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HÉROES EN TERRENO 6

Ligia Kantún: “Cuando me agredieron no lo podía creer. En mis 40 años de servicio, he vivido la epidemia del cólera y de la influenza, jamás me había pasado esto”

Ligia Kantún, Enfermera Quirúrgica Clínica del IMSS del Pueblo de UMAN 40 años trabajando en el área Mérida, Yucatán. México

Kenny CabreraBarcelona, España

Ligia Kantún Enfermera Quirúrgica Clínica del IMSS del Pueblo de UMAN 40 años trabajando en el área Mérida, Yucatán. México.

Al día de que se pública esta entrevista, México es el segundo país latinoamericano en muertos con coronavirus, con una de las mayores tasas de letalidad de la región. También ha duplicado con creces sus cifras de contagio, para un total de 51,633 a la fecha, según datos de la Secretaría de Salud del país azteca. Estas estadísticas le hicieron superar a Ecuador en número de casos confirmados, para colocarse como el segundo país latinoamericano (después de Brasil) con más pacientes de covid-19.

Paradójicamente, el coronavirus no es la mayor causa de muerte en México: la ola de violencia, que tuvo el mayor repunte de su historia reciente durante el 2019, ha ido en aumento durante la cuarentena y ha provocado casi 10 veces más muertos en este país que el covid-19. Solo entre enero y marzo se produjeron en el país 8.585 homicidios. Mientras que según el último reporte de la Johns Hopkins University, del 19 de mayo 2020, México registra 5,332 casos de fallecidos por el nuevo patógeno. Y por si fuera poco, en abril se registra un alza de 11% en el promedio de homicidios, en comparación con el mes de enero

En el país azteca se está produciendo un preocupante aumento de agresiones también contra personal sanitario que combate la pandemia. Así lo han denunciado recientemente varios medios de comunicación internacionales y Las Naciones Unidas (ONU). Lamentablemente nuestra protagonista de hoy, Ligia Kantún, con más de 40 años de servicio en el área de la enfermería, es una de las víctimas de estas agresiones.

Katún, que tiene una especialidad en el área quirúrgica, comparte con los lectores del Listín Diario su triste experiencia y nos enseña de qué valores y fortalezas están formadas las heroínas como ella que, a pesar del acoso, no se rinden ni ante la pandemia ni ante el ataque de los propios ciudadanos a los que procura salvar.

El pasado ocho de abril, cuando esta enfermera salía de su centro de trabajo, de un turno nocturno de 12 horas, se paró en una estación de servicio a comprar agua y al bajar de su coche le lanzaron café caliente y le gritaron “infectada”. El líquido ardiendo le alcanzó en la zona de la espalada. Ligia se asustó… lloró.

Durante la entrevista manifiesta que siente mucha tristeza y decepción por lo que ella califica un acto de “ignorancia”. Eso sí, no se le ha ocurrido por un solo minuto abandonar su puesto de trabajo. Seguirá salvando vidas y combatiendo este nuevo patógeno que saca lo mejor y lo peor de nosotros.

Pregunta. Tengo entendido de que en México se está produciendo el preocupante aumento de agresiones contra personal sanitario que combate el covid-19 y que usted fue víctima de ello.

R. Sí, desgraciadamente la gente nos está agrediendo porque desconoce mucho lo que es el Covid-19. Piensan que el uniforme clínico, con el que llegamos al hospital, es el mismo con el cual atendemos a los pacientes infectados, cosa que no es cierta. Para atender a un paciente con Covid-19, hacemos un proceso donde nos quitamos el uniforme y nos vestimos con una ropa e insumos adecuados para nuestra propia protección. Igualmente, cuando salimos de atender al paciente, nos bañamos y nos ponemos nuestro uniforme clínico. La gente tiene miedo al uniforme clínico.

