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Reino Unido

Reino Unido supera 36.000 muertos por COVID-19 y registra 2.615 nuevos casos

El número de fallecidos por COVID-19 en el Reino Unido alcanzó hoy los 36.042, tras agregarse al recuento oficial 338 muertos, en una jornada en la que se han notificado 2.615 nuevos contagios.

En el conjunto del país se han llevado a cabo en 24 horas 128.340 test, mientras Inglaterra mantiene en pie sus planes para rebajar el confinamiento a partir del 1 de junio, y Escocia, Gales e Irlanda del Norte trabajan en sus propias hojas de ruta para la desescalada.

Cientos de escuelas inglesas han advertido de que no seguirán las recomendaciones del Ejecutivo del primer ministro, el conservador Boris Johnson, y mantendrán cerradas sus puertas a principios de junio por temor a que no se puedan cumplir unas medidas de seguridad adecuadas y haya rebrotes del coronavirus.

En Escocia, la ministra principal de la región, la nacionalista Nicola Sturgeon, avanzó hoy que los colegios recuperarán su actividad a partir del 11 de agosto, con un sistema mixto de clases presenciales y aprendizaje en casa.

El Gobierno británico trabaja contrarreloj para tener listo en diez días el sistema que ha diseñado para detectar y trazar cadenas de contagio una vez se avance a la siguiente fase del desconfinamiento.

Downing Street, despacho oficial del primer ministro, ha asegurado que ya se ha contratado a 24.000 personas que entrevistarán por teléfono a posibles infectados y determinarán con quién estuvieron en contacto.

La aplicación para teléfonos móviles que va a complementar esa estrategia, que permitirá detectar si un usuario ha estado en contacto físico con alguien infectado, no estará sin embargo lista el 1 de junio, sino que tardará "semanas" en poderse descargar.

El Ejecutivo ha rehusado detallar qué problemas han surgido durante las pruebas que se han iniciado en la isla de Wight (sur de Inglaterra).

El diario "Financial Times" sugirió a principios de este mes que el Gobierno trabaja en paralelo en una segunda aplicación que utilizará la tecnología de las estadounidenses Google y Apple, en lugar de estar diseñada desde cero por los técnicos británicos.