Héroes en terreno V

Diana Samaniego: “Hay mucha incoherencia; por un lado, me estás aplaudiendo, pero, por otro, me tratas como un ente contagioso que te puede hacer daño”

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Kenny CabreraBarcelona, España

Con más de 26.700 muertos por Covid-19, España es el cuarto país con más fallecidos por coronavirus, después de Estados Unidos, Reino Unido e Italia. Pero hay otras muertes conexas a la pandemia. Nos referimos a aquellos cuyo estado de salud se ha agravado, tanto por el virus, como por las condiciones socioeconómicas, los servicios colapsados de la atención sanitaria y/o otras patologías graves que se acentuaron a consecuencia de los efectos del estado de alarma o cuarentena.

Con Diana Samaniego, médico nefróloga, hablamos hoy sobre cómo se está abordando la lucha contra el Covid-19 en pacientes de extrema vulnerabilidad, como son los que necesitan diálisis renal. Samaniego trabaja en el centro de salud Diaverum, una clínica de servicios renales que se dedica a hacer diálisis.

De origen ecuatoriano, lleva desde el 2014 en España, donde vino a hacer su especialidad en nefrología. Lo que nunca se imaginó esta joven médica de 34 años es que seis años más tarde lucharía a campo abierto contra el Covid-19 en el campamento español, mientras observa desde lejos y con impotencia cómo se gestiona con peores resultados la lucha contra la pandemia en su país de origen.

Pregunta. ¿Qué pensó la primera vez que escuchó hablar del Covid-19 en China? Respuesta. Pensé que era grave por todos los reportes que escuchábamos, pero creo que nadie se imaginó la gravedad que esto iba a implicar. Los chinos tienen la capacidad para crear hospitales en días records, pero nosotros no. Ya había escuchado antes sobre el Ébola, la gripe porcina… teníamos otros antecedes, pero siempre lo ves como algo que no te va a llegar a ti.

P. ¿Y que sintió cuando se declaró el estado de alarma en España? P. Estaba trabajando en la clínica y cuando se declaró la pandemia, la segunda semana de marzo, pues me preocupé mucho porque ya tenía pacientes con diagnósticos confirmados por coronavirus, con contactos positivos. Fue como la alarma total de preocupación porque no tenías información clara, concisa, sobre cómo era este virus y cómo se iba a tratar. Sabíamos cómo se contagia por reportes tanto de Francia y, sobre todo, de China, pero no había un protocolo establecido…todo fue una sorpresa.

P. ¿Ha tenido muchos pacientes diagnosticados con Covid-19? R. La verdad que no muchos, pero algunos de ellos que sí dieron positivos han fallecido.

P. ¿Qué es lo más duro que has visto o vivido trabajando estos días? R. Para mi informar a la familia, ha sido la parte más dura. Con toda la información que hay en la televisión, en los medios, ves que hay una población más vulnerable y que la mortalidad en este tipo de paciente aumenta. Ya solamente con escuchar Covid y abuelito, se disparaba el miedo y la incertidumbre. También, informar al paciente y a su familia que tiene este diagnóstico. Ver de igual forma que la familia no pueda acompañarlo y que no pueda visitarlo al hospital, creo que es la parte más difícil.

P. ¿Nos comparte alguna anécdota? R. Tenía pacientes que se despedían ya de entrada, tenían una alta sospecha de estar contagiados, pero sin confirmar. Pacientes que me decían nada más de llegar, “seguramente ya no la volveré a ver a mis hijos”; despedirse sin tener un estado de gravedad… el despedirse anticipadamente. Creo que ello me marcó un poquito.

P. ¿Cómo vive el día a día la pandemia? R. Un día a la vez. Tratando de tener los sentidos en alerta, los pies sobre la tierra y saber que hay grandes avances y que no todo es caos ni todo es malo. No dejarte sobrecargar por todo lo que se está viviendo.

No se trata sólo de coronavirus, de la infección y los pacientes, si no de toda la información que hay detrás de esto. Lo que se nos vendrá después, cómo lo asumiremos, las posibles vacunas.

Toda la cantidad de tratamientos que se están ahora mismo investigando. No te puedes sobrecargar con lo que pasó ayer o la gente que falleció ayer. El reto que tenemos ahora es de tener la información más precisa, de un solo filtro y trabajar en ello. Vivir el día a día.

P. ¿Ha sentido miedo? R. ¡Sí, sí, sí, claro! Al principio tienes la actitud de que hay que servir al pueblo, a los pacientes, a la gente, y que hay que intentar salvarlos; pero cuando lo ves más cerca, cuando alguien de tu familia se contagia o conoces de alguien cercano a ti que se contagia, sientes miedo porque no deja de ser un virus grave, que es nuevo.

