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Bolsonaro dice que hidroxicloroquina le curará de COVID-19

Bolsonaro anunció el martes que había dado positivo en el nuevo coronavirus, tras meses restando importancia a su gravedad mientras las muertes se acumulaban en el país.

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo el martes confiar en que se recuperará rápido del nuevo coronavirus gracias al tratamiento con hidroxicloroquina, un medicamento contra la malaria que no ha demostrado su eficacia contra el COVID-19.

Bolsonaro anunció el martes que había dado positivo en el nuevo coronavirus, tras meses restando importancia a su gravedad mientras las muertes se acumulaban en el país.

El presidente dijo a la prensa que se había hecho una radiografía de los pulmones el lunes tras sufrir fiebre, dolores musculares y malestar general. Para el martes la fiebre había remitido, señaló, atribuyendo la mejoría a la hidroxicloroquina.

En un momento dado se alejó un poco de los periodistas y se quitó la mascarilla para mostrar que se veía bien.

El populista conservador, de 65 años, que en otras ocasiones se ha mezclado con multitudes sin mascarilla, confirmó los resultados con cubrebocas y hablando con periodistas colocados a escasa distancia en la capital, Brasilia.

“Estoy bien, normal. Incluso quiero dar un paseo por aquí, pero no puedo debido a recomendaciones médicas”, afirmó Bolsonaro.

Más tarde el martes compartió un video en Facebook en el que se le veía tomando su tercera dosis de hidroxicloroquina, un fármaco que ha sido promocionado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

“Hoy estoy mucho mejor, así que desde luego está funcionando”, dijo Bolsonaro, tomándose la dosis con un vaso de agua. “Sabemos que hoy hay otros remedios que pueden ayudar a combatir el coronavirus. Sabemos que ninguno de ellos tiene eficacia demostrada científicamente, pero yo soy una persona más para la que está funcionando. De modo que me fío de la hidroxicloroquina. ¿Y ustedes?”.

Brasil, el sexto país más poblado del mundo con más de 210 millones de habitantes, sufre uno de los brotes más letales del brote. Más de 65.000 brasileños han muerto de COVID-19 y más de 1,5 millones se han infectado.

Ambas cifras son las segundas más altas del mundo, por detrás de las de Estados Unidos, aunque se cree que esas magnitudes están por debajo del alcance real de la pandemia debido a la falta de pruebas diagnósticas. Sólo el martes se confirmaron 1.254 muertes.

Otros líderes mundiales que han enfermado de COVID-19 son el primer ministro británico, Boris Johnson, el príncipe Carlos de Inglaterra, el príncipe Alberto II de Mónaco, y el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández.

Bolsonaro es “el líder democrático que más ha negado la gravedad de esta pandemia”, dijo Maurício Santoro, profesor de ciencias políticas en la Universidad Estatal de Río de Janeiro. “Que se haya infectado es un golpe a su credibilidad. Se verá como otro ejemplo del fracaso de su gestión del coronavirus”.

El presidente frecuentemente ha aparecido en público estrechando la mano de sus partidarios y mezclándose con las multitudes, a veces sin cubrebocas. Aseguraba que sus antecedentes como deportista lo protegerían del virus y que no sería más que una “gripecita” si la contrajera.

También ha reiterado que no hay forma de evitar que el 70% de la población contraiga el virus que causa el COVID-19, y que las medidas de las autoridades locales para paralizar la actividad económica causarán, en última instancia, más dificultades que si se permitiera que el virus siga su curso

La lucha de Brasil contra el COVID-19 lleva casi dos meses en manos de un ministro interino de Sanidad sin experiencia sanitaria antes de abril. Tomó el relevo cuando su predecesor, médico y consultor de salud, renunció en protesta por el apoyo de Bolsonaro a la hidroxicloroquina.

Las ciudades y estados brasileñas comenzaron el mes pasado a levantar las restricciones impuestas para controlar la expansión del virus, al remitir las muertes y la sobrecarga de las unidades de cuidados intensivos.

En las calles de Río, el partidario de Bolsonaro Silas Ribeiro dijo que el presidente tiene razón al decir que se ha exagerado el peligro del virus.

“Nuestro presidente es un hombre popular. Está demostrando que no tiene miedo a morir”, dijo Ribeiro, de 59 años. “Va a tener salud y superar esta enfermedad”.

En declaraciones cerca de tiendas reabiertas en Río, Wesley Morielo dijo confiar en que la enfermedad de Bolsonaro le haga reconsiderar su postura.

“Creo que todo lo que dijo antes, no dando importancia al COVID-19, se volvió en su contra”, comentó Morielo, estudiante de 24 años.

El responsable de emergencias de la Organización Mundial de la Salud, el doctor Michael Ryan, deseó una rápida recuperación a Bolsonaro y dijo que su contagio “plantea la realidad de este virus” al mostrar que no distingue entre “príncipe y mendigo”.

Bolsonaro ha visitado varias veces el hospital durante su mandato, ya que ha requerido varias cirugías para reparar sus intestinos tras ser apuñalado en un acto de campaña electoral en 2018.

El mandatario dijo haber cancelado un viaje esta semana a la región nordeste de Brasil y que seguiría trabajando por videoconferencia y recibir visitas poco frecuentes cuando tuviera que firmar un documento.

A diferencia del primer ministro británico, que moderó su actitud tras dar positivo en el virus, es probable que Bolsonaro no cambie de postura, señaló Leandro Consentino, profesor de ciencias políticas en la universidad Insper de Sao Paulo.

“Ha tomado el camino de intentar indicar a su base de votantes que el COVID-19 es sólo una pequeña gripe y aprovechar la enfermedad para promocionar la cloroquina”, dijo Consentino.

Durante el fin de semana, el líder brasileño se unió al embajador estadounidense en Brasil para celebrar el Día de la Independencia de Estados Unidos. Luego compartió fotos en las redes sociales que lo mostraban con su brazo alrededor del embajador, junto con varios ministros y ayudantes. Ninguno llevaba mascarillas.

La embajada de Estados Unidos tuiteó el lunes que el embajador Todd Chapman no muestra ningún síntoma de COVID-19, pero que sería examinado.

Bolsonaro dio negativo tres veces en marzo después de reunirse en Florida con el presidente Donald Trump. Luego se informó que varios miembros de la delegación que lo acompañó a su viaje a Estados Unidos estaban contagiados.