P. ¿Cómo sucedió?

R. Al salir de mi guardia pasé a comprar agua en una tienda de autoservicio. La tienda tiene estacionamiento dentro, pero se me hizo más fácil, por la dirección hacia mi casa, estacionarme hacia un costado del local. Cuando estaba poniendo el seguro de mi coche, pasó un vehículo negro y un varón me gritó “infectada” y me tiró café caliente en la espalda. Logré ver el coche y que era un hombre, pero no pude identificarlo ni ver la placa porque en ese momento me preocupé más por mi seguridad física ya que sentí la humedad caliente en mi cuerpo. Tuve que despegar mi uniforme de la piel de mi espalda, la cual estaba irritada. Ni siquiera llegué a entrar en la tienda porque mi ropa estaba mojada.

P. ¿Qué sintió?

R. Me asusté mucho, me quedé en shock, no lo podía creer. En mis 40 años de servicio, he vivido la epidemia del cólera y de la influenza y jamás me había pasado esto. Subí al coche y llamé a mi hija para contarle. Cuando llegué a mi casa ella me estaba esperando en la puerta, la abracé y empecé a llorar de los nervios. Ha sido más el daño moral que el daño físico.

P. Su caso se hizo viral por las redes. ¿Qué tipo de apoyos ha recibido?

R. He recibido apoyo por parte de todas las autoridades institucionales y gubernamentales, y por parte de la Secretaria de Protección y Vialidad (Seguridad Publica en México). Desafortunadamente, no había cámaras en el área donde ocurrió la agresión, pero la Procuraduría vino a mi casa. Recibí llamadas de teléfono de apoyo por parte de la dirección del hospital donde trabajo, de la jefa de enfermeras, del delegado médico y del jefe de policía. Incluso, me habló la Secretaria de Gobernación directamente, para saber cómo estaba y qué necesitaba.

P. Si esta persona que la agredió estuviese leyendo o escuchando esta entrevista, ¿qué le diría?

R. Le diría que me da mucha tristeza lo que hizo y que no sabe qué es lo que hizo. Si yo hubiera quedado imposibilitada para ir a mi trabajo, hubiera sido una perdida importante, porque ahorita el sector salud está mermado en número de personas para atender a los pacientes. Por decreto presidencial se fue mucha gente del sector sanitario a sus casas porque tenían 60 años, o eran obesos, hipertensos, diabéticos y con muchos problemas de salud; y sólo estamos activos alrededor del 25% de plantilla laboral. ¡Y encima que una persona del sector sanitario se incapacite por una agresión...! Una persona puede ser la diferencia en un servicio de atención. En mi caso soy la única quirúrgica en mi turno.

P. México también reportó el martes pasado su mayor número de fallecimientos con covid-19 en un plazo de 24 horas, cuando contabilizó 353 fatalidades. ¿Qué se está haciendo mal?

R. Este Gobierno, me refiero al del Estado de Yucatán, ha implementado medidas drásticas para que la población salga bien librada de este problema; lo que pasa es que la gente no acata las normas establecidas por el Gobierno: sana distancia social, cubre bocas, no salgas, quédate en casa… Un 30% de la población no las cumple y esto hace que aumenten los contagios. También hay gente que no cree que exista una pandemia porque no tienen una persona cercana afectada… A mí me preguntan si de verdad he visto a alguien morir de Covid-19.

P. Pero tengo entendido que en su país se han impuesto estas medidas de manera voluntaria.

R. Aquí, el Gobierno de Yucatán, actúo independientemente de las órdenes del Gobierno Federal. Antes de que la ciudad de México decretara la fase 3, nosotros ya estábamos en ella y quedó cerrada, automáticamente, toda la ciudad.

P. ¿Dónde estaba cuando se declaró el estado de alarma?

R. Pues en mi casa, con mi familia. Mi familia y yo trabajamos todos en el sector salud y estábamos muy al tanto de la situación que se avecinaba en el ámbito mundial, nacional y local. Cuando el Gobierno Central declaró la cuarentena, ya el estado de Yucatán había entrado en cuarentena. Nos adelantamos casi tres semanas al Presidente (Andrés Manuel López Obrador).

P. En referencia a los demás Estados de su país, ¿cómo está la curva de contagios y fallecidos en Yucatán?

R. Tenemos un alto índice de contagios y un alto índice de fallecidos. Al día de hoy (13 de mayo) tenemos 80 fallecidos, creo que, en estos momentos, sumamos cerca de los 1.000 contagios, aproximadamente. Lo que sí le puedo decir es que nosotros estamos en medio de un huracán porque estamos en medio de Cancún, el estado de Quintana Roo y el estado de Tabasco; estos son los dos estados más contagiados en el país.