P. ¿Ha tenido algún familiar cercano contagiado? R. Sí, mi esposo y tengo una hermana que también es médico y que su compañera de piso también estuvo infectada con coronavirus. Gracias a Dios todo salió bien. Y vas escuchando de gente joven que ha ido mal, que ha muerto. Por más que tu tengas una fortaleza, tienes esos pequeños sustos. Hay momentos que tienes miedo de contagiarte también y contagiar a otros.

P. ¿Cómo ha sido el abastecimiento para la protección del personal en su sector? R. Ha sido buena, pero quizás no con la rapidez que se esperaba. Al principio había muy poco material, después empezó a llegar, sobre la tercera semana, el material necesario: las mascarillas, las batas…

P. ¿Qué hemos hecho mal? ¿Se podría haber realizado las cosas de manera diferente? R. Escuchando a varias autoridades en este sector, como epidemiólogos, por ejemplo, creo que no pensamos que esta pandemia llegaría a nosotros; creíamos que era algo en China.

Unos pocos sí que vieron la gravedad del asunto y fueron los que alertaron al principio, pero creo que la mayoría no teníamos esa conciencia de que iba a ser tan grave. Quizás si hubiéramos tenido una actitud un poco más preventiva estaríamos en una situación diferente a donde estamos hoy. No supimos actuar con antelación.

P. ¿Cuál es el protocolo en su centro para pacientes que necesitan diálisis y se le diagnostica con Covid-19? R. Esto es un medio hospitalario en que una vez son diagnosticados los casos con la pruebas clínicas y radiológicas, lo que se hace es avisar al nefrólogo que esta de guardia en el servicio, y se hace una diálisis en la habitación del paciente o en un lugar aislado. Se creó una zona específica para estos pacientes, para dializarlos. Cuando ya se les ha dado de alta y son positivos, se han creado unos turnos especiales para este tipo de paciente o se envían a centros de diálisis donde sólo se atiende a este tipo de pacientes positivos con coronavirus.

P. ¿Una pregunta para una sola respuesta certera sobre el Covid-19? R. Creo que mi pregunta sería el cómo se originó todo.

P. ¿Cómo calificaría la actuación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ante la pandemia? R. Con mucha cautela. Sobre todo, por la cantidad de información que se ha generado, incluso en el ámbito médico. Mucha de esta información no ha pasado el filtro de la certeza y de la evidencia científica; incluso entre médicos hay ciertas dudas y divergencias, en la información respecto al coronavirus.

La OMS es una entidad que respeto y creo que su actuación ha sido de mucha cautela a la hora de emitir ciertos criterios, tales como tratamiento, prevención… y con lo que viene ahora, incluso con el tiempo que tendremos que vivir con el COVID, que será un tiempo largo.

P. Pero, ¿cree que ha habido coordinación en el ámbito internacional? R. Creo que la OMS ha hecho su trabajo, pero esto ya tiene que ver con la política de cada país.

La OMS tiene una función que es dirigir el criterio para médicos, cómo se deberían hacer las cosas, pero claro, ya depende de cada país y de cómo lo gestiona cada dirigente político. Ahora bien, creo que ha habido muy poca coordinación entre países, e incluso creo que no hemos sabido ser amigos entre nosotros.

P. Cómo vive desde la distancia la gestión de la pandemia en su país de origen (Ecuador), con casos tan graves como el Guayas? R. Lo vivo con mucha preocupación. Ya sabes que la situación social, cultural y económica en Ecuador no es la misma que aquí en Europa, a pesar de que allí fueron de los primeros que impusieron el confinamiento era casi imposible que la gente guarde cuarentena total como tal, ya que la mayoría vive del día a día, de la economía sumergida. A esto hay que sumarle que la Sanidad Pública en Ecuador siempre ha estado colapsada por falta de recursos.

P. ¿Cómo se siente con los aplausos que se han instalado todas las tardes a las 20 horas para honrar a los sanitarios en España? R. Al principio, gratitud, emoción, una mezcla de sentimientos, pero como vas por facetas; ahora mismo estoy más centrada en cómo saber llevar los pacientes. El momento de los aplausos ya pasó.

P. ¿Qué opina del acoso que han sufrido algunas personas del área sanitaria por sus vecinos para que se muden por estar expuestos en primera línea al Covid-19? R. A mi no me ha pasado, pero he sentido mucha rabia. Es mucha incoherencia; por un lado, me estas aplaudiendo, pero, por otro, me tratas como un ente contagioso que te puede hacer daño. Estamos haciendo un bien y si nos hemos contagiado es por estar en el campo de batalla.

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