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ESCASEZ

La pandemia complica aún más el acceso a productos de higiene menstrual a millones de niñas y mujeres

Reparto de material higiénico en Kenia. Fuente: Europa Press

La llegada de la menstruación marca un hito en la vida de niñas y adolescentes en todo el mundo que en muchos casos, debido a la falta de letrinas en las escuelas y productos de higiene femenina, se traduce en el fin de su educación. La pandemia de COVID-19 ha venido a agravar esta situación por la escasez de productos de higiene menstrual y el aumento de los precios, dejando a millones de niñas y mujeres en una situación de mayor vulnerabilidad, advierten las ONG.

Plan International ha llevado a cabo un estudio junto a más de 60 profesionales de la organización que trabajan en 24 países en el ámbito de la gestión de la higiene menstrual para analizar el impacto que la pandemia, y las medidas adoptadas para frenar la propagación, están teniendo entre niñas y mujeres en lo relativo a su menstruación con motivo del Día Mundial de la Higiene Menstrual, que se celebra este 28 de mayo.

En concreto, un 73 por ciento de las personas encuestadas afirma que se ha limitado el acceso a productos higiénicos, ya sea por escasez o por interrupción de las cadenas de suministro; un 68 por ciento ha apuntado a una limitación en el uso de instalaciones para cambiarse, limpiarse y deshacerse de los productos sanitarios; y el 58 por ciento apunta a una subida significativa de los precios de los productos higiénicos.

Otros de los problemas identificados por el estudio son un menor acceso a agua limpia, entornos menos higiénicos en los que deshacerse de compresas y otros productos, así como un aumento de estigma o las prácticas culturales perjudiciales que rodean a la menstruación.

Según resalta la ONG, en la mayoría de los casos, la reducción de recursos económicos familiares impiden que se incluya como prioridad los productos de higiene menstrual. Además, en muchos países, los productos menstruales son escasos y especialmente las niñas y adolescentes más vulnerables no tienen acceso a ellos.

"Estas dificultades existían antes de la pandemia, pero sabemos que el coronavirus está empeorando la situación y agravando las desigualdades", subraya Alba Cuadra, especialista de género en emergencias de Plan International España. "Por eso, la gestión de la salud y la higiene menstrual debe incorporarse como parte fundamental de las respuestas sanitarias y, mientras se mantengan las medidas de confinamiento, es necesario ofrecer a niñas y adolescentes información al respecto, a través de campañas y contenidos formativos", sostiene.

La escasez de productos en muchas ocasiones se debe a que, como las cadenas de suministro se están viendo afectadas por la pandemia, las empresas más pequeñas han interrumpido su actividad comercial y, a su vez, el reparto de productos se está retrasando, especialmente en las zonas más remotas.

LOS PRODUCTOS NO SON ASEQUIBLES

"Los precios no sólo han aumentado, sino que, como la pandemia ha afectado considerablemente los medios de subsistencia y los ingresos de los hogares, la gente tiene menos dinero que antes de la pandemia de la COVID-19 para comprar productos sanitarios, incluso cuando sí hay productos disponibles", señala al respecto Rosamund Ebdon, directora de Políticas Públicas de Plan International.

La ONG denuncia que el estigma y la vergüenza asociados a la menstruación son cada vez mayores, entre otras cosas por la falta de acceso a agua limpia para lavarse y a baños con puertas para mantener la privacidad, así como la dificultad para deshacerse de los productos higiénicos, y advierte de que ante la falta de compresas u otros productos, las adolescentes pueden recurrir a alternativas antihigiénicas que pueden aumentar el riesgo de infecciones.

Por su parte, World Vision ha aprovechado para llamar la atención sobre el hecho de que para muchas niñas en los países con menos recursos o especialmente vulnerables, el inicio del periodo menstrual, a menudo se trata de "un reloj que marca el comienzo del fin de su educación", ya que al menos 500 millones de mujeres y niñas carecen de acceso adecuado a las instalaciones de higiene menstrual en el mundo.

Según explica la ONG, muchas escuelas no tienen letrinas donde las niñas puedan acudir a asearse durante la menstruación por tanto deciden no acudir a la escuela en este periodo, y más allá de eso, la mayoría de las niñas en los países pobres no tienen acceso, ni podrían permitirse compresas sanitarias, tampones u otras formas de higiene menstrual.

LAS NIÑAS NO VAN A CLASE DURANTE LA MENSTRUACIÓN

Como resultado de ello, muchas niñas faltan a la escuela durante sus períodos l que provoca que pierden hasta una semana de clases cada mes, por lo que comienzan a quedarse atrás y finalmente abandonan la escuela.

Así las cosas, según World Vision, el objetivo de la celebración del Día de la Higiene Menstrual es reivindicar un mundo en el que todas las mujeres y niñas puedan gestionar su menstruación de manera higiénica, con seguridad, privacidad y dignidad, donde sea que estén.

"La higiene menstrual es vital para el empoderamiento y el bienestar de mujeres y niñas en todo el mundo. Se trata de algo más que solo el acceso a toallas sanitarias y baños apropiados, aunque eso es también muy importante", reivindica Eloisa Molina, coordinadora de comunicación de World Vision España. "También se trata de garantizar que las mujeres y las niñas vivan en un entorno que valore y respalde su capacidad para manejar su menstruación con dignidad", subraya.