P. ¿Qué medidas se han tomado para proteger a los ciudadanos más vulnerables en el ámbito socioeconómico?

R. El Gobierno de Yucatán ha establecido diferentes tipos de ayudas, proporcionándoles dispensas y dinero en efectivo de casa en casa. Se hizo un censo y se hizo vía internet. Y, sobre todo, la comunidad se ha organizado a través de las redes sociales. La gente expresa lo que necesita, si no tiene que comer, lo publica y almas caritativas se ofrecen a proveer el plato de comida del día, por ejemplo. Ha habido solidaridad por parte de la gente. Actualmente, después de las agresiones, que han sido varias contra el personal sanitario, aquí en la ciudad de Mérida el Gobierno, junto a diferentes instituciones, ha creado una vía de comunicación terrestre que se llama “Circuito de la Salud”. Esto consiste en un camión que pasa a buscar a los trabajadores de los diferentes hospitales que hay en Mérida, y los recoge para llevarlos al centro de la ciudad, para que desde ahí se desplacen hasta su casa de manera más segura.

P ¿Comparte el modelo Centinela que están utilizando las autoridades de su país en vez de los test masivos? (Sistema de vigilancia que calcula que la epidemia de covid-19 es 8 veces mayor que lo reportado).

R. Aquí, en mi Estado, se hace el sistema Centinela más el test; pero, realmente, hay mucha deficiencia de test…, prácticamente, no tenemos test y, por lo general, lo que se hace es el cuidado Centinela.

P. ¿También tenéis deficiencia en el suministro de insumos para la protección del personal sanitario?

R. Definitivamente, hay mucha deficiencia del equipo de protección personal también.

P. ¿Qué información maneja sobre personal sanitario contagiado en su país?

R. Aquí no se lleva esas estadísticas. En mi hospital hubo un brote, pero no fue el contagio propio de un paciente para con el personal de salud, sino que una compañera se contagió en la calle, fue al hospital y contagió a los compañeros que estaban a su alrededor.

(El 11 de mayo, el subsecretario de Salud de México, Hugo López-Gatell, informó que se tiene un registro de 8.544 casos de coronavirus y 111 fallecimientos entre el personal médico. Los profesionales sanitarios más afectados son enfermeros y médicos. El Instituto Mexicano del Seguro Social tiene el 53% de estos casos confirmados).

P. ¿Alguna anécdota? Algún momento difícil, aparte de la agresión.

R. Es realmente impresionante ver cómo llegan los pacientes contagiados de Covid-19, arrastrándose y con mucha dificultad respiratoria. Tengo la anécdota triste de un compañero del sector salud que contagió a su esposa… a él lo ingresan grave y a su esposa la ingresan a los dos días, pero ella muere. Él estaba ingresado en coma y a su esposa la cremaron durante ese tiempo; y él no supo que su mujer murió hasta que regresó a su casa del alta. Esa historia me impresionó y entristeció mucho.

P. ¿A qué cree usted que se deba que México ha registrado el mayor número de homicidios del año en medio de la cuarentena?

R. A la desesperación que tiene la gente de estar encerrada. Nunca habíamos estado tanto tiempo encerrados. Se lo digo por experiencia. Aquí tuvimos el súper huracán Gilberto y el Isidoro, y estuvimos encerrados una semana sin luz y agua; pero ahora llevamos más de un mes encerrados y eso conlleva ciertas fricciones con los vecinos y de convivencia. Yo digo que esto es debido al encierro.

P. ¿Qué pensó cuando escuchó hablar del covid-19 por primera vez?

R. Cuando escuché hablar del Covid-19, estaba de viaje de placer con mi esposo en las Vegas (USA), y nos reímos; nos preguntamos, ¿pensarán que va a llegar a México? Estamos hablando del día primero de febrero, y cuando regresamos a nuestro país, esto ya era una bomba, De hecho, no tardamos más de ocho días de viaje. Nos quedamos sorprendidos porque ni Estados Unidos estaba preparado para esto.

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