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Jóvenes llegan a Holanda tras cruzar el Atlántico

Adolescentes holandeses a bordo del barco de vela Wylde Swan después de cruzar el Atlántico para llegar al puerto de Harlingen, en el norte de Holanda, el domingo 26 de abril de 2020. (AP Foto/Peter Dejong)

Con bengalas y una nube de humo naranja, padres y hasta mascotas celebraron el arribo de 25 jóvenes holandeses que el domingo culminaron un viaje trasatlántico que, pese a su inexperiencia en navegación, se vieron obligados a hacer a causa de las restricciones impuestas por el coronavirus.

Los jóvenes, de entre 14 y 17 años, supervisados por 12 tripulantes y tres profesores, estaban en un barco escuela en el mar Caribe cuando la pandemia los obligó a cambiar radicalmente sus planes para regresar a casa en marzo.

Floor Hurkmans, de 17 años, dijo que esto fue una de las mayores lecciones de su improvisada aventura.

“Ser flexible porque todo cambia todo el tiempo”, dijo mientras volvía a pisar tierra firme. “La fecha de llegada cambió como 100 veces. Ser flexible es realmente importante”, agregó.

En lugar de regresar por avión desde Cuba como estaba planeado originalmente, la tripulación y estudiantes se abastecieron de suministros y ropa abrigada y zarparon hacia el puerto de Harlingen, en el norte de Holanda, en un viaje de cinco semanas y casi 7.000 kilómetros (4.350 millas) a bordo del buque de vela Wylde Swan, de 60 metros (200 pies) de eslora.

Mientras navegaban, los estudiantes colgaron un letrero que decía “Lista de Deseos” y tenía las casillas tachadas en cruzar el océano Atlántico, nadar en medio del océano y sobrevivir al triángulo de las Bermudas.

Los adolescentes se abrazaron y mencionaron los nombres de todos mientras descendían de la embarcación y eran abrazados por sus familias, quienes llevaron sus automóviles hasta el barco uno por uno para cumplir con las normas de distanciamiento social implementadas para frenar la propagación del coronavirus.

Para Hurkmans, la imposibilidad de cualquier tipo de distanciamiento social le tomó un tiempo para acostumbrarse.

“En casa tienes momentos para ti, pero aquí tienes que ser social todo el tiempo con todos porque duermes con ellos, comes con ellos y simplemente haces todo con ellos así que no puedes sentarte y relajarse”, comentó.

Su madre, Renee Scholtemeijer, dijo que espera que su hija extrañe la vida en alta mar una vez que se enfrente con las medidas de confinamiento implementadas en Holanda.