender los aumentos afectó más a los empleados de medio tiempo porque en general recibieron bonos más pequeños.

“Los aumentos fueron buenos para sus relaciones públicas, así que ya no tienen motivos para darlos”, se lamentó John R. Durso, presidente de la sección 338 de los sindicatos Retail Wholesale Department Store Union y United Food & Commercial Workers, que representa a empleados de Stop & Shop y otras tiendas de abarrotes en Nueva York. “Lo que les preocupa son sus utilidades”.